El hecho es que hoy se han conocido dos informes avanzados del CIS. El primero de ellos corresponde al Índice de Confianza del Consumidor del mes de mayo, el segundo es el tradicional Barómetro en su versión de abril.
En ambos casos los resultados reflejan entre el pesimismo y la depresión sistémica de los habitantes de la piel de toro, amén de hartazgo hacia las políticas que, para sacarnos de la crisis, implementa el gobierno del PP. Tampoco se salva la oposición a éste que hace el PSOE.
La confianza de consumidor baja casi seis puntos con respecto a abril, estamos mal. Ello se debe fundamentalmente a la bajada de las expectativas que decrecen casi 10 puntos, vamos claramente a peor.
En cuanto al barómetro, más de lo mismo. La situación actual de España va de muy mala (54,6%) a mala (36,3%). Es claramente peor (62,6%) que la del año pasado y dentro de un año sera igual (38,3%) o seguirá empeorando (35,7%). Como ven toda una explosión de alegría primaveral.
El Gobierno no se aclara, su gestión es mala (31,2%) o muy mala (37,3%). La oposición no se entera, su papel está entre mal (38,5%) y peor (32,6%). Rajoy no genera ninguna confianza (55,8%) y Rubalcaba no parece ser la solución, no se fían nada de él el 53%. ¡Vaya par de genios!
Si hubiera elecciones ganaría el PSOE (13,7%) seguido por el PP (12,5%), entre los dos solo suman un 26,2%): todo un exitazo.
Viendo los datos se entiende este repentino deseo de pacto entre los dos grandes. La situación actual hace peligrar un bipartidismo que hasta ahora a ellos, PSOE y PP, les ha ido francamente bien. El ciudadano salió escaldado del último gobierno del PSOE y ve atónico como el PP de Rajoy, a pesar de su fulgurante mayoría absoluta, no es capaz de salir del guión marcado por la UE. Políticas parecidas de austeridad del contribuyente que no consiguen frenar la caída. Unos negaban la crisis otros niegan su propia solución: ambos no son de fiar.