Desaparecido Sánchez y después del espectáculo de los últimos días, sábado de miseria incluido, el sí a Rajoy del PSOE es del todo inevitable. Ya se que, de hecho y de derecho, el sábado no se votaba la posición del PSOE frente a la investidura de Rajoy, sino el mantenimiento de Pedro Sánchez como cabeza del PSOE. El Comité le dijo adiós y su solución de circunstancias ha sido crear una gestora para intentar resucitar a este PSOE malherido. Guste o no, esta gestora dirá, de una u otra manera, sí es sí a Rajoy.
Puede ser que la gestora siga en sus trece de no abstenerse frente a la investidura del popular y así de hecho nos aboque a unas terceras elecciones. ¿Alguien duda de que el resultados de unos terceros comicios sería un más que abultado si a Rajoy por parte de los españoles y un castigo a la división del PSOE? Rajoy acabaría investido y gobernando con muchos más diputados que ahora.
Puede ser que le gestora encuentre una formula para que pueda investirse a Rajoy con el mínimo coste político posible, empujar al PNV, poner alguna condición más de cara a la galería que otra cosa, dado que un PSOE dividido no es el mejor aval para ir políticamente de chulo.
No entiendo nada. Las dos opciones posibles dejan gobernar a Rajoy. ¿Preferirá el Comité Ejecutivo del PSOE que Rajoy gobierne con una mayoría más amplia que la que tendría ahora? ¿Alguien me lo explica?
No tengo idea de lo que preferirá el PSOE. Se ve bastante claro lo que ha preferido hasta ahora. No veo nada bueno en el horizonte. Llevan décadas de ignorar las necesidades de la gente y manipular su voluntad. Eso se nota. Decía Francisco “Sed pastores con “olor a oveja”, que eso se note.” Ninguno de estos políticos huele a oveja y me temo que ni siquiera saben a qué me refiero.
La pregunta más importante vendría a ser si a España le conviene que sean Rajoy, el Sobresueldo, y su orquesta los que toquen la música que va a bailar la sociedad española durante los próximos años. Eso es mucho más grave que lo del PSOE, porque al fin y al cabo los partidos deberían ser instrumentos para el bien común. Y el PP no lo es. El juicio de Gurtel y el de las tarjetas black son muy claros al respecto. El futuro no se ve muy grato, pero es lo que hay, más vale poner buena cara.