Se acaba el año electoral y este domingo estamos convocados a las urnas. El ciudadano medio español vota y lo hace evaluando al que está, si lo hecho medianamente bien que siga, o con el voto útil quizás muy similar al voto del miedo
Puedes votar o no, yo lo haré y, extrañamente, me guiaré por principios. La izquierda, la verdad, no me va; si bien a veces alabo alguna de sus propuestas el tomo de fondo, absolutamente intervencionista, es de lo más alejado a mis principios.
¿PP y PSOE? La verdad es que los conozco demasiado, me pudieron engañar una vez pero, ya dos, es demasiado. Solo entenderán lo que supone un compromiso con los ciudadanos, y no al revés, cuando los votantes, que ellos suponen cautivos, les den la espalda.
Quedan pocas opciones: Ciudadanos, UPyD y, para algunos, VOX. Ciudadanos de hecho, les guste o no, para muchos representa el nuevo PP sin la maloliente mochila de corrupción y las malas costumbres del bipartidismo en España. Es sin duda una opción para aquellos a los que lo políticamente correcto guía su vida. UPyD, más comprometido que Ciudadanos, y por ello peor visto, puede desaparecer, mala noticia para nuestra democracia, quizás merezca tu voto. VOX, para muchos lo que era el PP y sus dirigentes se avergüenzan de ser, puede ser una opción que, de salir, pondrá en el hemiciclo del Congreso aquello que, sin ser políticamente correcto, piensa buena parte de España.
No entiendo nada. Los grandes apelan al voto del miedo y muchos, tapándose la nariz, caerán en darles una vez más su voto. ¿No es hora ya de ‘tirar’ el voto votando por ‘principios’? ¿Alguien me lo explica?
«Una verdad como un piano». Justo, sereno y con un adiós a los aposentados. Me ha gustado.