En febrero de este año, indignado por el tratamiento que desde muchos medios de comunicación y entornos políticos se hacia de la persona -subrayo persona- de Rita Barberá y sin deberle a ella favor alguno, escribí con el titulo de “Cazando a Rita”, en este mismo bloc, que “Las caras de ‘placer’ enfermizo que ponen algunos cuando hablan de la Barberá, solo son comparables a las de grandes actores en escenas de sadismo. Tengo que reconocer que este deporte de ‘la caza al personal’, puesto tan de moda en la saga de ‘los juegos del hambre’, enciende en mí sentimientos de algo muy parecido al asco.
Y añadía yo, en momentos en que la alcaldesa de las cinco mayorías no figuraba en ningún texto judicial, que “Es verdad que el PP en Valencia huele fatal. Es verdad que no paran de salir imputados, ahora investigados, entre los cargos públicos populares. También es verdad que Rita Barberá, condenada por la oposición y la prensa como criminal casi de guerra, ni siquiera figura como ‘investigada’ en ningún juicio. Lo de la presunción de inocencia, ¿para quién es? ¿Solo para políticos de izquierdas y periodistas de según que cadenas?”
La cacería estaba en marcha y dos días después de su comparecencia voluntaria ante el juez Instructor del Tribunal Supremo, Cándido Conde-Pumpido, su corazón ha dicho basta. La condena de telediario, el desamparo de muchos de los suyos en el PP, la campaña de hostigamiento a todas horas de cierta oposición derrotada habitualmente por ella, incapaz de ganarla en las urnas, y especialmente la implacable cacería de cierta prensa que solo sabe vivir y comer de la mierda y de la presunción, interesada por rentable, de culpabilidad han podido más que la fuerza de este ciclón político del Turia.
No entiendo nada. Cuando una campaña de acoso y derribo acaba así, como ha acabado con Rita, ¿los promotores pueden dormir tranquilos? ¿Alguien me lo explica?
Muy emocionantes tus palabras en defensa de la justicia. Ahora lo que de verdad necesita “esa persona de la que usted me habla” es que recemos un responso por su alma y pidamos a Dios que tenga misericordia de ella y perdone sus pecados, como esperamos que también perdone los nuestros cuando nos llegue la hora. Doy por supuesto, conociendo tu formación cristiana, que ya lo has hecho. Lo menciono para que cualquiera de tus lectores se una a nuestra piadosa petición.
De todas formas, quisiera aclarar que si algún día te abandonan yo espero que te abandonen también en el Senado, como a ella. Es un magnífico sitio para sentirse abandonado. Ahora a seguir trabajando por la construcción de la democracia con justicia.
Que desgracia, y pensar que los suyos son los que mas dano le han ocasionado, abandonada, despreciada, y arrinconada, muchos de sus» companeros» tendran que hacer reflexion y examen de conciencia, por que la tienen bien negra, que Dios acoja en su seno a esta gran senora