La presidenta del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, ha renunciado al servicio de escoltas de los Mossos d’Esquadra y ha decidido sustituirlo por agentes de la Policía Nacional. El motivo que aduce no es la falta de confianza en la profesionalidad de los Mossos, sino la desconfianza hacia Manel Prat, director general del citado cuerpo, y explica que esta pérdida de confianza viene del hecho de que el citado director recogió en su coche a una periodista que acababa de entrevistarse con el director de la famosa agencia que ha espiado hasta al lucero del alba, método 3 Francisco Marco, horas antes que le detuvieran. La periodista, Mayka Navarro, ha aclarado los hechos tachándolos de coincidencia ambos encuentros. El director de los Mossos ha hecho lo propio y según ellos aquí paz y después gloria, y según la líder del PP catalán hay tema y dará que hablar.
Entiendo que aquí nadie duda de la capacidad de los Mossos para proteger a la señora Camacho, ni siquiera ella misma. La duda que supongo que se plantea es si además de custodiar se la espía. El affaire revela que una líder política entiende que si la vigila un cuerpo autonómico todo lo que haga y deje de hacer será informado convenientemente al director político del citado cuerpo. Ya puestos hay que suponer que si la protección se la da la Policía Nacional podrá ocurrir lo mismo, pero el Ministro es amigo o al menos es del mismo partido. Entendiendo así la cuestión se me plantea: ¿es tan evidente para los partidos que la policía obedece a sus jefes políticos hasta el extremo de ‘espiar’ a los vigilados? ¿para qué se necesitan ahora mismo vigilancias y contravigilancias para tanto cargo público? ¿Tan habitual es este mafioseo del espionaje y el chantaje en la política? ¿Se te ocurre a ti alguna cuestión más? Te agradeceré la comentes