El hecho es que Miguel Blesa, Presidente de Caja Madrid, ahora Bankia, ya ha pasado una noche en la cárcel. Hoy sin ir más lejos los tres banqueros más importantes de España han declarado como testigos en la Audiencia Nacional por el mismo caso. Emilio Botin, Francisco González y Isidré Fainé, abucheados a su llegada, han coincidido al menos en que la situacion de Bankia antes de la intervención era algo más que delicada.
Si bien la situación de Caja Madrid era especialmente sangrante por su tamaño y el más que probable especial nivel de trapacerías, no ha sido la excepción. Históricamente las Cajas se habían caracterizado por haber sido en su origen un muy buen instrumento de vertebración de las clases medias, cohesión territorial y del desarrollo económico de las zonas en que nacieron. Fue a raíz de la politización de sus estructuras de gobierno, que pasaron a ser primero un instrumento del poder político para financiar sus proyectos, locuras en muchos casos, y luego una fuente de riqueza personal de todos los que se hicieron con su gobierno.
La realidad final la vamos conociendo todos, cajas quebradas, mangerazos de dinero público para asegurar los depósitos, directivos con suculentas indemnizaciones y por fin listas generosas de incausados en espera de juicio. Aquí si están todos: políticos, familia de los políticos, amigos de los políticos, sindicalistas, empresarios. Una ingente tropa plural que hacía que el ‘hoy por mi mañana por ti’ o en muchos casos el ‘hoy por los míos mañana por los tuyos’ tapaba ojos, oídos y bocas con inusitada eficacia.
> Es muy probable que la causa de Blesa en Caja Madrid acelere multitud de procesos judiciales que hoy por hoy dormían tranquilos en cajoneras judiciales.