Cuando Zapatero cedió el cetro del PSOE a Alfredo Pérez Rubalcaba, el plan diseñado por el sanedrín socialista era que éste, Rubalba, pilotara un relevo ordenado para que nunca más volviera un partido centenario a caer en manos de un ZP cualquiera. Pasados más de dos años y forzado por unos resultados electorales que siguen en caída libre, Rubalcaba abandona sin conseguir haber reestructurado el PSOE. Ahora, de prisa y corriendo, serán los militantes los que elegirán entre dos candidatos no precisamente de primer nivel, y eso asusta a propios y extraños. Eduardo Madina, sobre el papel, representa el ala dura del PSOE; Pedro Sánchez, al menos hasta ahora, visualiza a un simple centro izquierda. Por sus declaraciones parece que van a tener un duro duelo por la izquierda; lo más positivo que desde posiciones centradas se puede decir es que los candidatos practican el eslogan de ganar desde la izquierda para gobernar ya desde el centro.
No entiendo nada. Con más de dos años de tarea, ¿no ha habido forma de elaborar un equipo dirigente de primera? ¿Tan mal está el PSOE y tan negro es su futuro que los primeros espadas han declinado la oferta de liderar el partido? Parece sentir común que España mayormente es de centro, ¿por qué los candidatos compiten por liderar solo la izquierda? ¿Dónde están Bono, Patxi López, Susana Díaz, Juan Fernando López Aguilar, Guillermo Fernández Vara, Carmen Chacón y demás? ¿Alguien me lo explica?
De donde no hay, no se puede sacar. La purga que llevó a cabo ZP en el partido, con la anuencia, cuando no complicidad de Rubalcaba, ha producido estos resultados. Ahora, a chupar banquillo.