Conversación tranquila de @jmfrancas con Salvador Fontenla Ballesta. General de Brigada retirado e historiador.
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JMF: Acabas de publicar el libro ‘Ejército nacional contra ejército popular de la república. Una historia táctica de la Guerra Civil española’, ¿por qué este libro y ahora?
SFB: Efectivamente hay muchísimo escrito sobre la Guerra Civil, pero creo que faltaba un análisis riguroso y sistemático de las operaciones militares de la táctica militar.
JMF: Pocos pueden hacer eso, ¿no?
SFB: Considero que el error de muchos historiadores es tratar de asuntos militares sin tener unos conocimientos básicos del arte de la guerra y de sus procedimientos. Así se ven, de vez en cuando, verdaderos disparates.
JMF: ¿Es para lectores especializados?
SFB: Se ha pretendido todo lo contrario, que sea didáctico y, para ello, que sea ameno. Con un lenguaje sencillo y sin tecnicismos. No es incompatible la rigurosidad con la claridad y amenidad del desarrollo de un tema histórico.
JMF: Para ir abriendo boca. ¿Qué destacarías tácticamente de ambos ejércitos?
SFB: Lo más importante y lo básico es la unidad de mando del Ejército Nacional y lo contrario del Popular de la República. Quizás sea la causa principal del desarrollo y final de la guerra.
JMF: ¿Tan simple como eso?
SFB: Tan simple y tan difícil de cumplir. Detrás de la unidad de mando están la acción de conjunto y la concentración de esfuerzos. Es decir, obtener la superioridad militar en el punto y momento clave.
JMF: Militares con prestigio y ciencia militar había en ambos bandos supongo, ¿Los de la República iban cada uno por su cuenta?
SFB: La República no tuvo unidad política y por tanto tampoco militar. Disolvió el ejército en su territorio, operó con milicias políticas, sin olvidar los ejércitos catalanes, vascos y sus luchas internas. Cuando recondujeron la situación parcialmente era ya muy tarde.
JMF: Amén de esta enseñanza, ¿qué más destacarías en el ámbito militar de esa contienda?
SFB: A pesar de lo que se ha escrito hasta la saciedad, la iniciativa siempre la llevó el EN y el EPR se limitó a realizar contraofensivas para detenerla, que por cierto todas fracasaron.
JMF: Y, ¿por qué ocurría esto?
SFB: Los alzados contaron desde el principio con mayor capacidad de combate, gracias al Ejercito de África. Después supieron fabricar una herramienta (Ejército más eficaz) que el contrario, mediatizado por los mandos y comisarios políticos.
JMF: En una guerra como esta, ¿qué pesa más: la pericia de los mandos, la preparación de la tropa, la calidad del armamento o la motivación del ejército?
SFB: Todo está interrelacionado. Sin buenos mandos no hay de lo demás, no hay buena tropa y no hay un buen empleo del armamento por bueno que sea. Los dos tuvieron la moral muy alta, es decir voluntad de vencer. Pero lógicamente con el paso de tiempo y pérdida de territorios y derrotas fue bajando progresivamente en el bando perdedor.
JMF: ¿Qué lecciones sacarías de la ‘guerra civil’ para no repetirla?
SFB: Es un problema político y no militar. No olvidemos que la guerra la hacen los políticos y los militares las operaciones militares, es decir, la lucha o los combates. Pero, para no dejar la pregunta sin contestar. Es que los partidos políticos no quieran conseguir el poder y mantenerse en él, a toda costa y por encima de los demás.
JMF: El ejercito español en la historia, ¿ha ido de más a menos?
SFB: Hemos tenido nuestros altibajos. El ejército ha sido, es y será lo que quiera el gobierno de la nación. Un ejército no se improvisa pero es fácil deshacerlo. Ahora estamos en un nivel muy alto, como se demuestra en las misiones Internacionales.
JMF: Me alegro de que estemos en nivel alto, gracias General. éxito en el libro y, si te dejas, hablaremos otro día de historia.
SFB: Muchas gracias a ti y a tu disposición.