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Ley de Bienestar Animal, una ley absolutamente ideológica

La tramitación de urgencia de la Ley de Protección, Bienestar y Derechos de los Animales que muy pronto se aprobará de manera definitiva en el Parlamento es una ley absolutamente ideológica. Se ha elaborado contando solo con el activismo animalista, sin contar con los sectores afectados: la cría, la caza, la cetrería, el deporte o el comercio. Solo busca intereses de los lobbies animalistas y de ese animalismo y ecologismo radical. Se ha legislado sin llegar al consenso imprescindible para una norma de esa relevancia. 

Se ha redactado sin la visión de los ganaderos, cazadores, criadores, veterinarios y demás sectores defensores del uso de animales. Sin criterios técnicos y científicos y sin tener en cuenta a los sectores afectados como por ejemplo del Colegio de Veterinarios, que ya ha avisado que provocará fallos en la aplicación de la norma una vez aprobada y no protegerá, precisamente, a los animales «como es debido». 

Es una ley que no va en consonancia con la legislación europea, que excluye de sus leyes de bienestar a la fauna silvestre. Es una ley incongruente: limita el concepto de maltrato animal a los animales vertebrados. Equipara a los animales con las personas. No se puede equiparar al hombre con los animales. Esta Ley abre un camino muy peligroso hacia la equiparación total con los seres humanos. 

Es una Ley que restringe libertades y derechos. La ley censura los documentales de caza y pesca. La ley tiene entre sus objetivos prohibir o dificultar al máximo el desarrollo de actividades como la caza, que suponen un sustento y una herramienta clave para la conservación de la naturaleza y para evitar daños a la agricultura. No la prohíbe expresamente pero impone una serie de restricciones y trabas que la condenan a la desaparición. En relación con la tauromaquia y equitación la ley impone prohibiciones e imposiciones. 

La ley crea una serie de chiringuitos ideológicos a través de los cuales los lobbies animalistas contarán con jugosos presupuestos: El Consejo Estatal de Protección Animal. El Comité Científico y Técnico para la Protección y Derechos de los Animales. La ley crea listados positivos de animales de compañía absolutamente arbitrarios y que escapan a cualquier garantía y fundamento científico. Las especies que no aparezcan serán ilegales y deberán ser incautadas para su conservación en zoológicos o acuarios. Los pastores y cazadores tendrán prohibida la cría de sus perros, lo que conllevará la desaparición de la selección natural de razas. 

La ley obliga a los ayuntamientos a disponer de un servicio de recogida de animales abandonados, con atención veterinaria las 24 horas, y a mantener las colonias felinas, con el consiguiente gasto que supondrá y que repercutirá sobre los impuestos, tasas de los vecinos y a la desaparición de biodiversidad en aves en las ciudades. 

La ley busca imponernos una nueva forma de vida al más puro estilo globalista. Imponiendo y alterando por completo nuestras costumbres, cultura, identidad, tradiciones y la relación que tenemos con los animales. Buscar criminalizar al mundo rural y su actividad económica. El maltrato animal ha de ser perseguido y castigado, pero hay que partir de la base que los agricultores, ganaderos, cazadores, pastores, criadores o toreros no son enemigos de los animales. 

Antonio de Miguel Antón (@ademiguelanton). Profesor de Biología. Promotor del PIN Parental en Vox.