Álex N. Lachhein: ‘El virus vino de China, y salió de Wuhan’

Conversación tranquila de @jmfrancas con Álex N. Lachhein (@Kirghisz). Naturalista de campo, articulista en prensa, y divulgador medio-ambiental en programas de radio como «Caza, Pesca y Naturaleza» (Radio Intereconomía), o de televisión como «El Gato al Agua», «La Inmensa Minoría» y «La Redacción Abierta» (El Toro TV) o «Cuarto Milenio» y «Horizonte» (de Mediaset).

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JMF: Acabas de publicar. ‘WUHAN. PESTE ROJA Y CASO ABIERTO’. ¿Cómo que ‘peste roja’?

AL: Ya desde el título, la obra quiere diferenciarse de la verdad única impuesta. Lo vemos a diario en los medios. Ya no se puede decir el virus chino, ni la cepa británica o la variante amazónica. Todo es censurable. Todo es corrección política adoctrinante llevada a cabo con la complicidad de unos medios serviles y subvencionados al servicio de su amo globalista. Ahora nos han metido, sin vaselina y por la puerta de atrás, términos como la variante Alpha, Delta o Épsilon. «La Peste Roja de Wuhan», es una manera de titular definiendo posiciones, y no arrodillándose ahora ni nunca ante los mantras sagrados de la globalización. El virus vino de China, y salió de Wuhan. Punto.

JMF: Pero al hablar de ‘roja’ quieres decir ¿Partido Comunista Chino?

AL: Exacto. El color de la bandera del PCCh es más rojo que las amapolas, ¿no?

JMF: Sin duda. ¿Tuvo que ver que en China gobierne un PC el hecho de que tengamos una pandemia?

AL: No me cabe ninguna duda. El oscurantismo, la falta de transparencia y la falta de una democracia en ese país, es responsabilidad del comunismo. Y al igual que los comunistas rusos no reconocieron lo de Chernobil hasta que la nube tóxica llegó a Suecia, de la misma manera los del PCCh no reconocieron la hecatombe desatada con el virus en su territorio, hasta que los infectados no empezaron a salírsele por las costuras, muriendo en Wuhan sus propios nacionales. Víctimas todos ellos, de la forma de gobernar dictatorial de sus dirigentes.

JMF: ¿El virus sale del laboratorio de Wuhan entonces?

AL: Eso ya está fuera de cualquier duda razonable. ¿De dónde iba a salir si no? Si hasta el propio Peter Daszak, director de EcoHealth Alliance acaba de reconocer que lo del murciélago y el pangolín del mercado, ¡se lo habían inventado! Los más modernos estudios científicos, demuestran que el virus tiene huellas dactilares inconfundibles que delatan su creación artificial. Eso que los virólogos más mediáticos y prestigiosos negaban desde hace un año («tendría que haber algún rastro de su manipulación» decían, «y no lo hay»), y que ahora, por arte de birlibirloque y desde que Biden levantara la veda, ahora la mayoría abrazan como si siempre hubiera defendido esa postura. Hipócritas todos, que piensan que el ciudadano de a pie no tiene memoria.

JMF: ¿Sale del laboratorio, se escapa o lo sueltan?

AL: Esa es la clave de bóveda de todo el asunto. Hace año y medio, yo era de la opinión de que había sido un accidente de laboratorio con resultado de fuga, como ya había pasado hace años con el virus Marburgo (antecesor del Ébola) y sus chimpancés de experimentación. Hoy, con todas las evidencias conocidas y los militares metidos hasta los tuétanos en el laboratorio P4 del WIV, pienso que el escape no sólo fue deliberado, sino que se trataba de una prueba militar que acabó yéndoseles de las manos a los propios militares. El PCCh no es conocido internacionalmente por el respeto a la vida sus ciudadanos. Pero claro, eso, no se podrá probar nunca porque el PCCh y el PLA, el Ejército Popular de Liberación chino -el brazo armado del PCCh-, son dos monstruos casi invencibles. Y, si había alguna prueba de todo esto que digo, seguro que ya está enterrada en la fosa de las Marianas como mínimo.

JMF: ¿Se creo artificialmente, ganancia de función, para guerra biológica?

AL: Es muy sencillo atar cabos. La ganancia de función consiste en crear un súper virus más infectivo, letal, y que sea capaz de atravesar la barrera de especie. Algo, que normalmente sólo puede hacerse en laboratorio. Pero Obama, prohibió ese tipo de investigaciones en USA. Y siguen prohibidas en Occidente (aunque Trump creo recordar que les abrió un poco la mano). Por eso, los americanos financiaron el WIV con dinero público: para que los chinos investigaran por ellos con su dinero, ya que en China sí que se puede trabajar legalmente en la “ganancia de función”. ¿Qué ocurre? Pues que en China es imposible hacer algo y que no se te metan los militares hasta el cogote. Hasta para ir al water tienes al ejército encima. Así pues, la “batidoctora” Shi Zhengli, no tuvo más remedio que arrodillarse ante el sistema, y aceptar una línea de investigación para armamento militar en toda la investigación. ¿Qué podía hacer la pobre señora si no? En China, o eres voluntario para todo lo que te ordene papá Estado, o directamente desapareces.

JMF: ¿EEUU financiando un arma biológica China? Que sepa yo no son aliados militares, suena a chino ¿no?

AL: Seguramente Daszak, Fauci (y quien sabe si no estuviera metido Barik también en esto), no eran conscientes de que los militares chinos estaban manejando los hilos. Inocentemente creyeron que un laboratorio civil, investigaría la “ganancia de función” para ellos sin más complicaciones. Lo cual demuestra la bisoñez, de algunos científicos, y reabre el eterno debate de que es o no ético o posible investigar.

JMF: ¿La investigación de la OMS fue un paripé?

AL: Nadie con dos dedos de frente lo pone en duda. Una expedición al foco después de un año y pico de la declaración de pandemia, y tras poner China todos los palos posibles a las ruedas de aquel viaje. Doce supuestos expertos de visita guiada por Wuhan durante dos semanas, viendo sólo lo que los militares chinos querían que vieran. No pudieron acceder a las zonas sensibles del WIV, del CDC, a las muestras de sangre de los primeros infectados… Ahora, eso sí: declararon desconocer el origen del virus, pero descartaron de plano y sin ninguna prueba científica, su origen artificial. Y claro, fue salir de China, pisar suelo occidental, y empezar a tirarse los trastos entre ellos.

JMF: Cuando se sepa toda la verdad, si llega algún día, ¿habrá que exigir responsabilidades a los causantes? ¿Y a los que vetaban en las redes sociales como mentiras aquello que se demuestre que era cierto?

AL: Será casi imposible. Los expertos en supervivencia saben muy bien cómo cambiar de chaqueta según les conviene, y decir una cosa y después su contraria. Y como el pueblo no tiene memoria, pues así estamos. Dirán que con la información disponible, pues “no se podía saber”. Y a China, toda una potencia nuclear y dueña de la deuda de medio Mundo, ¿quién va a ser el guapo que se atreva a ponerle el cascabel? Pagarán los cabezas de turco elegidos y ya está. Mire España, por ejemplo: de docenas de querellas judiciales por la mortal gestión del virus de este Gobierno de filósofos, cajeras y astronautas, ninguna ha salido adelante. Incluso, aún estamos a la espera de que el Constitucional se pronuncie sobre la ilegalidad del primer estado de alarma, conque mire…

JMF: Yo hablo de que en España hemos sufrido dos virus, el chino que tarde o temprano controlaremos y el de la Moncloa que sigue ahí, ¿las vacunas acabaran con el chino? ¿Y como vacunarnos del de Moncloa?

AL: ¿De qué vacunas habla usted?

JMF: De las que nos imponen…

AL: El de la Moncloa se cura aprendiendo a votar. Y el chino, dejando de hacer PCR’s a gente sana para aumentar las estadísticas de infectados. Lo único que debería contabilizarse, es: ingreso hospitalario, ingreso en UCI, y mortalidad confirmada. Nada más.

JMF: Y de las ‘vacunas’ ¿qué piensas?

AL: Eso no son vacunas. Y el uso del lenguaje es muy importante en este relato. Son medicamentos génicos experimentales en fase 3 hasta el año 2023, y no aprobadas por ningún regulador. No inmunizan, no impiden el contagio, y lo único que impide es que te mueras. Y yo soy una persona pro-vacunas, vaya eso por delante. Esto de las farmacéuticas (que por cierto, son las únicas que dicen la verdad en sus pliegos), es de una falta de vergüenza estratosférica. Para cuando vuelva el frío en otoño, y se empiecen a notar algunos de los primeros efectos adversos de estos fármacos, ya tienen preparada la estrategia: una súper ola devastadora, y culpar al ciudadano por su irresponsabilidad al no llevar ya bozales, mantener mucha vida social, etc., etc. Estamos en manos de unas empresas condenadas ya judicialmente al pago de indemnizaciones millonarias, blindadas con contratos ante los Gobiernos que les eximen de ninguna responsabilidad penal, y que presentan unos fármacos no aprobados para que la población civil haga de conejillo de Indias saltándose toda la legislación internacional en materia de derechos humanos. Fármacos que según declaran ellas mismas, pueden tener efectos adversos graves a largo plazo, que te inoculan sin un consentimiento informado, sin un estudio del paciente, mezclando fármacos, y con la misma dosis para todo el mundo. Y si no tragas y quieres mantener pura tu sangre, te plantan una estrella de David en el antebrazo, como si fueras un apestado insolidario, conculcándote todos tus derechos. ¿Quiere que siga?

JMF: Piensas que aún no hemos visto y sufrido todo lo malo?

AL: Lo malo claro que está por venir. Cuando transcurra el tiempo suficiente y se empiecen a ver los efectos a largo plazo de estos fármacos, y los afectados y muertos ya no puedan ser tapados por más tiempo, es cuando vendrá lo peor. Por el momento, ya empezamos a darle una probadita al monstruo: ahora, nos exigen la vacunación en niños y menores. Y me temo que muchos padres, aterrorizados como están, aceptarán.

JMF: Tú, ¿no asumirías este riesgo de los niños?

AL: Me parecería una irresponsabilidad rayana en el delito, el que los padres permitieran inocular a sus hijos menores con unos “caldos” que algunos se empeñan en llamar “vacunas”, a sabiendas de que estamos hablando de un síndrome con una letalidad de sólo el 0’3%, y del cual el CDC y la propia OMS declaran supervivencia del 100% para todos los niños. Inyectar a un menor es innecesario y sumamente peligroso. Y así lo manifestaban las propias farmacéuticas hasta ayer mismo, en el que aparentemente cambiaron de parecer y pidieron experimentar también con menores. Es decir, la voracidad económica de estos sujetos y de estas empresas no tiene límite ni vergüenza.

JMF: ¿Qué le reprochas al gobierno español por su administración de la pandemia?

AL: Qué no le reprocho al Gobierno querrá decir más bien, ¿no?

JMF: Me vale también… ¿Qué no le reprochas entonces?

AL: Mire, aquí tenemos un Gobierno que no estaba preparado para gestionar una crisis sanitaria como esta. De ministros, los más inútiles del país (salvo tres cuatro como Planas, Calviño, Robles, Escrivá…). El Gobierno de, como no sé qué hacer ante lo que se me viene encima, continúo mintiendo a los españoles y santas pascuas. Un Gobierno que reconoció confinar quince días a la población, porque no tenía ni idea de cómo atajar el problema. Un Gobierno que no hizo caso a casi a ninguna de las advertencias y recomendaciones sanitarias internacionales, porque lo único que le interesaba era cumplir con su agenda ideológica radical feminista. Un Gobierno que no quiso hacer acopio de material sanitario, porque para qué, si sólo era una simple gripe según el inefable Simón. Un Gobierno que dejó morir a los ancianos en soledad, en vez de trasladarlos a centros hospitalarios. Ningún remedio recibieron salvo morfina. Un Gobierno que mintió sobre el número de muertos a los españoles; que no permitió las autopsias, para que no se destapara la mentira. Un Gobierno que instauró un estado de excepción disfrazado de alarma, para conculcar así los derechos y libertades de los españoles, hundiendo de esta manera la economía del país. Un Gobierno que en cuanto pudo, pasó la patata caliente a las CCAA, no ayudándolas en nada, y cargando contra las que no eran de su color político, como Madrid, por ejemplo, donde se cruzó de brazos con el aeropuerto de Barajas. Un Gobierno que, eso sí, se apropió de las supuestas vacunas, poniendo su pegatina institucional en la primera caja desembarcada del avión como si las hubieran fabricado en Moncloa. Pero eso sí: el resto de aviones con material sanitario, se los tuvieron que apañar Ayuso y Amancio Ortega ellos solitos. Y por no hablar de la ocultación que ahora “vacunator” Sánchez hace de todos los efectos adversos de los fármacos experimentales estos, y que el día que se destape la mentira, temblarán los tribunales. En fin, ¿cree usted que queda algo que no reprocharle a este Gobierno? Ah, y un Gobierno que ante la petición urgente de que se cerraran todos los vuelos internacionales, siguió manteniéndolos abiertos, permitiendo por tanto que el virus entrara en nuestro país vía avión. Xenófobos y racistas es lo que llamó Sánchez a quienes exigieron el cierre aeroportuario. Sánchez es responsable, claro que sí. No del origen del virus, pero si de la entrada del mismo en territorio nacional.

JMF: Desgraciadamente queda, para reprocharle, el futuro que nos espera con él. Un abrazo Álex, estamos en contacto, mil gracias y hasta pronto.

Pedro Cobo: ‘Los conservadores no podemos generar símbolos desde la mentira’

Conversación tranquila de @jmfrancas con Pedro Javier Cobo Pulido (@pokboomer), licenciado en enfermería, doctor en historia, fundador de ‘Sublevados’ (@Sublevados_).

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JMF: ¿Qué es ‘Sublevados’?

PC: Una plataforma de comunicación en redes sociales para gente entre 14 y 35 años para difundir el pensamiento conservador a través de los propios jóvenes de esas edades (14 a 35 años). Tiene una agenda de 30 años, hasta el 2050.

JMF: ¿Hasta el 2050? ¿Por qué ese año?

PC: Pretendemos un cambio cultural y eso no se puede hacer en menos de una década. 30 años es más o menos una generación. 2050 es una fecha redonda. Y un servidor tendrá 85 años… y espero jubilarme a esa edad… jajajaj. esas serían las razones. Es necesario poner una fecha para medir nuestro efecto, evidentemente habrá que hacer otras mediciones, anuales, quinquenales, etc. pero como es sabido el cambio cultural no tiene ni límite ni fin. Al fin y al cabo es una fecha aleatoria pero creo que si tiene un efecto sicológico, al fin y al cabo somos seres temporales y necesitamos mediciones y metas.

JMF: Es la fecha de los planes imaginarios del Presidente de Gobierno de España, ¿lo habéis hablado? jaja

PC: No, jajaja. Ojalá tuviéramos tanto poder y dinero para hacerlo.

JMF: Acabarías muy mal, el solo es conservador para su propio ego…

PC: Mira, en política llegar a esas alturas es bueno si uno sabe mantener su independencia (cosa no fácil cuando hay poder por medio).

JMF: ¿Sois independientes?

PC: Sí, demasiado… jaja.  Nadie nos financia… Estoy yo, 55 años, y el resto tiene menos de 35. Nadie tiene cargos políticos o económicos importantes. Hasta ahora somos 100 por 100 orgánicos (¿se entiende la palabra orgánico?). No he hecho la media de edad, pero creo que debe rondar los 25 años.

JMF: ¿Orgánicos?

PC: Como las plantas… crecen de forma orgánica… natural… poco a poco. Sí, ya sé que suena a democracia orgánica… franquismo… pero en México esa palabra no tiene esa connotación.

JMF: Sin financiación, ¿cómo se hace algo?

PC: Cobramos unos cuatro euros mensuales a los chavos y tenemos algún donante, unos 400 euros mensuales y pusimos entre los fundadores al inicio unos 20.000 euros en material de grabación (cámaras, luces, programas, etc.). Estamos por constituir una Asociación Civil donataria. La idea es aumentar las vistas en YouTube, conseguir «patronos», donaciones hormiga y poco a poco ir creciendo. Queremos fundar una productora que haga documentales de personajes ilustres que puedan ser símbolos para la juventud (Servitje, fundador de Bimbo, Garza Sada, fundador del Tec de Monterrey, etc.). Si vamos creciendo como lo estamos haciendo hasta ahora creo que sí podremos conseguir donantes más o menos importantes en unos pocos meses. Bueno, quizá en el futuro organizar cursos on line…

JMF: ¿Me estás hablando solo y para México?

PC: No, la idea es toda Hispanoamérica. No estoy seguro de si España entraría ya que el papel de Vox, de la Gaceta.es, de la fundación Disenso ya tiene un espacio. Pero en Hispanoamérica apenas hay medios importantes que se consideren de derecha o conservadores, nosotros preferimos llamarnos conservadores. La idea es afianzarse en México, pero ya tenemos bastante gente en Colombia y algunos en Perú, Ecuador, Argentina, etc. El objetivo a un año es tener una persona contratada para las admisiones y promoción en otros países.

JMF: ¿Piensas que el pensamiento conservador no se difunde?

PC: La inmensa mayoría de la población en Hispanoamérica o en Estados Unidos (con más de 50 millones de hispanos) es conservadora, el problema es que no lo saben. Los grande medios, desde Netflix hasta los periódicos y televisiones nacionales, están imbuidas de todo lo que se llama la Teoría Crítica, los que James Lindsay y Helen Pluckrose han descrito tan bien como Cynical Theories… No, no hay medios importantes que lo difundan a nivel popular, mucho menos a un nivel intelectual medio alto. Algunas universidades, especialmente las del Opus Dei y la de los Legionarios, sí tienen ese bagaje… pero no sale a la calle… justo ese es nuestro propósito: popularizar en tuits, tik toks, Youtube ese pensamiento, bien sin decirlo o promoviendo directamente el pensamiento de Chesterton, C. S Lewis, Edith STein, Scruton, Ahmari, y un largo etc. 

JMF: ¿Me hablas de lo que se llama ‘batalla cultural’?

PC: Exacto. No estoy seguro que sea la palabra adecuada pero creo que es suficientemente conocida y con perfiles más o menos nítidos y sí, nos entendemos a nosotros mismos como una partecita de esa batalla cultural.

JMF: La izquierda avanza gracias al ‘Grupo de Puebla’, ¿hay algo enfrente?

PC: La izquierda se aprovecha de una arraigada cultura cristiana en la mayoría de los países de occidente. Han sido unos verdaderos maestros en tomar la parte de la «misericordia» cristiana, han sabido socavar los fundamentos metafísicos, metapolíticos del cristianismo pero, a la vez, han usado esa parte de la justicia social como quinta columna para penetrar prácticamente todas las instituciones occidentales, incluidas las eclesiásticas. Por otra parte han sabido explotar las gravísimas contradicciones del capitalismo salvaje a la vez que se han servido de él (Apple, Microsoft, las grandes Big Tech, etc.) para difundir sus ideas. Han conseguido una ingeniería social que ni el mismo Stalin podría haber imaginado. Un Mundo Feliz de Huxley sería más acertado que 1984 para explicar lo que ha sucedido. Yo no hablaría tanto de «izquierda», prefiero la palabra «globalistas» para definir esa enorme cantidad de intelectuales, artistas, etc. que están difundiendo la idea de un Hombre sin patria, sin familia y sin religión. Solo de forma analógica se les puede llamar de «izquierda». Pero bueno, es la palabra que todavía se utiliza.. Aparentemente no hay nada enfrente. Hungría, Polonia, Vox en España, ToroTv, y a nivel de personas Agustín Laje y la Fundación Libre, Miklos Lukas, Mamella Fiallo, Horacio Guisto, etc. Ahora, el conservadurismo es la forma normal y natural del hombre de estar sobre la tierra: basar sus principios, costumbres y leyes en sus antepasados, orografía, cultura, etc. Además, el conservadurismo tiene raíces judeocristianas con una visión muy fuerte en una metafísica, antropología, etc. que tiene más de 2.500 años (si contamos las aportaciones griegas) y no creo que sea posible erradicarlas por más que se quiera. Yo comparo a estas últimas generaciones como un junco al que se le ha obligado a doblegarse con muchísimo dinero y poder político, pero eso llegará un momento en que va a terminar -bien por cansancio de las élites que lo promueven o por caos en las sociedades en donde se ha implementado- por lo que el junco volverá a esta inhiesto en pocas generaciones. Ahora, el daño hecho desde Ockham, Descartes (ambos católicos) y por Lutero promoviendo la negación de las normas universales, del inmanentismo y del subjetivismo, no se cura en una generación, pero es seguro que, retomando a Toynbee, perdurará.

JMF: ¿La misericordia cristiana ha servido para hacer un mundo sin Dios? Que paradoja…

PC: Ahí entraríamos con San Agustín, no es posible entender el absurdo de los globalistas que prefieren, por poner un solo ejemplo, a un perro que a un niño sin entender que hay algo diabólico en todo esto. No hay explicación posible para que en una Europa envejecida se siga promocionando el aborto, la anticoncepción, etc. Siguiendo la lógica capitalista esas élites que lo  promueven deberían promover la existencia de consumidores, sin embargo están matando a la gallina de los huevos de oro.  Una de las formas de cómo pudieron llegar a anestesiar tantos decenas de millones de personas para que apoyen esas políticas criminales -aborto, eutanasia- era llegar a través de algo bueno, la misericordia, virtud que todo Occidente tiene en su ADN. Una estrategia de marketing genial. Es el mismo caso que la difusión de la ideología de género.

JMF: ¿Qué otra estrategia también genial de marketing se les puede oponer?

PC: Esa es la gran pregunta que yo me hago: ¿Cómo hacer lo mismo pero en sentido contrario? Yo no tengo la respuesta, si la tuviera seguro me hago millonario… jajaja. Pero lo que sí tengo muy claro es que se necesitan personas que sepan de marketing congnitivo para darle la vuelta. Un George Lakoff pero desde el conservadurismo. Necesitamos generar símbolos, canciones, novelas, películas que vayan revirtiendo la tendencia. Exagerando un poco necesitamos un Ché Guevara -que metió a homosexuales en campos de concentración- y ahora es uno de los símbolos del colectivo LGTBI, o una Margaret Sanger, racista, que se convierta en la adalid de los DDHH. Digo exagerando un poco, porque los conservadores no podemos generar símbolos desde la mentira. Mi idea de Sublevados es justamente esa: que esos símbolos los generen los jóvenes para los jóvenes. Ojalá salgan muchos que sean capaces de generar esos símbolos y crear lo que se llama story telling para generar esos marcos teóricos de los que se puedan nutrir las generaciones futuras.

JMF: Si los otros pasan de Dios, ahí ya tenemos otra pista, habrá que estar con Dios ¿no?

PC: Sin lugar a a dudas, el conservadurismo no existe sin la visión judeo cristiana. Por eso cité a San Agustín. El problema fundamental es espiritual -la inmensa mayoría de las Iglesias cristianas y muchas sinagogas judías están muy corrompidas, incluida la Iglesia Católica-, eso ha afectado enormemente a la parte intelectual y de ahí la parte comunicativa. La función de sublevados es rescatar lo sano de la tradición judeocristiana, de esos intelectuales y llevarlos a las redes. No somos un grupo ni religioso ni cristiano, aunque el 99 por ciento somos católicos o protestantes practicantes. Pero sí, el tema religioso es el fundamental, pero no es nuestro terreno. Nuestra misión es romper la espiral del silencio para que esos sacerdotes, religiosos, rabinos, etc. que difunden unas doctrinas acordes a las tradiciones milenarias encuentren un espacio y no sean relegados o incluso prohibidos (cosa que ya está sucediendo).

JMF: ¿Hay miedo o complejo en muchos ‘conservadores’?

PC: Sí, es lógico. Llevamos dos siglos y medio, desde la Revolución Francesa, en donde se nos ha dicho que nuestros fundamentos metapolíticos no deben entrar en la discusión pública y nos lo hemos creído. Es totalmente aceptable decir soy ateo y materialista y estos son mis propuestas (por más absurdo que sea que la materia genere leyes) pero no se puede decir: mis fundamentos metapolíticos son estos… y por eso repudio el aborto, la eutanasia, los vientres subrogados, etc. Eso no significa entrar a los parlamentos a «biblazos» si no usar 2.500 años de filosofía, metafísica, teología de la buena para defender nuestro punto de vista. Quizá el mayor logro de los liberales decimonónicos sea ese, decir: dejen sus convicciones en casa (eso sí, las nuestras si van a estar en el Parlamento y la prensa).

JMF: Mil gracias Pedro, mucho ánimo y si me dejas iré siguiendo ‘sublevados’. Un abrazo.

PC: Gracias.

Joaquín Echeverría Alonso: ’La muerte de Ignacio no fue en vano’

Conversación tranquila de @jmfrancas con Joaquín Echeverría Alonso, Doctor Ingeniero de Minas, me dice que lo más destacado de él es que “soy el padre de Ignacio Echeverria Miralles de Imperial”, y me dice que “en otro caso no estaríamos haciendo esta entrevista seguramente”.

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JMF: ¿Por qué es conocido tu hijo?

JE: Ignacio pasó a ser una persona conocida en el ámbito público porque presenciando un ataque terrorista, en vez de huir y esconderse, corrió a neutralizar a los terroristas y a socorrer a las personas que estaban siendo apuñaladas.

JMF: ¿Acción que le costó la vida verdad?

JE: Sí, Ignacio fue apuñalado en ese ataque terrorista y se desangró, no fueron capaces de cortarle la hemorragia y murió.

JMF: ¿Tú y su madre moristeis un poco también?

JE: No, Ignacio murió, nosotros sentimos su ausencia, no podemos hablar con él. Pero nosotros sabemos que Ignacio era libre de actuar y estamos satisfechos de cómo reaccionó, estamos de acuerdo con él y por tanto aunque notemos su ausencia su recuerdo nos emociona en ocasiones. Y pensamos que si su muerte es útil puede ser algo bueno.

JMF: ¿Lo habíais educado para actuar así?

JE: Yo siempre quise que mis hijos fueran buenos, quisimos que tuvieran buena conducta, que se respetaran a sí mismos y fueron decentes con los demás. Pero nunca pensamos que pudiera llegar este caso, pero él, en la vida, afrontó muchas situaciones y estábamos contentos de cómo las afrontaba.

JMF: ¿Qué sabéis del que lo asesinó?

JE: En realidad no sabemos cuál de los tres, yo al menos no sé cuál de los tres fue su asesino, pero entendemos que eran personas que habían estado en la guerra en Siria y que tenían trabajos públicos en Inglaterra.

JMF: ¿Qué sientes por ellos?

JE: Me parece que son unas víctimas de la guerra de propaganda que establecen los poderes islámicos que se quieren hacer con el máximo poder posible y someternos a su yugo. Por ellos en concreto un cierto desprecio. Me parece que es mejor que estén muertos, para que los que sufran la tentación de repetir la hazaña sepan lo que los espera.

JMF: Qué se ha hecho de ellos…

JE: El cuerpo de policía armada británico cuando recibió el aviso se presentó en la zona y les disparó.

JMF: Me has dicho, hablando de Ignacio, que: «si su muerte es útil puede ser algo bueno». ¿En qué ha sido útil?

JE: Creo que hay muchas personas que se han parado a pensar en lo que hizo Ignacio y en cómo era, muchos creen que hizo lo correcto y que era un hombre bueno y creo que puede ser un buen ejemplo y que está siendo útil para muchos. Útil para reflexionar y hacerse mejores ellos mismos.

JMF: ¿Os habéis hecho mejores después?

JE: En mi caso concreto su muerte fortaleció mi fe y el pensar en él me ha dado bastante paz. Creo que ahora soy mejor persona.

JMF: Sin fe, ¿sería fácil el odiar?

JE: No soy capaz de hacer conjeturas de lo que podría ser si las circunstancias fueran otras. Mi fe no era gran cosa y sin embargo en ningún momento sentí odio por esas personas en concreto. Pero si tengo la firme convicción y ya tenía que los movimientos terroristas de cualquier signo son absolutamente odiosos y deben ser combatidos con todos los medios disponibles.

JMF: ¿Piensas que Europa, o más en concreto España, los combate así?

JE: En mi opinión hay actuaciones equivocadas en ocasiones. Creo saber que en ocasiones se compró la paz dándoles dinero, me refiero a la época en que fue director general de la Guardia Civil Roldán. En este momento se les están dando privilegios inadmisibles con fines personales de personas del gobierno actual. A los combatientes islamistas de Siria se los recibió sin hacer una discriminación adecuada. No me considero una autoridad en este tema, pero admiro profundamente a Margaret Thatcher cuando le piden explicaciones de cómo las fuerzas británicas matan a terroristas del IRA en Gibraltar y ella corta con la situación diciendo que fueron órdenes de ella. La legislación española con la prescripción de los crímenes y la derogación de la doctrina Parot en el mejor de los casos es vergonzosa.

JMF: ¿A qué piensas que se debe esa ‘inocencia’ o esa ‘imprudencia’ en nada estilo Thatcher?

JE: A mi me parece que se debe a la irresponsabilidad y a la visión cortoplacista de todo gobierno, cuando se quiere salir del paso se cubre con un velo el problema, pero el problema sigue ahí. Por otro lado hay políticos que sienten simpatía por las causas que defienden los movimientos terroristas, o determinados movimientos terroristas. Los marxistas sienten muy poca empatía con las víctimas.

JMF: ¿El enemigo en casa entonces?

JE: La irresponsabilidad en cualquier trabajo o en la función pública o en la administración de las responsabilidades de gobierno es un enemigo terrible. Me estoy refiriendo algo que no es exactamente mala intención que es incompetencia, cortoplacismo o coger atajos creyendo que llevan algún sitio. Fuera de eso hay actitudes tremendamente irresponsables por adoptar posturas demagógicas como que parezca que aunque mantenemos fronteras y defensas en las fronteras decimos que podemos acoger a cualquier persona que quiera venir nuestro país. evidentemente el aforo es limitado y no podemos permitir que los huéspedes entren a la fuerza saltándose la ley, esto es responsabilidad de ciertos políticos, no de unos pocos. Por otro lado hay un ejemplo de estos días en la Unión Europea, en el Parlamento Europeo, ciertos grupos políticos españoles votaron contra el exigir a Cuba el respeto a los ciudadanos. Sí creo que los que actúan así son enemigos de nuestro país y de la comunidad económica.

JMF: Volviendo a Ignacio, alrededor de su muerte, ¿qué actuaciones destacarías como reconfortantes?

JE: Creo que a Ignacio se le prestó mucha atención por muchas personas, desde particulares hasta figuras del periodismo, de la política de todo orden tanto nacional como autonómica o local. Creo que esas atenciones fueron buenas porque hicieron pensar a muchas personas que vale la pena ser bueno y portarse bien. Me refiero a artículos de prensa, condecoraciones de todo tipo, dedicarle espacios destinados a actividades deportivas, particularmente Skate. Últimamente una fundación llamada Cruzados de Santa Maria le ha dedicado un musical titulado Skate Hero. También la Iglesia Católica le ha prestado atención en sus publicaciones y en particular el cardenal Osoro asistiendo a oficios religiosos e incluso asistiendo al estreno del musical. Todo esto creo que es bueno para la sociedad y de alguna manera supongo que me hace pensar que la muerte de Ignacio no fue en vano.

JMF: Escribiste una cara pública titulada «España en peligro«, ¿y eso?

JE: Sí, creo que fue al comienzo de la pandemia porque me parecía que se estaban rompiendo los principios de la Constitución secuestrando nuestras libertades. Parece que el Tribunal Constitucional en este momento va en la línea de decretar que el Estado de Alarma fue ilegal por la forma en que se decreta y las medidas que se tomaron en base a ese estado de Alarma.

JMF: ¿Cómo os gustaría que fuera recordado Ignacio?

JE: Me gustaría que Ignacio fuera recordado cómo fue, como un hombre bueno que se tomaba en serio la vida y sus obligaciones. Si un día es beatificado supongo que se habrá cumplido algo que él nunca se pudo imaginar pero que de haberlo sabido, sé que es imposible le hubiera hecho una ilusión enorme.

JMF: ¿Beatificado?

JE: En el verano, sin haber pasado un mes de su muerte, el Papa definió un camino para la beatificación que a mis ojos parecía diseñado con los requisitos de Ignacio. En unas jornadas universitarias de ese verano el obispo de Martínez Camino, que es el responsable de las beatificaciones en España, dijo que estaban pensando, en unas declaraciones a la prensa, en beatificar a Ignacio. Creo que es posible que se abra la causa, una vez pasados cinco años desde su muerte como es preceptivo.

JMF: Eso si reconforta… Mil gracias Joaquín y un abrazo para toda la familia.

JE: Muchas gracias por tu interés en Ignacio.

Alfonso Piñeiro: ‘El ciudadano debe reclamar el ejercicio de sus derechos’

Conversación tranquila de @jmfrancas con Alfonso Piñeiro, escritor y emprendedor, con pasado y alma de periodista.

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JMF: ¿Qué es “La ola definitiva”? Apareces tu en la portada…

AP: ‘La Ola Definitiva’ lo defino como un «breve ensayo literario de urgencia». Breve, en el sentido de que son unas 50 mil palabras. Literario, dado que no es científico desde el punto de vista académico, aunque sí desde otros enfoques de ciencias sociales y humanas. Ensayo, en cuanto que parte de una tesis principal para desarrollar diferentes contextos de análisis. Y de urgencia, porque busca abordar una situación tan cambiante, acelerada y a veces improvisada como es la gestión de una pandemia.

JMF: ¿Cuál es esa tesis?

AP: Existe una tesis principal, y una subtesis anidada. La tesis principal parte de la idea de que hemos caído en una trampa de hiperventilación en el enfoque de las medidas y restricciones que han de ser adoptadas para hacer frente. a los riesgos asociados a la crisis pandémica COVID-19. Una aceleración desaforada por la que dar marcha atrás se convierte en un anatema y hemos venido necesitando paquetes de medidas y restricciones muy por encima de lo que exigían las cifras reales de incidencia, y sin medir de forma coherente, consecuente o al menos equilibrada el impacto que esas medidas tienen sobre todos los demás órdenes de la vida. La subtesis es una llamada de atención: «ojo con los cantos de sirena para convertir estas medidas en una especie de higienismo ad aeternum». Tengo suficiente confianza en nuestra especie como para pensar que no se dará esa situación, pero un elemento aparentemente tan anecdótico como las mascarillas nos puede dar pistas en sentido contrario: no solo se han asumido de forma casi unánime como un talismán incluso allí donde no existen riesgos (exteriores), sino que la propia ministra Darias llegó a afirmar hace unas semanas que «habían venido para quedarse». Ojo con esas tentaciones. Hay una obligación ética de conjurarse para evitarlo.

JMF: ¿A qué piensas que se ha debido esa ‘hiperventilación’?

AP: A una cadena de contagio de pánico sin igual en la historia reciente de Occidente, o de los países que forman la primera y segunda fila del «desarrollo». Supongo que en parte propiciada por un fenómeno perverso: haber vivido más o menos, y salvo excepciones, entre algodones durante décadas sin grandes problemas que afrontar. Esa situación nos ha debilitado a nivel de reflejos, reacción, mesura, capacidad de anticipación y equilibrio entre lo sociopolítico, lo sanitario y lo económico.

JMF: Intuyo que este pánico se podía deber a que los políticos no saben de todo, quizas mejor no saben de casi nada, pero puñeta hay científicos a los que preguntar que saben muchísimo. ¿Justificas esa hiperventilación?

AP: Hay claramente dos frentes. Uno es el científico, que está llamado a proponer una serie de medidas, y que en origen podían contener diferentes sensibilidades, desde las más hiperreactivas hasta las más mesuradas. Pero después esas medidas deben ser adoptadas por una clase política en la que pesan dos grandes losas: una, evitar el futuro potencial castigo por no haber tomado medidas a tiempo; y dos, el no reconocer que determinadas medidas puedan haber sido erróneas e incluso ineficaces. Ese reconocimiento no forma parte del discurso político en las democracias occidentales.

JMF: Entonces hay que dar por supuesto que nuestra democracias fuerzan el error del político…

AP: Es algo que encontramos en tratados políticos a lo largo de las últimas dos centurias y media de levantamiento, fortificación y construcción del Estado de Derecho: el acomodamiento a un régimen de libertades termina produciendo perversiones por las cuales el soberano de los derechos, que es la ciudadanía, y que cede temporalmente a sus legítimos representantes, puede terminar prefiriendo políticas «duras» que guíen su camino. Por eso se necesitan (y se echan de menos) políticos con clara visión de estadista, que sean capaces de exigir al ciudadano que reclame el ejercicio de sus derechos.

JMF: Necesitamos líderes y sobre todo contrapoderes frente a los dirigentes… ¿no?

AP: Toda sociedad democrática necesita valerse de herramientas para la defensa de los valores de lo público (no confundir con Sector Público, que es importante pero no se trata de eso aquí). Si esa herramienta es un «líder mesiánico» puede ser un error. Las herramientas pasan por la propia convicción de la madurez social, de reconocerse vecinos unos a otros y establecerse frente a comportamientos como la delación, l’omertá o el señalamiento, que tristemente hemos vivido en los últimos 16 meses: policías de balcón, llamadas de atención por una mascarilla bajada o «hacemos todos esto porque es lo que nos dicen que hay que hacer, aunque no lo entendamos del todo”.

JMF: De este ultimo año destaco que muchos quieren ser ovejas y otros quieren ser pastores mesiánicos. No me gustan ninguno de ellos…

AP: Te puedo decir que son incontables los mensajes que recibo cada semana que invitan a esa desafección con unos y con otros. Entiendo la «sensación» por la que se produce, y puntualmente la comparto. Pero siempre que puedo respondo con la misma moneda: lo que nos diferencia de quienes llevan a la mayoría a comportarse así es que nosotros no somos bárbaros, nosotros sí creemos en los derechos y en las libertades (y libertad no es «irse de cervezas con Ayuso»), y nosotros sí creemos en nuestros congéneres y en responsabilizarnos. Sin responsabilidad no hay libertad, y viceversa.

JMF: ¿Tienes claro que esos tics autoritarios no nos los impondrán?

AP: Tengo claro que a lo largo de los últimos 300.000 años de presencia del ser humano en el planeta siempre hemos avanzado a estadios de más libertades, más dignidad y más desarrollo de nuestras capacidades. Para ello hemos tenido que pasar por periodos de gran oscuridad, algunos de ellos tan recientes como los regímenes dictatoriales europeos del siglo XX. Pero al final, el ser humano es capaz de sobreponerse a ello, aprender de los errores, y mejorar. Si me lo permites, te añado una cita en original, en inglés, que me lleva acompañando desde que la descubrí hace algo más de medio año: 

‘Hard times make strong men. Strong men make easy times. Easy times make weak men. Weak men make hard times’.

‘Los tiempos difíciles crean hombres fuertes.  Los hombres fuertes crean buenos tiempos.  Los buenos tiempos crean hombres débiles.  Y, los hombres débiles crean tiempos difíciles’.

La cuestión sería… ¿dónde estamos ahora?

JMF: Poco me consuela la visión a largo plazo si a la corta me toca período oscuro. No quiero pasar por el aro de la carne sintética de Bill Gates ni cacicadas de este estilo…

AP: Eso es algo que puede tener las patas tan largas o tan cortas como queramos que las tenga. Sí, sé que vivo en un mundo donde de pronto se pretende que todo sea súper orgánico, bio, natural, zero, light, nutritivo y desnatado. También te puedo decir que hace unos días cené con alguien a quien llevaba 18 meses sin ver, en un «todo o nada» de Barcelona. Plato único: chuletón de 1 kg., patatas, vino por centímetros (tanto bebes tanto pagas) y postres, todo por un muy módico precio. Y hay que reservar con varios días de antelación porque si no te quedas sin sitio.

JMF: Te noto muy optimista…

AP: No, jajaja. Ojalá fuera optimismo. Me educaron en una perspectiva de confianza en mis semejantes, de implicación con el mundo que me rodea y de tratar de conducirnos por la razón, el sentido común y también elementos que son parte de la inteligencia como la belleza o la sensibilidad. Que siga por ese camino o no es independiente del contexto sociopolítico que me toque vivir. La decisión es mía, y por tanto opto por ello. Como merecido tributo a mis padres y abuelos, y como reflejo de lo que me gustaría que hicieran conmigo.

JMF: ¿Cómo valoras la gestión global de la pandemia en España? Lo peor y lo mejor…

AP: Va a ser difícil responderte a «lo mejor», pero haremos un esfuerzo, aunque sé que levantará muchas ampollas. A mi juicio, de lo mejor, o al menos de lo menos malo ha sido el «protagonista a su pesar», Fernando Simón. Claro que ha cometido errores, pero deberíamos ser capaces de medir que siempre que ha hablado con libertad (importante este matiz), ha sido de los que más ha apostado por el sentido común en lo tocante a medidas y restricciones. Quizá ayuda que no se debe a una adscripción ideológica estricta.

De lo peor, aunque hay mucho en lo que escoger, ha sido la permanente bronca política, el apártate tú que me pongo yo, y sobre todo el inmovilismo derivado de medir cuál será el siguiente movimiento de tu rival, para ponerse automáticamente en contra. Hablar de rivales en un país como España, donde al guerracivilismo ideológico hay que sumar la herencia de los reyezuelos taifas y cierta falta de cultura política, es hablar de palabras mayores.

JMF: ¿Algo que añadir que te sugiera el haber vivido una pandemia como esta?

AP: Creo que atravesamos un momento histórico que nos marcará para siempre como experiencia, que nos dejará una factura económica y social durante al menos una década, y cuya huella en cuanto a miedos vitales espero que se desvanezca tan rápido como llegó. No pondría mi mano en el fuego por ello, pero lo espero. Y abre una gran incógnita cuando seamos capaces de mirar hacia atrás con cordura: ¿ha valido la pena la fractura que se ha creado? Porque si no ha valido la pena, que se preparen quienes hoy han defendido determinadas causas: la Historia no olvida, y rara vez «indulta». Creo que nos quedan años de «sentarnos con palomitas» a ver el show de las consecuencias de lo vivido.

JMF: Gracias Alfonso. Si quieren saber más es fácil, que lean tu libro. Un abrazo y estamos en contacto

AP: Un abrazo. Te felicito por esta conversación tan gustosa, digna, muy digna, entre tanto ruido de ‘show business’ y ‘money talks’.

JMF: Me lo has puesto muy fácil y ha sido un placer. 

Me dice Patricia Siguero de Unzúe, abogada

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En España impera la precariedad laboral

España es uno de los países de Europa (UK, Noruega, Alemania…) y del mundo occidental desarrollado (EEUU, Japón…) en donde la tasa de paro estructural es la más elevada.

Es como un mal endémico de nuestro país que no levanta cabeza. Donde muy pocos españoles tiene un trabajo digno y seguro. 

En España ha imperado siempre desde la inauguración de la democracia, la precariedad laboral. Es decir, contratos temporales y precarios, trabajos en economía sumergida y contratos realizados en fraude de Ley.

Creo sinceramente que este mal, se debe a que los gobiernos de la democracia española, han incentivado muy poco a las empresas (pequeñas y medianas), que son las que crean trabajo. Tenemos que olvidar el mito de que el Estado o las CCAA crean trabajo porque no es así,  quién crea el trabajo es el pequeño empresario autónomo y las empresas medianas y, esto es así. Además actualmente es brutal el desamparo que sufren los autónomos, que son creadores de puestos de trabajo por excelencia. Hay que tener en cuenta que también se desincentiva a los emprendedores. No se han hecho buenas políticas y actualmente menos. Hay que incentivar al emprendedor para que cree puestos de trabajo, incentivar a las pequeñas y medianas empresas. 

El problema es que España no sale del mercado laboral doméstico y es el que provoca la tasa de paro estructural.

Si bien es cierto que se debería incentivar también  la cualificación de los trabajadores, el no desechar del mercado laboral a los mayores de 50 años y etc. 

Para concluir, el Estado y las CCAAA, tiene que hacer políticas de apoyo a quienes crean la riqueza y el trabajo, reitero pequeñas y medianas empresas. De esta forma dejaríamos de tener las tasas de paro altas que nunca nos quitamos. Se podrían pagar mejores salarios, no habría fraudes de Ley y un largo etc.

Patricia Siguero de Unzúe, abogada experta en Derecho de Familia y contencioso administrativo.

Me dice Pedro Aparicio, Ingeniero de Caminos

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Alto paro estructural

El alto paro estructural se debe a varios factores que se autointerrelacionan

1°: El alto porcentaje de vivienda en propiedad frente a la alquilada, complementado con que el alquiler es tirar el dinero; obviando que hay otras inversiones más líquidas para caso de necesidad.

2°: E íntimamente relacionado con el anterior es la poca movilidad habitacional. En EEUU si la familia tiene un problema laboral, cogen sus existencias, las suben al coche y se trasladan al lugar del nuevo trabajo; asumiendo cambios de colegios y vecindario. Aquí al tener tu piso en propiedad, no te trasladas buscando una solución laboral porque el nuevo alquiler te lastra. Si predominara la vivienda en alquiler, trasladarte sería cambiar de alquiler pero no sería un coste.

3°: Las diferencias idiomáticas complican el traslado y aclimatación.

4°: Una economía de temporada como recogida de fruta y turismo vacacional.

5°: La alta protección al desempleo. A la obra venía gente pidiendo trabajo pero si el salario no era muy superior a lo que cobraba de subsidio, decidía esperar.

6°: La protección familiar que permite que jóvenes de 30 años prefieran la comodidad del hogar familiar frente a situaciones más incómodas.

Pedro Aparicio, ingeniero de Caminos, autor del blog: http://elcriticonhistorico.blogspot.com/

Pedro Lecanda Jiménez-Alfaro: ‘El Derecho tiene su fundamento en la moral’

Conversación tranquila de @jmfrancas con Pedro Lecanda Jiménez-Alfaro (@PedroLecandaes), graduado en Derecho y especialista en Propiedad Intelectual. Autor de artículos en diversos medios y del poemario «De Gravedad y Gracia» (Ars Poética, 2018), sus intereses se centran en la Filosofía del Derecho y el Derecho de la cultura.

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JMF: ¿Eres poeta entonces? Abogado y poeta… 

PL: He de puntualizar que, de momento, soy «asistente legal» o eso que a veces se llama «paralegal»: estoy pendiente de acabar el máster de acceso a la profesión. Sí, aunque parezca incompatible intento hacer ambas cosas a la vez. El Derecho enseña a emplear el lenguaje con precisión, aunque tengo la impresión de que también acartona el estilo.  

JMF: ¿Cómo ves la justicia en España? 

PL: Por supuesto, esto exigiría un conocimiento amplísimo, que dista del mío. Tengo la impresión, cuando hablo sobre estas cuestiones con gente de fuera del mundo jurídico, de que se ve el Derecho como algo ajeno y antipático. Hay una percepción generalizada de una justicia lenta, de una prosa (de vuelta a la pregunta anterior) abigarrada, una especie de lenguaje cuya función es hacerse oscuro y privado. El Derecho, para no convertirse en pura imposición, debe ser percibido como propio, en continuidad con una esfera social (lo que a veces se llama “sociedad civil”) hilvanada por costumbres y creencias. Hoy, después de que precisamente se haya celebrado una manifestación contra los indultos, es difícil ser excesivamente optimista, aunque tampoco creo que convenga hacer un «juicio sumario» o enteramente destructivo de nuestras instituciones. 

JMF: Que la ‘justicia’ es lenta es un hecho, y la verdad que que leyendo sentencias o oyendo hablar a jueces, véase Marlaska, realmente la prosa es infumable… Pero supongo que la ‘justicia’ es algo más, ¿no? 

PL: Por supuesto: es difícil ofrecer un concepto unívoco de lo que sea la justicia, de su contenido o caracterización general. Ahora bien, si nos negamos a admitir que el Derecho consista en pura voluntad del poder, y los juicios de valor consistan, únicamente, en expresiones emotivas, hemos de admitir que el Derecho debe fundarse siempre en un concepto de justicia. El Derecho, frente a lo que han pretendido las corrientes más formalistas (en particular, el positivismo normativista) siempre tiene su fundamento en otros órdenes, en particular en el de la moral. Y la justicia es, por antonomasia, un valor fundamental del Derecho; ocurre, por tanto, como con la idea de libertad en ética: la necesitamos para poder concebirla. Es importante, por tanto, reinstaurar un lenguaje moral común: si el Derecho pretende emanciparse totalmente de otros órdenes, o su lenguaje nos es del todo incompresible, sólo queda la imposición. De ahí que la publicidad de las normas sea asimismo un principio esencial. 

JMF: Moral y derecho… ¿Hay leyes inmorales y por tanto injustas? 

PL: Desde luego. Kant, por ejemplo, llegó a afirmar que incluso una sociedad compuesta por demonios podría funcionar si sus normas e instituciones eran correctas. En Lutero o Hobbes encontramos doctrinas que postulan la necesidad de obediencia al poder en toda circunstancia, so pena de violentar la voluntad divina o de conducir a la guerra civil. Yo en esto soy más clásico, y creo que hay que volver sobre algunos elementos centrales de la tradición aristotélico-tomista, como hacen autores como MacIntyre: en España, esta concepción del Derecho ha sido difundida por filósofos como Ricardo Calleja; por otro lado, existen autores que se alinean con la necesidad de un retorno de la ética de la virtud que van en la misma dirección, tanto a izquierda como a derecha. Lo cierto es que es imposible que una sociedad de demonios dé lugar a instituciones que promuevan la virtud. Que hay normas injustas, y normas negativas para la estabilidad y recurrencia de una sociedad, o abiertamente abusivas o contrarias a valores que consideramos centrales, incluso si son válidas formalmente. Después del Tercer Reich nuestras Constituciones se llenan de principios, en parte, por esta razón: el Derecho se concibe como compuesto por normas y principios. Ah y, por supuesto, y siempre con una actitud prudente, hay normas que merecen ser desobedecidas. 

JMF: Y siendo la norma justa, si el tribunal es injusto, ¿qué pasa? 

PL: Desde luego, este es un problema clave en la Filosofía del Derecho, y uno de sus debates centrales. Es bien sabido que, en el régimen nacido de la Revolución Francesa, existía una doctrina según la cual el juez era «la boca muda de la ley». La razón es clara: si la ley es la expresión de la voluntad de todos (o de algunos que representan a muchos), no se puede tolerar que un sujeto particular decida en contra de la voluntad de la mayoría. En Estados Unidos, por ejemplo, el problema del activismo judicial también ha sido foco de grandes preocupaciones. Sin embargo, ese mito del juez mudo parece haber quedado en eso, un mito. Hay incluso corrientes que afirman que el Derecho es una creación de los jueces. Sin embargo, ese debate se concreta ahora, precisamente, en el ámbito de la ponderación de los principios constitucionales en determinados supuestos (en España, este tema ha sido profundamente tratado por Manuel Atienza y Juan Antonio García Amado). Por supuesto, qué margen de interpretación deben tener los jueces es un problema muy difícil. Baste señalar algo que, por otra parte, seguramente resulte obvio: si una norma es justa y un juez falla contra ella, deben existir mecanismos eficientes para corregir esa decisión, para evitar, precisamente, que un bien de todos quede al albur de la consideración, los instintos, apetencias o intereses de unos pocos. 

JMF: Si el juez falla contra la norma o, lo que ocurre ahora, el juez no falla nada y eterniza el proceso, véase el Tribunal Constitucional sobre cuestiones como el ‘aborto’ o el ‘Estado de Alarma’. ¿Qué hacemos en casos como estos? 

PL: Estas cuestiones nos presentan la colisión entre dos ámbitos que, en la realidad, nunca se dan enteramente separados: el de la política y el del derecho. Si antes hemos dicho que no cabe una teoría absolutamente «pura» del derecho, lo mismo se puede decir de la relación entre derecho y política. Estos conflictos o disonancias entre derecho y política se presentan de muchas maneras. A veces, como imposición de una decisión pura sobre un proceso y sus garantías (comprometiendo, por ejemplo, la neutralidad del juez). Otras veces, claro, la deficiencia puede ser negativa: es igual de injusto tomar una decisión injusta que no tomar ninguna, o hacerlo tardíamente, de manera que la decisión no tenga efectividad. Pues bien, esto es lo que vemos en el caso del Tribunal Constitucional, máxime si partimos de que es, en sí, un Tribunal jurídico-político. Más allá de soluciones técnicas, que no serán más que parches, creo que si queremos entender sus deficiencias, y su aparente incapacidad para defender o interpretar la Constitución en determinados casos de enorme relevancia, debemos analizar primero las deficiencias de la política española. Creo que una de ellas se refleja en la idea del «patriotismo constitucional». Se trata de una fórmula que gusta mucho a algunos intelectuales, porque remite a Habermas y parece una solución democrática y ajena a todo nacionalismo “esencialista”.  Sin embargo, me parece que esa fórmula, jurídica y formal, esconde un cierto complejo para expresar un afecto patriótico que sería un buen motivo para mejorar instituciones como el propio Tribunal Constitucional. 

JMF: No entiendo el concepto de ‘patriotismo constitucional’… 

PL: Es un concepto muy querido por intelectuales tanto de centro-derecha como de centro-izquierda que, en resumidas cuentas y valga la simplificación identifica el patriotismo con la defensa de los derechos consagrados en la Constitución. El problema es claro: la nación es anterior a la Constitución, y puede dotarse de diversas Constituciones en su recorrido histórico. Por tanto, si se cambiara la norma fundamental, desaparece el objeto de dicho “patriotismo”. 

JMF: Y que tiene que ver eso con que el TC trabaje o no resuelva los casos… 

PL: Creo que es necesario partir de un cierto afecto para que existan motivos de peso para reformar una institución. La inacción del TC, por cierto, puede tener otra derivada política: obligar a la Corona a tomar una postura activa, en determinados temas, de defensa o garantía de la Constitución, comprometiendo su estabilidad política, en buena medida basada en la neutralidad.  

JMF: Pero la actuación, no actuación, de un Tribunal que de hecho es ultima instancia nos deja indefensos, ¿qué cabe hacer? 

JMF: Desde luego, este es un gran problema. Cuando se crean estos tribunales se hace, entre otras cosas, para proteger a las minorías del designio mayoritario, que es un problema clásico abordado, en particular, por Tocqueville. Si la Constitución es la norma fundamental y su defensa no está garantizada por efecto de las mediaciones del poder, podemos identificar un signo de una cierta tiranía democrática.

JMF: Y, ¿qué hacer frente a la ‘tiranía democrática’? 

PL: Durante los últimos años, pero en particular a raíz de la victoria de Trump o el Brexit, hemos hablado mucho de polarización. En España, a este fenómeno occidental se suma nuestro problema nacional. A mi modo de ver, este es un problema profundo, y su solución sólo puede ser lenta. Volviendo al inicio de la conversación, creo que la salud de unas instituciones es inseparable de la sociedad en la que germinan: en la base de la política, como señala el filósofo Juan Bautista Fuentes, están las relaciones de convivencia, que suponen siempre un esfuerzo falible, que se puede quebrar y tiende a hacerlo. Que, por tanto, tener unas instituciones fuertes y garantistas exige una cultura política que las favorezca, y eso no se puede decidir mediante una ley: depende también de convenciones que se fraguan lentamente. El trabajo, por tanto, empieza por la base: puede suponer, por ejemplo, frenar algunas dinámicas económicas que dan lugar a una gran incertidumbre vital y a diferencias excesivas; por supuesto, pensar cómo fortalecer los medios y los contenidos de nuestra educación, o generar, cada uno en su ámbito, una conciencia sobre la necesidad de proteger un acervo político tendente a regenerar la confianza y la posibilidad de una conversación . Ojalá tuviese la respuesta: de momento, creo que estamos al inicio de otra cosa, de otra cultura política. Y que para remediar esta tendencia de nuestras sociedades hará falta, como digo, tiempo. 

JMF: La pandemia y los ‘estados de alarma’ pueden haber malacostumbrado a algunos gobernantes a tics dictatoriales, ¿ves ese peligro? 

PL: Sí, desde luego. Creo que hay dos notas preocupantes. Por un lado, cabe el riesgo de que se difuminen los tiempos de excepción y los tiempos de normalidad. Por supuesto, es mucho más fácil gobernar sin trabas, en particular sin la de los jueces. Por otro lado, creo que hay pocas instancias intermedias entre el poder y el ciudadano. El miedo es una gran energía política, educa a preferir la seguridad a cualquier bien y a ser complacientes con las órdenes y, como hemos llegado a ver, desconfiados e incluso despiadados con el vecino. 

JMF: Una completa ‘independencia del poder judicial’ sería un buen antídoto, pero en España esa independencia peligra ¿no? 

PL: A mi modo de ver, la independencia completa del poder judicial es más bien un ideal normativo que una realidad. En la práctica (no sólo en España) siempre hay pasillos y solidaridades; en todo caso, es una aspiración que admite grados en la realidad. Normalmente, cuando existe una pugna entre ellos, vemos que el ejecutivo es el que ostenta la naturaleza real de poder. Sin embargo, es un ideal que debemos defender, aunque seamos conscientes de que nunca se logrará del todo. Por supuesto, el peligro existe, como señalas, y en esto creo que hay consenso entre los que han estudiado esta cuestión desde que comenzó la pandemia. Desde luego, es difícil de solucionar por una razón de intereses: pedimos que lo solventen a aquellos que más interesa que la situación empeore. 

JMF: Gracias Pedro, pienso que ya has abierto suficientes melones como para dar tiempo a digerirlos. Estamos en contacto, un abrazo y hasta muy pronto que hay tema. 

PL: Mil gracias, Josep María. Ha sido todo un placer. Como dices, estamos en contacto. ¡Un abrazo!

Me dice José Luis Fdez. Santillana (@jlfsantillana), director del Gabinete de Estudios USO

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España, alto paro estructural

El alto paro estructural que tiene siempre España tiene varias causas que lo provoca y lo mantiene en tasas muy superiores a los países de nuestro entorno. Conviene recordar que el paro estructural es ocasionado por algún o algunos desajustes profundos en la economía. Son muchos los elementos que pueden influir en su causa, desde la distribución de la riqueza y la productividad, excesiva dependencia de un sector productivo y hasta una administración pública ineficiente.

Este tipo de paro se origina por causas estructurales del mercado de trabajo que tienen que ver con que la demanda de empleo no se ajusta a la oferta. El motivo de que esto suceda tiene que ver principalmente porque los trabajadores no reúnen las características del perfil que demandan las empresas. Este es uno de los grandes problemas actuales: la falta de competencias y cualificaciones de nuestros desempleados y la falta de medios eficientes para dotarles de ellas.

En España tenemos una fuerte dependencia del sector Servicios, prácticamente más del 77% de nuestra ocupación se produce en este ámbito. De manera análoga, la mayoría de nuestros parados procede de este sector. Este sector en España está muy ligado a la estacionalidad y hace que se produzcan es periodos más o menos concentrados de tiempo incrementos en la contrataciones y de igual manera incrementos en el número de parados.

Un sector que en España necesita una profunda transformación para ser más competitivo, para que los periodos de actividad se amplíen con nuevas formas de negocio, más estables y competitivas y que permitan unos mayores períodos de actividad, hay que empezar a pensar más en la calidad  del servicio y por tanto en mejorar la competencia profesional de quienes lo ejercen.

Una pequeña comparación entres 2019 y 2020 en términos nos dice que al finalizar 2020 teníamos 576.900 personas menos trabajando, más del 53% del incremento del paro en este período corresponde al sector Servicios.

Un país como el nuestro, con una actividad productiva realizada por mano de obra de baja cualificación y vinculada a la estacionalidad, hace que cuando nos comparamos con los países de la UE, y ahora que se habla tanto de Austria (por su mochila), los datos nos indican que el paro estructural es muy alto y difícil de corregir sino se realiza un plan de choque.

Tasa de paro; Eurostat2011201220132014201520162017201820192020
Euro área 10,211,312,011,610,810,09,08,17,57,8
España21,424,826,124,522,119,617,215,314,115,5
Austria4,64,95,45,65,76,05,54,94,55,4

Vean cómo Austria en los últimos diez años ha estado siempre con una tasa de paro por debajo del 6%, solo en un año lo alcanzó, mientras que en España duplicamos la tasa de paro de la eurozona.

Para finalizar dos propuestas además de la consabida de diversificar nuestro modelo productivo y el empleo asociado a él: mejorar las políticas activas de empleo y los sistemas de educación y formación.

José Luis Fdez. Santillana. Director del Gabinete de Estudios USO

Rafael Toledo: ‘Se han adoptado, hasta la llegada de vacunas, medidas medievales’

Conversación tranquila de @jmfrancas con Rafael Toledo (@alfwarrior). Catedrático de Parasitología, Universidad de Valencia.

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JMF: ¿Qué pasa con el virus?

RT: Hay que considerar que es la primera vez que nos encontramos con él, por lo que somos, por decirlo de alguna manera vírgenes inmunológicamente. Al principio de la pandemia todos éramos susceptibles frente a él y eso hace que el escenario en esta primera pandemia o epidemia sea completamente diferente a las que vivimos, por ejemplo con virus estacionales. La situación, epidemiológicamente, es más parecida a lo que ocurrió con la gripe española a principios del siglo XX o, incluso, a la situación de la gripe o la viruela en la colonización del Nuevo Mundo. Requiere un análisis diferente y por la falta de costumbre no lo estamos haciendo así.

JMF: ¿Qué análisis habría que haber hecho?

RT: La transmisión depende de muchas variables y una que hemos olvidado es que la principal es la cantidad de gente susceptible. Teníamos la ventaja de que la enfermedad atacaba fundamentalmente a grupos definidos de población, fundamentalmente a mayores, pero lo que hemos hecho es tomar medidas asimétricas, que afectaban por igual a todos los segmentos de población. Esto ha hecho que el número de gente susceptible prácticamente no varié tras los confinamientos y que, una vez terminados éstos, vuelven a la calle la misma cantidad de personas susceptibles. Considero que se tendrían que haber tomado medidas más específicas y dirigidas fundamentalmente a población vulnerable. Las medidas como los confinamientos estrictos solo aplazan la situación.

JMF: Hablas en un video tuyo sobre el tema de debate no sosegado, ¿a qué te refieres?

RT: El debate se ha polarizado mucho, probablemente porque el liderazgo informativo, o mejor divulgativo, lo han asumido determinadas personas que han conseguido un gran protagonismo, probablemente inesperado y que no están, en muchos casos preparados para ello. No dominan una serie importante de conceptos que son necesarios en el análisis de estas situaciones. Ni tienen porque estarlo, porque sus especialidades son otras. El protagonismo alcanzado hace que se mantengan de forma pertinaz toda una serie de posturas que han llegado a la calle y han hecho que se tomen posturas más por convicción en una o unas personas que basadas en criterios científicos.

JMF: Hablas también de ‘bandos’, ¿bandos en la ciencia? ¿qué bandos?

RT: No tanto en la ciencia, como en la percepción de la ciencia. En determinados ámbitos, más profesionales que científicos, se han adoptado posturas que son populares y tiene gancho, pero que no son sostenibles con criterios científicos. Se ha hecho mucha demagogia. Todos sabemos que en algunos sectores se ha abogado y se sigue haciendo por medidas restrictivas, casi de carácter medieval, que podrían llegar a ser efectivas, pero que no son sostenibles en el mundo actual. Se han demandado o casi exigido medidas sin tener en cuenta que cualquier medida restrictiva debe mantener un equilibrio entre sanidad y sociedad. En cambio se han adoptado posiciones muy populistas y demagógicas que son imposibles de cumplir sin que se produzca la quiebra social. Estas posturas han encontrado un apoyo popular importante y eso ha reforzado estas posiciones desde el punto de vista mediático. De hecho, si vemos debates en TV o cualquier otro medio, siempre ha sido un debate único. Nunca había una voz discrepante, sino que todos lo invitados compartían la opinión y se retroalimentaban. Eso ha hecho mella en la calle y ha determinado la posición popular y aquel que discrepaba en las medidas adoptadas o consideraba que se debía seguir una estrategia diferente haya sido tachado de disidente o atacado. Aunque científicamente haya varias posturas, socialmente solo se ha aceptado una posición.

JMF: Según que discutías te silenciaban, por ejemplo decir que el virus venia del laboratorio de Wuhan… ya no digamos si se hablaba de que era producto de laboratorio…

RT: Es que en ciencia no basta con emitir hipótesis. Se debe seguir el principio de parsimonia y si uno emite una hipótesis alternativa el esfuerzo probatorio le corresponde a él. Este es un ejemplo de la polarización que ha habido. Debido a ésta, desde otros sectores se han lanzado continuamente hipótesis, con o sin fundamento, pero cediendo el “onus probandi” al contrario, cuando debe ser al revés. En este periodo, se ha vuelto a hacer uso de la «probatio diabólica» de la inquisición. Se lanzaba una hipótesis y era el contrario el que tenía que demostrar que no era cierta. En ciencia no se abordan así los temas. Cuando uno emite una hipótesis tiene que demostrarla, nos simplemente apoyarse en que no es imposible. Muchos científicos de prestigio no ven imposible que sea un virus de laboratorio, en incluso admiten que es una posibilidad, pero no la más probable y lógica con los datos que hay. No puede ser descartada, pero tampoco debe ser la hipótesis principal de trabajo.

JMF: Yo tengo la sensación de que se han matado, o intentado matar, moscas a cañonazos. ¿Paralizar este mundo por este virus no es de los más exagerado?

RT: Completamente de acuerdo. Ya he comentado antes que las medidas deberían haber sido más específicas y adecuadas a las características de la enfermedad. En ningún momento se han diseñado estrategias que aprovecharan las características de la enfermedad, como por ejemplo, el hecho de que a los jóvenes les afecta mucho menos y se han adoptado medidas horizontales que afectaban por igual a todos los grupos de edad. En ningún momento se ha diferenciado entre contagio y enfermedad y se han sinonimizado. Eso ha hecho que se aplicaran medidas indiscriminadamente. De hecho, yo me he quejado de que se han adoptado, hasta la llegada de vacunas, medidas medievales. Siempre me he planteado una cuestión: ¿Qué medidas hubiéramos adoptado si la enfermedad afectara por igual a todos los grupos de población? La respuesta: las mismas. Eso define cómo se ha abordado la pandemia.

JMF: Ahora también universalizamos las llamadas ‘vacunas’. ¿No es imprudente vacunar a los menores?

RT: Más que imprudente, considero que puede ser innecesario. El riesgo 0 es imposible. Se trata de normalizar la circulación de la enfermedad y llegar a niveles que sean asumibles como lo son otras enfermedades cotidianas. De hecho, esta enfermedad tiene el gran problema de que es nuestro primer encuentro y eso determina que progresivamente y en el peor de los casos puede llegar a endemizar pero con unas consecuencias similares o menores que las de otras enfermedades infecciosas respiratorias. El gran problema es que, desde el principio no se ha querido asumir que la erradicación de SARS-CoV-2 es inviable y que había que minimizar las consecuencias como mejor opción. Eso nos ha llevado a unos extremos que no tienen sentido. Ahora tenemos la posibilidad, no de acabar con SARS-CoV-2, pero si con covid-19, pero la política de comunicación llevada a cabo no esta llevando a estos extremos. Imagino que es muy difícil justificar determinadas cosas después de la política de comunicación seguida.

JMF: ¿Qué habría que hacer para acabar con el covid-19?

RT: Como he dicho hay que diferenciar entre SARS-CoV-2 y covid-19. Para acabar con covid-19, la forma es la inmunidad, natural o vacunal. Los grupos vulnerables deben ser vacunados, de manera que se les proteja de la enfermedad y en el resto de grupos la inmunidad natural puede jugar o ha jugado un papel importante. En el momento en el que esos grupos estén vacunados, las consecuencias sanitarias de la enfermedad serán residuales, independientemente de que el virus siga circulando. Acabar con el virus va a ser imposible a medio plazo, por muchas razones y el objetivo debe ser minimizar las consecuencias que pueda tener esa circulación.

JMF: ¿Ya queda poco entonces para volver a la normalidad?

RT: En realidad muy poco, pero estamos muy mediatizados por esa política de «riesgo 0» que se ha publicitado desde el principio, probablemente para justificar las medidas adoptadas y con otros fines. Eso hace que, en la calle, cueste entender que, aunque haya circulación del virus, el riesgo es menor que en otras enfermedades y ha creado una desconfianza que hace difícil la vuelta a la normalidad. De hecho, se sigue informando con datos de contagios cuando, con los grupos vulnerables protegidos, no tiene ningún sentido. No es un problema ecológico, es un problema sanitario y no se diseñan las estrategias en base a datos sanitarios sino solo de transmisión, como si fuera un problema ecológico.

JMF: ¿Algo que tengas ganas de decir y se te haya quedado en el tintero?

RT: Básicamente, reforzar la idea de que hay que diferenciar entre contagio y enfermedad. Fundamentalmente porque esto es necesario para poder volver a la normalidad y para diseñar adecuadamente las estrategias futuras.

JMF: Mil gracias Rafa, un abrazo y estamos en contacto.

RT: A ti¡¡, un abrazo.

Me dice Pablo Sanz, profesor de Derecho Mercantil

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España a la deriva (PARTE II)

España debería aproximarse a Francia en un frente común en materia de seguridad y defensa. Tras el Brexit, el país galo ha quedado como la potencia militar indiscutible de Europa. El gravamen que supone la OTAN para sus fuerzas armadas, obliga a Francia a subordinarse a Washington y a unos esquemas caducos que datan de la Guerra Fría y el Pacto de Varsovia. Francia anhela liderar un Euro-ejército y en ese hipotético marco España podría jugar un papel clave si Europa se “desotanizara”.

Francia está experimentando en los últimos meses una cierta repercusión de algunas voces significativas de militares. La preocupante situación de crisis social en muchos suburbios de las grandes ciudades, derivada de los errores de su política migratoria con respecto a la tolerancia hacia Islam radical, ha motivado dos recientes cartas firmadas por varios miles de militares y ex oficiales de alto rango, con duras críticas al gobierno de Macron. Reivindican un papel más destacado del ejército francés como garantía del restablecimiento del orden social en muchas zonas del país donde la legislación republicana está siendo de facto suplantada por la Sharía. Además, el general Pierre de Villiers ha sonado últimamente como presidenciable para las elecciones de mayo de 2022. Podría teóricamente obtener muchos votos de centro (La República En Marcha), centro-derecha (Los Republicanos) y derecha (Agrupación Nacional). Hay que recordar que cuando su república agoniza, los franceses tienen la costumbre de llamar a un militar para su refundación. La primera república terminó con Napoleón, la segunda con Napoleón III, la tercera con el mariscal Pétain, la cuarta con De Gaulle… ¿la quinta república terminará con otro militar?

La anemia social de España también contrasta con la revitalización de nuestro otro vecino mediterráneo. En Italia llevan con un gobierno técnico desde febrero, liderado por Draghi. Un mandarinato compuesto por tecnócratas que no se presentarán a las siguientes elecciones y que gobiernan al margen de las encuestas, ofreciendo estabilidad en un momento de turbulencias y emergencia sanitaria. Los políticos italianos, con perspicacia y clarividencia, han sabido quitarse de en medio en un contexto de crisis pandémica que ha mostrado sobradamente la incapacidad de la partitocracia demoliberal para ofrecer gobernabilidad, y soluciones eficaces. No cabe la menor duda que la situación italiana mejorará con las reformas que este nuevo gobierno acometerá. Recordemos quién fue Draghi: ex presidente del Banco Central Europeo, exdirector ejecutivo del Banco Mundial, ex gobernador del Banco de Italia etc. Y nosotros seguimos, todavía, con Sánchez.

¿Cuánto más durará el cliente de Iván Redondo en la Moncloa? Probablemente lo que determinen previamente en Bruselas y Berlín, sobre todo en esta última capital, donde la Cancillería está experimentando un impasse a la espera de que las elecciones de septiembre decidan el sucesor de Merkel, posiblemente Laschet, su heredero al frente de la CDU. Hasta bien entrado el otoño la Unión Europea estará en stand by, esperando a lo que suceda dentro de su locomotora económica. No cabe descartar aún un posible y sorpresivo cambio de guión si resultara ganador el pujante Partido Verde con Baerbock al frente.

Volviendo a España, todo apunta a que, una vez enfriada la tensión con Marruecos, remodelado el gabinete e indultados los sediciosos, Sánchez podrá mantenerse en la Moncloa y concluir su legislatura, aunque el PSOE quede muy tocado electoralmente para entonces. La crisis económica irá agravándose en los próximos meses y golpeará con saña a las clases trabajadoras y medias. Al mismo tiempo la inflación comienza ya a repuntar y se irá comiendo las reservas y ahorros de las familias y pymes. Pero el régimen del 78 posiblemente no se resienta mucho por esto. A la crisis de 2008 podemos remitirnos para comprobar su formidable robustez. La partitocracia, el Ibex35 y el oligopolio mediático (Mediaset, Atresmedia, Prisa) han sido habitualmente bastante hábiles para conservar la paz social en las calles con muchas cortinas de humo, telerrealidad y circo, y eso en Bruselas lo saben y lo valoran muy positivamente. Las oligarquías transnacionales también conocen que la izquierda es virtuosa en el arte de garantizar con mejor tino que la derecha esa paz social tan necesaria para que puedan desarrollarse sus pingues negocios especulativos a costa de las pymes y del Estado. No hay mejor prueba de ello que atender a la mansedumbre de los sindicatos y de las plataformas reivindicativas y mareas de colores, tan prestas para el tumulto y la algarada callejera en cuanto el PSOE es desalojado del poder.

Sánchez es un peón de los poderes globalistas y de momento cumple razonablemente bien su función. Si Casado, que también es un peón de los mismos poderes, llega a la Moncloa cuando le toque su turno, presumiblemente en 2023, lo hará con un país socialmente devastado, hipertrofiado de deuda e insostenible estructuralmente. Por el momento seguimos esperando unos fondos de recuperación (o de rescate) que no llegan, a pesar de toda la propaganda institucional y corporativa gastada en su anuncio y bondades. Y no llegan porque, aunque formalmente Bruselas está en plazo para visar los planes nacionales que han presentado los distintos gobiernos, lo cierto es que todo el esquema financiero de dichos fondos tendrá que pasar por Berlín, y allí, como antes hemos dicho, se está esperando a saber quién será el nuevo canciller. Hasta que no haya un sucesor de Merkel no se adoptarán las medidas y condiciones para desbloquear ese ansiado maná que según la lacayuna prensa oficialista española hará que nuestra economía vuelva a ser una tierra donde fluyan ríos de leche y miel.

Los europeos sabemos quién manda en Europa. Bruselas es una sucursal de Berlín. No por casualidad Von der Leyen tiene apellido alemán…y fue ministra de Merkel, de defensa. Y sobre todo Frankfurt (sede del Banco Central Europeo), ciudad poco sospechosa de actuar contra los intereses del Bundesbank ni contra el marco alemán (renombrado desde 2002 como “Euro”). No obstante, los fondos alemanes, es decir, europeos, acabarán llegando porque Italia y Francia también los necesitan urgentemente. Italia y Francia han sabido jugar sus bazas, la una con un gobierno técnico presidido por el antiguo cocinero de la política monetaria, y la otra, siendo el gigante diplomático y militar de Europa. España de momento se beneficia de la inercia de estos dos socios, pero carece de estrategia. Si España no estuviera a la deriva y dispusiera de mucha más fuerza militar efectiva, otro gallo cantaría, tanto con respecto a nuestras fronteras africanas, como allí donde nos tutelan (Bruselas-Berlín).

Pablo Sanz Bayón, Doctor en Derecho y profesor universitario.