Unos sesenta “empresarios, ejecutivos y profesionales liberales residentes en Catalunya” han firmado lo que se ha dado en llamar la ‘Declaración de Barcelona’; breve texto donde manifiestan su preocupación por dos cuestiones bien distintas. Una, las “nefastas consecuencias económicas” que tendría una segregación de España y la otra, menos material aunque más preocupante, los “peligros de un fervor nacionalista”. La inmensa mayoría de los firmantes están vinculados de una u otra manera a Alemania y es por eso que Tardá, diputado de ERC, en un comentario miserable les ha catalogado de nazis.
Perece muy necesario que el mundo económico afincado en Catalunya levante la voz. No deja de ser curioso que los mensajes privados y casi silentes del ámbito económico catalán se queden en los comentarios de las cenas y comidas privadas cuando los partidarios de la secesión, mayoritariamente ligados al sector público, usan todo tipo de altavoces mediáticos y a todas horas.
No entiendo nada, ¿cómo es posible que el partido de la clase media catalana este empeñado en el suicidio económico de esta región? ¿Le es tan difícil al empresariado catalán dar públicamente la alerta de lo que va a suponer, para sus bolsillos y los de los que de ellos dependen, una teórica independencia? ¿Alguien me lo explica?