Me dice Miguel Martínez Velasco (@MiguelMV1984), emprendedor, Marketing Digital y Analista Internacional


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«LO QUE LA PANDEMIA SE LLEVÓ»

La pandemia del Coronavirus ha matado más de 400.000 personas en el mundo y en España según registros funerarios podría llegar hasta unos 43.000 fallecidos. Estas personas, (en su mayoría mayores) no han dejado solo huérfanas a sus familias y amigos, también nos han dejado huérfanos a todos los que creíamos en sus valores: el esfuerzo, el trabajo duro y el sacrificio. Unos valores que en nuestros mayores siempre han llevado grabado a fuego en su ADN y que lamentablemente dentro de nuestras generaciones están desapareciendo a un ritmo vertiginoso.

Un sociedad hipertítulada, que se piensa que tiene todos los conocimientos, pero sin ningún tipo de sabiduría. Nuestros abuelos no tenían títulos pero ganaban más dinero que los doctorados de hoy en día, e incluso me atrevo a decir que era más difícil engañarles que a nosotros. Dentro de nuestra arrogancia académica, nos creemos más listos y más expertos que nadie, no dejando opinar a personas que quizás también tuvieran algo que aportar. Ellos tenían fe y nosotros no creemos en nada, pero seguimos a personas en masa, como falsos ídolos y que no aportan un bienestar espiritual. Nos permitimos hacer revisionismo histórico de todo, cuando para entender la Historia, no hay que juzgarla con los ojos de hoy, sino comprenderla en su contexto y hacer lo posible para que lo malo no se repita tanto en el presente como en el futuro. Nos dejamos llevar por un vídeo de 15 segundos con cortes manipulados y desechamos leer un libro porque nos quita tiempo. Preferimos hacer caso a noticias pagadas y polémicas creadas de la nada, en vez de ver la realidad tal y como es.

La sociedad de la coherencia, de la honestidad, de la neutralidad y del esfuerzo del trabajo, ha desaparecido. Reflejo de ello son nuestros políticos, sin importar tendencia ideológica. Hoy en día, aunque hay grandes excepciones, (afortunadamente), la mayoría de los políticos son sectarios, cortoplacistas y no miran por el interés común, sino por el de sus partidos y sus bolsillos. Así hemos llegado hoy a donde estamos, con la peor generación de políticos y también votantes de nuestra Historia gestionando una crisis precedentes, acrecentada por su propia ineptitud y de las personas que se han dejado manipular por unos y por otros. 

En el recuerdo siempre quedarán todas estás personas que han fallecido, con su sabiduría de vida y su irreparable perdida. Tuvieron una vida dura y han tenido una muerte peor. Seguramente alguno intente cambiar la Historia en el futuro, pero yo siempre seguiré escribiendo para reflejar la realidad de lo que «la Pandemia se llevo…».


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