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El origen de todo es cultural
Otro año en que hemos perdido oportunidades geopolíticas. Y no solamente eso; otro año en la larga crisis institucional de la monarquía hispánica que se inició en 1808. Con «balcanización» adrede -ya hay quien sustituye este término por el de «latinoamericanización», para qué remontarnos a los Balcanes cuando tenemos el mejor ejemplo en casa-; y separatismos a diestra y siniestra, que siempre son indigenismos -la tendencia a justificar la atomización en un pasado remoto-, no necesariamente indianismos. La locura de querer ser todos repúblicas nacionales, a imitación de Venecia, como si la Historia no nos enseñara que las pequeñas repúblicas fueron eclipsadas por reinos y estos por Estados continentales.
Por lo tanto, otro año más sin saber que solamente los Estados continentales pueden permitirse las sinergias que hacen funcionar a las economías de escala -como ese taller de 1.400 millones, productor, consumidor y exportador gigante que es China- cuando toda la iberofonía reunida no alcanza al mercado chino. Aunque estaría en condiciones de competir en las grandes ligas tanto en materia de territorio, riqueza y demografía.
¿El origen de todo? Es cultural. Porque del problema económico se sale, el colonialismo se supera, pero la dificultad mental para pensarnos, imaginarnos, sentirnos, como una gran unidad latente, con un pasado común de grandeza, con posible destino común de grandeza, el derecho a tener un ser y un devenir propios, esa dificultad, esteriliza.
Estamos parados sobre recursos que disfrutan otros. En la era de las grandes revoluciones tecnológicas no somos capaces de salir de la primarización, el extractivismo, y «el desarrollo hacia afuera» que consiste en financiar -a través de una serie de mecanismos perversos revoluciones tecnológicas ajenas, o exportar por millones de toneladas de alimentos, mientras el mercado interno se desabastece o tiene que comprar muy caro lo que su propio país produce- y encima, un desarrollo hacia afuera frágil porque son otros los que deciden cuánto se compra y a qué precio en el mundo.
Y todo esto nos da gobiernos frágiles con institucionalidades débiles o en entredicho, siempre al borde del golpe de Estado o sometidos a golpes de Estado mismos, envueltos en telarañas de corrupción formidables, mientras otros no tienen para el plato del día, para pagar el techo donde se vive, la asistencia médica a la cual acudir ante una desgracia, el abogado que los defienda cuando se interrumpe la paz social.
La Hispanidad, o para ser más explícitos de todo lo que queremos abarcar, la Indo Afro Hispanidad, espera, con notables consecuencias para el resto de la Humanidad.
Fe de errata: donde dice «devenir otros» es «devenir propios”
Mónica Nicoliello, escritora, magister en Historia Iberoamericana, doctora en Psicología, docente en diversos espacios académicos
Otro año perdido y que efectivamente nos lleva a la balcanización; que en España ya se vivió con los reinos de taifas y más recientemente con los cantones y sus luchas fratricidas. Somos los mejores odiadores hacia nuestros vecinos, con seis guerras civiles en poco más de un siglo: 3 carlistas, cantonales, agraviats, independencia Hispanoamérica y Filipinas,…hasta la tremenda de 1936/9
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