Sin ni siquiera tener el Congreso convocado, el ruido que acompaña al PSOE es totalmente congresual. A pesar del esfuerzo de la Gestora y del grupo parlamentario, a través de Antonio Hernando, los socialistas son noticia fundamentalmente por el movimiento de los dos autonombrados ‘precandidatos’ a un puesto no convocado. Cuando no hay chicha informativa hay ruido y este suele ser más fruto de la imaginación que de la realidad.
Hoy en el PSOE sabemos que se disputarán la secretaría general dos que se han postulado a ello y, como mínimo, una tercera, que espera simplemente que el Comité Federal convoque el Congreso para oficializar su candidatura. Pedro Sánchez, que esta como loco por volver, apela a la militancia y va de acto en acto para que no se olviden de él. Patxi López, el que más ganó con Pedro, y del que ahora se distancia con cara de compungido, ha buscado el cobijo de aquellos líderes, secretarios generales autonómicos, que estaban, como él, a muerte con Sanchez.
Susana Díaz, cuando se presente, tendrá toda la estructura socialista, nomenclatura y fontaneros, a su lado y previsiblemente ganará. Lo lógico es que el nuevo PSOE de la lideresa andaluza recuperé a Patxi López, y a muchos de los suyos, haciendo buena la máxima de que los socialistas llegan a congresos de confrontación para salir juntos de la mano. No ocurrirá lo mismo con Pedro Sánchez que más bien ha escogido la vía de la lucha a muerte política, presentando unos postulados ideológicos que se dan de bruces con la teoría política socialista y que de perder, que es lo más probable, se irá del PSOE con todos los que le siguen.
No entiendo nada. ¿No se da cuenta Sánchez que, en la partitocracia que tenemos, las siglas se comen al líder? ¿Alguien me lo explica?
Si algún día los partidos entienden que son organizaciones al servicio del bien común es posible que se encuentre alguna solución a los problemas de España. Me temo que la jerarquía del PSOE actual no está en esa labor, ni lo ha estado en los últimos decenios. Aunque tengo que alabarles que su gran rival, el PP, es todavía mucho peor, increíblemente peor y sin remedio. A medida que se van descubriendo las vergüenzas de estos dos partidos mi asombro por la supervivencia de España no deja de crecer. Realmente Dios protege a nuestra Patria del caos absoluto. Sin embargo, nos permite agonizar eternamente en medio de un desastre controlado.
Aunque no viene a cuento, me es imposible contener un comentario sobre las recientes y conocidas acciones judiciales. En España lo realmente peligroso, lo que no debes hacer jamás es expresar con libertad tus opiniones, porque aunque las palabras no matan, meten ideas a la gente. Eso es imperdonable. Así se comprende que si robas a manos llenas, como solo pueden robar los ricos, porque los robos de los pobres son minucias, no vayas a la cárcel, en cambio, pobre de ti como escribas un tweet sobre algo que no le guste al aparato de control de las masas. Aunque sea simplemente un chiste malo. Me recuerda a la inquisición, a quien le importaba muy poco lo que robaras, pero como dijeras una herejía te quemaban vivo. Algo se ha cambiado desde entonces, pero no demasiado.