El hecho es que la Asociación Democracia Real Ya (DRY) ha presentado este viernes una querella en el Tribunal Supremo contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, contra los ministros de Empleo, Fátima Báñez; de Interior, Jorge Fernández Díaz; de Hacienda, Cristóbal Montoro; y de Fomento, Ana Pastor; así como contra 58 diputados, a los que acusa de los delitos de malversación de fondos públicos y apropiación indebida por cobrar del Congreso dietas destinadas al alojamiento «a pesar de disponer de vivienda habitual en Madrid».

La realidad es que un diputado que haya sido elegido por Madrid cobra, en concepto de dietas 870 €. En el caso de no haber sido elegido por Madrid y dado que se le supone una gasto extra al tener su vivienda habitual en la provincia por la que se presentó, se le añaden a esta dieta 950 € y por tanto percibe en total por este concepto 1.823 euros. Lo llamativo es que algunos diputados si bien se han presentado por una provincia distinta a Madrid, viven habitualmente en ella y, por tanto, lo normal es que no percibieran ningún extra al no vivir fuera. Se da el caso, más lacerante sin duda, que algunos diputados por pertenecer al ejecutivo pueden disponer de una vivienda suministrada por el Estado, véase el caso del Señor Rajoy y el pisito que el Estado le costea llamado Moncloa, y siguen cobrando las dietas de alojamiento.

Esta tomadura de pelo lleva coleando por la prensa desde hace días y, que yo sepa, ningún diputado ha renunciado a nada. Entiendo entonces que alguien se querelle porque la verdad es que clama al cielo. Tiene sus bemoles que estos personajes tan preocupados por sacarnos de la crisis y recortarnos todo lo que se le ocurre, según ellos siempre haciendo un enorme esfuerzo, no hayan caído en la cuenta, a pesar de múltiples avisos, de que su comportamiento era infumable. Pobrecitos son vagabundos de lujo con ipad , también regalado por cierto. ¿No os dan pena?