Al leer las recomendaciones que propone para nuestro país el ‘Círculo de Empresarios’, paso del asombro, la desazón y el profundo cabreo que me produjo la lectura de las propuestas del FMI a la esperanza de atisbar el conocimiento de la realidad española que tienen los integrantes de esta patronal española. Recomiendo vivamente su lectura y ojalá nuestro Gobierno, tan dado a la autocomplacencia en la cuestión económica, tuviera el valor de seguir aunque fueran solo algunas de ellas.
La preocupación del Círculo, coincido en ello, es hacer que el crecimiento económico español sea sostenible y para ello es del todo necesario que, en vez de basarse en reformas cosméticas y en factores externos -euro, petróleo y Draghi-, nuestra resurrección se fundamenta en auténticas reformas estructurales que hoy por hoy brillan por su ausencia: invertir en educación y en economía del conocimiento, simplificar la contratación, simplificar y reducir la fiscalidad, avanzar en infraestructuras útiles, disponer de energía competitiva y sobre todo ajustar la administración haciéndola eficiente, son cuestiones del todo urgentes y necesarias.
No entiendo nada. Zapatero a tus zapatos, ¿no es lógico que sean los empresarios y los trabajadores españoles los que más sepan de cómo hacer crecer España? ¿Alguien me lo explica?