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EL AUTENTICO RESETEO

Querido Josep María:
Dadas las fechas en que estamos, e imitando el ejemplar testimonio de la presidente del Gobierno italiano, la admirable Georgia Meloni, cuando hace unos días nos mostraba el simbolismo y modo de construir el Belén o Nacimiento por antonomasia que todavía hacemos algunos (¡qué lejos quedan ya en el tiempo aquellos belenes monumentales que presidían nuestras plazas y jardines!); dadas las fechas en que nos encontramos, repito, quizá no esté de más, Josep María, una breve reflexión acerca del tiempo litúrgico que vivimos, el Adviento, o del que pronto vamos a disfrutar, el tiempo de Navidad.
Entre las solemnes expresiones y palabrejas hoy al uso están las de “Gran Reinicio” y “Gran Reseteo”. Todos los medios – por tierra, mar y aire- insisten en estos mantras globalitarios. Se trata de vendernos la Agenda 2030 que el Foro Económico Mundial nos ofrece-impone como modelo para la “Nueva economía sostenible”… y algo más. Lo cierto es que este asunto tiene raíces mucho más lejanas (bien lo saben y explican Alberto Bárcenas, Carlos Astiz o Juan Antonio de Castro, por ejemplo), pero es sobre todo ahora, con motivo o como “causa” de la pandemia del cobit-19 (20, 21, 22,…?), cuando arrecia con fuerza verdaderamente invasiva.
Quien quiera conocer la auténtica causa de la conmoción cultural que estamos sufriendo puede encontrarla en Memoria e identidad, de San Juan Pablo II. Hace poco nos lo recordaba en una interesante conferencia Mons. Reig Pla: Vivimos bajo el imperio absoluto de las ideologías del mal, cuya raíz última, para el Papa polaco, consiste en “vivir como si Dios no existiera”, en desplazar a Dios y colocar al hombre en su lugar: “Seréis como dioses” (Gen. 3.5). Y este parece ser el “nuevo reinicio”, “el reseteo” obligatorio.
No. Para Benedicto XVI, “(…) el Adviento representa lo que constituye el contenido del tiempo cristiano y de la Historia en general (…) se instaura un nuevo comienzo, del cual depende en
definitiva todo, acontece por la fe, por el sí de María. Este verdadero comienzo está prefijado y dado de antemano”. Tal es el tiempo litúrgico que estamos a punto de concluir. Adviento es,
en efecto, espera, espera para recibir, y cobra su sentido pleno en el tiempo de Navidad. Por eso, concluye el Papa Ratzinger: “Tenemos que nacer de nuevo, deponer el orgullo, llegar a ser niños: reconocer y recibir en el Niño Jesús al fruto de la vida. A ello quiere conducirnos la Navidad” (La bendición de la Navidad. Meditaciones). Sí, tenemos que lograr el auténtico “Reinicio”, el “Mundo sostenible”, pero de verdad.
Muy feliz Navidad, Josep María, con un fuerte abrazo pascual.

Leopoldo Gonzalo y González. Catedrático de Universidad. Correspondiente de las Reales Academias de Jurisprudencia y Legislación y de la Historia.