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“Los españoles se merecen un gobierno que no les mienta”, esta frase de Rubalcaba que para mí supuso el vuelco electoral y la victoria del PSOE de Zapatero frente al PP de Aznar/Rajoy, es el gran argumento para mandar a Pedro Sánchez a su casa.
Ayer, en el segundo debate, el definitivo, Sánchez se empeño en tachar de mentirosos ene más una veces a sus contrincantes cuando casi todo el mundo asocia este comportamiento a uno de los rasgos más sobresalientes de su persona. Entiendo que frente al ataque demoledor que supone el “usted ha pactado con los independentistas”, la reacción de Sánchez sea negarlo o, como hizo el día anterior, exponer que el coincidir en el voto no es pactar a pesar de que este voto suponga que te eleven a presidente de gobierno, cuando le espetó a Casado las veces que el PP ha coincidido con Bildu en muchas votaciones en distintas instituciones. Entiendo en cambio que cuando te empeñas en trasladar tu punto débil a los oponentes una y mil veces no solo es que “piensa el ladrón que todos son de su condición” sino que cada vez que asocias el mentir o la mentira a tus oponentes, a todos los ciudadanos les viene a la cabeza la cantidad de mentiras que sazonan tu paso por la vida publica. Una evocación puede servir para neutralizar los ataques reales que a buen seguro siendo quién eres te van a hacer, pero más, ya resultan excusas de mal pagador que lo único que hacen es recordar la cantidad de mentiras que tú has dicho. La entrega del libro de la supuesta la tesis doctoral de Sánchez por parte de Rivera diciéndole “he traído un libro que usted no ha leído”, ya deja fuera de combate al hasta ahora presidente y debía hacerle cambiar de registro y que se olvidará de hablar de mentiras y mentirosos. Sánchez tiene muchos puntos débiles pero su falta de credibilidad por faltar a la verdad probablemente sea el más definitorio y tanto es así que hasta dirigentes de su partido se lo han echado en cara.
No entiendo nada. ¿Merecen los españoles un presidente que ha mentido incluso con su tesis? ¿Alguien me lo explica?
AMEN
En algunos países la mentira está tan penalizada en los políticos, que es intolerable por la sociedad y sus leyes hacen posible que el mentiroso tenga que dimitir en el acto. Aquí estamos acostumbrados a que la clase política mienta para salirse con la suya y no le exigimos que se vaya para su casa a hacer calcetas. A la pregunta: sí, los españoles nos merecemos un presidente mentiroso, porque no lo hemos echado a la primera mentira, como hacen por ejemplo en Alemania, EEUU o RU.