Me dice Joaquín Fernández-Crehuet, catedrático emérito de Medicina Preventiva y Salud Pública, Universidad de Málaga


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VACUNA ACTUAL FRENTE AL CORONAVIRUS: EFECTIVA Y EFICIENTE

En el estudio preliminar de seroprevalencia del coronavirus en España, realizado por el Instituto de Salud Carlos III, el porcentaje de positivos según serología es del 5% lo que implica una estimación total de 2.339.826 infectados. La lectura de este estudio es complicada y hay que hacerla con cierta reserva ya que es solo parte de un trabajo que está sin terminar, aunque ya se pueden apuntar algunas conclusiones. 

En primer lugar, hay que dar por hecho que los resultados son fiables, a pesar de ser obtenida la sangre por punción en el dedo y estudiada con un test rápido por inmunocromatografia, quedando pendientes su comparación con los resultados obtenidos por inmunoensayo, que es considerado el gold estándar de esta analítica. El Instituto de salud Carlos III es muy serio y supongo que habrá contrastado la adecuada sensibilidad y especificidad de la técnica y  controlando al máximo los  falsos negativos.

A la vista del estudio serológico, tomando como media un 5% de infectados, hemos tenido alrededor de 2 millones de infectados con más de 27.000 fallecimientos, lo que resulta una tasa de letalidad de algo más del 1% que está en la parte más alta de la horquilla media de otros países (0.5-1). Esto puede ser debido a la mayor edad de las pacientes  o la patologías concomitantes de los afectados, aunque su explicación sugiere un estudio más detallado.

Pero el virus ha venido para quedarse y al no estar erradicado de nuestro entorno,  entramos ahora en una etapa muy delicada que si lo hacemos bien,  la historia natural de esta enfermedad será probablemente la  progresiva disminución de la incidencia de enfermos con algunos repuntes epidémicos que el sistema sanitario podrá  atender con diligencia y efectividad. De este modo, con el tiempo,  llegaremos a disponer de la tan ansiada vacuna que será el punto de inflexión para el control definitivo. 

La pregunta del millón es: ¿y eso de qué depende? En Salud Pública solemos explicar que las causas del enfermar son debidas a tres consideraciones. Por no saber, por no querer y por no poder. Las dos primeras son de responsabilidad personal de cada ciudadano y la tercera es asunto de la administración sanitaria.

Ahora es el tiempo de la responsabilidad y del compromiso ético personal. Hay que tener muy claro  que el futuro de la epidemia está en nuestras manos ya que  el coronavirus  sigue circulando en el ambiente y al salir la población a la calle, liberada de su aislamiento preventivo, se enfrenta a un posible contagio. El estudio serológico poblacional nos indica que en España, solo hay un 5% de personas inmunes al virus, es decir que no hay, lo que en epidemiología, llamamos  “inmunidad de rebaño”, por tanto en cualquier agrupación humana a la que acudas, es previsible que pueda haber un reservorio silente del virus capaz de diseminar la infección entre el 95%  de los asistentes. Es urgente una intensa campaña de educación sanitaria que no se quede solo en informar- eso es solo el saber-sino que sea capaz de crear conciencia del  problema y  consiga cambiar  las  conductas generadoras de riesgos por hábitos saludables. Esto es un proceso educativo continuado que no depende exclusivamente del personal sanitario, es responsabilidad de todos, ya que en este asunto, todos somos oveja y pastor, empezando por los padres de familia, los maestros, las redes sociales, etc.

La estrategia preventiva fundamental debe ir orientada a la contención de la trasmisión. Para ello hay que educar a la comunidad a través de mensajes  claros e inequívocos. Hay que evitar agrupaciones de riesgo manteniendo  la separación interpersonal adecuada, es obligatorio usar  las mascarillas cuando lo anterior no sea posible o se entre en un lugar de pública concurrencia y  finalmente hay que adquirir el habito de la higiene de manos, recordando permanentemente que esta infección además de por el aire, se contagia por las manos. Los ciudadano debe ser consciente de que de ellos depende que se rompan  las cadenas epidemiológicas  que consiguen infectar a las personas susceptibles. 

Conclusión final. La vacuna contra el COVID -19, en este momento, es fomentar estilos de vida saludables que se deben incorporar a nuestra convivencia diaria. Mientras se comercializa la vacuna biológica,  ésta propuesta es la estrategia más efectiva y eficiente.


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