Conversación tranquila de @jmfrancas con Luis De Miguel Ortega, un enfermero con toga.
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JMF: ¿Enfermero con toga?
LdMO: Me defino así porque mi trabajo ha sido cuidar de la gente con problemas. Cuando voy haciendo la transición desde el mundo de la salud al mundo del derecho, me encuentro con que no quiero cambiar mi objetivo y que quiero seguir representando los mismo valores de cuidado con la gente. Ahora cuido a los pacientes y a veces a los profesionales que tienen problemas con la sanidad, que o dejan de ser problemas de salud, y aplico los mismos principios de prudencia, de protección de cautela y de prevención. Los mismos principios de ayudar pero sin sustituir al paciente. De ayudar pero haciendo que cada vez el paciente sea más autónomo.
JMF: ¿Ejerces de abogado entonces?
LdMO: Sí, en 2015 dejo temporalmente la enfermería y comienzo a ayudar a pacientes psiquiátricos con sus problemas legales y a denunciar casos de corrupción sanitaria. En 2017 ya me colegio y empiezo el ejercicio profesional de la abogacía con dedicación casi exclusiva a asuntos sanitarios.
JMF: ¿Qué tipo de asuntos sanitarios llevas como abogado?
LdMO: Principalmente es asistencia y defensa de víctimas de negligencias y abusos médicos. Otra parte de mi trabajo es contra la corrupción institucional de servicios públicos. Hay un interés especial en torno a los derechos de los consumidores en tanto en cuanto, el paciente no es más que una categoría especial de consumidor y los servicios públicos no dejan de ser un servicio profesional. Los funcionarios han perdido la noción de que el ciudadano paga sus servicios.
JMF: ¿Es muy frecuente la negligencia sanitaria?
LdMO: Según estimaciones a partir de estadísticas anuales de la Comisión Europea, en España alrededor de 5 millones de errores médicos evitables. Esa cifra se traduce en aproximadamente 19.000 muertes evitables por mala praxis médica y sanitaria.
JMF: ¿A qué se deben esos errores?
LdMO: Principalmente a la burocracia y a un modelo de práctica clínica “basada en la evidencia” donde todo se protocoliza y se pierde el contacto con el ser humano.
JMF: ¿Evidencia? ¿Qué quieres decir?
LdMO: El modelo de “medicina basada en la evidencia” es un modelo estadístico y matemático que consiste en generalizar la práctica clínica. Por ejemplo si el 80% de los pacientes con tos seca tiene un diagnóstico y se beneficia de un determinado tratamiento, se emplea por sistema este diagnóstico y tratamiento que al 20% no beneficia e incluso puede perjudicar. Es una medicina burocratizada, estandarizada, casi industrial que olvida al individuo, y de ahí vienen los grandes errores. La medicina no puede estar basada en la estadística.
JMF: ¿Por qué es así?
LdMO: Probablemente este fenómeno obedece a muchas causas, pero evidentemente un modelo sanitario basado en la estadística y en la estandarización es el único posible con un sistema público de salud. Un servicio público de salud personalizado, artesanal, sería imposible de gestionar y probablemente tanto los políticos como la industria perderían interés por un modelo tan liberal. Los políticos y la industria perderían protagonismo, y la tendencia va en dirección contraria.
JMF: ¿No será por falta de tiempo?
LdMO: Es evidente que cuanto más nos alejamos de una atención personalizada y nos vamos a un modelo funcionarial, las cargas de trabajo se vuelven irracionales. La falta de tiempo no es una causa sino una consecuencia de un sistema sanitario burocrático. Intervenir en los procesos naturales de oferta y demanda, tiene como consecuencia un sistema ineficiente. Hablando del mecanicismo y la falta de tiempo, estos sistemas de catálogo de prestaciones, planes anuales de gestión y protocolos de trabajo, lo que consiguen es generar listas de espera por ejemplo. Son sistemas que no pueden ser eficientes porque desnaturalizan la relación médico paciente y no satisfacen ni a unos ni a otros. El índice de satisfacción de los pacientes españoles es bajo según las estadísticas de la OCDE y el nivel de burn out -profesionales quemados- en los profesionales es alto.
JMF: Tu función en estos casos, ¿cuál es?
LdMO: Mi función en estos casos es recordar a profesionales y consumidores que por encima de esta burocracia hay un ordenamiento jurídico y una jerarquía de normas que protegen los derechos de pacientes y profesionales.
JMF: ¿Hay mucho corporativismo en el personal sanitario?
LdMO: El corporativismo es un mal endémico de los gremios profesionales y las profesiones sanitarias no están exentas, tanto más cuanto más poder tienen. El corporativismo médico quizás sea el más beligerante de todas las profesiones sanitarias especialmente cuando se trata de resolver una negligencia.
JMF: ¿No tenemos la mejor sanidad del mundo?
LdMO: Desgraciadamente no. En lo único en lo que destacamos un poco es en la eficiencia, es decir en el ratio de resultados por recursos. Pero no destacamos en eficacia ni en satisfacción de los pacientes. Las listas de espera que tenemos son un buen síntoma de que la gestión no es buena. La falta de un sistema de prevención o de compensación de errores nos coloca muy lejos de una sanidad de calidad. Ni qué decir tiene del aumento de casos de secuestro médico y de situaciones de indefensión en los pacientes.
JMF: ¿Secuestro médico? ¿Eso qué es?
LdMO: El secuestro médico es la actividad en la que el paciente queda anulado de sus derechos más básicos como el de información y consentimiento. Ocurre principalmente en psiquiatría, en vacunaciones pediátricas y en oncología. A veces los pacientes se ven coaccionados por la propia administración sanitaria, los servicios sociales e incluso por el sistema judicial. El secuestro médico en psiquiatría es el más conocido porque hay procesos especiales que podemos cuantificar y las cifras son aterradoras.
JMF: Cuéntame más de esas cifras aterradoras…
LdMO: En España cada año hay 65.000 internamientos psiquiátricos involuntarios, es decir 180 cada día; 30.000 incapacitaciones por enfermedad mental; unas 100 esterilizaciones y un número indeterminado de abortos coactivos. Todo ello es causa de unas 800 muertes en unidades psiquiátricas y se estima que unas 500 son por mal uso de la medicación.
JMF: Y, ¿en aras de qué o con qué autoridad se hace esto?
LdMO: Se trata de un vicio político que viene de muy antiguo y relacionado con ideologías de control social y de eugenesia. Nace en 1918 la doctrina eugenésica en España de manos de Jiménez de Asúa en la segunda república y que da origen a la Orden Gubernativa de internamientos psiquiátricos de 1932 y la primera Ley de vagos y maleantes de 1935, que ni la dictadura, ni la transición ni el progresismo democrático intentan corregir. Es este tipo de doctrinas eugenésicas iniciadas y por el progresismo las que llegan a la actualidad y dan soporte al aborto, la eutanasia y el secuestro médico como necesidades de salud pública. No hay ni la mínima justificación moral ni legal para este tipo de control social, pero lo cierto es que esta maquinaria funciona y funciona de manera muy eficiente sin que la población disponga de recursos legales para defenderse.
JMF: ¿Qué es la ‘doctrina eugenésica’?
LdMO: La eugenesia es la doctrina que persigue el mejoramiento de la sociedad y de la raza a través de la intervención en la salud. Se favorece el bien común eliminando a los débiles, los viciosos y degenerados. El individuo desaparece como sujeto de derechos y se le priva de su dignidad en aras de un mejoramiento social. El débil, el vicioso o el degenerado son considerados como meras cargas y se justifica que sean sometidos a una trato diferenciado en beneficio de la sociedad. Es una falacia absoluta, pero es lo que pretende justificar la vacunación involuntaria de niños, ya que pueden ser fuente de epidemias y de grandes costes sanitarios, lo que es un despropósito científico. En los casos de cáncer, la experimentación o el tratamiento involuntario se basan en reducir costes asistenciales. El los internamientos psiquiátricos, se trata de sacar de las calles a los locos peligrosos tal y como establecía la primera ley de internamientos psiquiátricos de la república francesa de 1837 y cuyo modelo mantenemos. Sea como fuere, a través del mayor beneficio de la sociedad, con el secuestro médico y la eugenesia se priva de dignidad al ser humano y por razones ajenas a la ciencia y la moral.
JMF: Llevada al extremo toda intervención médica debería vetarse, que sobreviva el de por si dotado…
LdMO: Solo que al ser una teoría falaz, la de la supervivencia del más dotado, y es más una doctrina de propaganda política y de manipulación social, las intervenciones médicas se reducen a lo que necesita la mayoría o a lo que interesa a la mayoría de los políticos. Así se destinan grandes cantidades de dinero a atender a determinados colectivos. Todo va en función de las necesidades de la mayoría y del beneficio político, pero sin ninguna racionalidad. La atención médica pasa de basarse en criterios bioéticos a basarse en criterios utilitaristas de interés social y político. Se llega entonces fácilmente a la razón por la que se ha deshumanizado la atención médica: se ha politizado y se le ha privado de la individualidad que necesita.
JMF: ¿Cómo se revierte eso?
LdMO: Con información. Con divulgación. Desmitificando la eugenesia y el estatismo. Sin pretender alejarme del objeto de la entrevista, lo cierto es que hay que hablar a las claras sobre los derechos de los pacientes y sobre el respeto a la dignidad de las personas. Salir del debate de la necesidad de un sistema público y burocrático de salud y la necesidad de destinar cada vez más fondos públicos para nutrir al sistema y empezar a hablar de recuperar un sistema que garantice los derechos de los pacientes y su dignidad. Recuperar un modelo de atención sanitaria personal y libre donde el profesional y el paciente sean los únicos actores, responsables ambos de la toma de decisiones y de los resultados. Los modelos burocráticos de asistencia sanitaria como el liberal americano, el modelo Bismarck o el Beveridge en Europa, son modelos obsoletos de principios del siglo XX y fracasados, y deberíamos ir a otros modelos mucho más abiertos y que están funcionando muy bien.
JMF: ¿Cómo cuál?
LdMO: En la India, en Brasil, el Hong Kong, en Singapur, se están empleando nuevos modelos que están dando muy buenos resultados. En Singapur se trata de un modelo tan abierto y con sistema de mochilas que está dando muy buenos resultados en cuando a satisfacción de los pacientes y reducción al máximo de cargas burocráticas y de control social. Desde el punto de vista teórico me parece una alternativa perfecta.
JMF: ¿Qué hacen en Singapur?
LdMO: El modelo se basa en que los ciudadanos deben disponer de tres fondos. Uno para asistencia sanitaria, otra para asistencia social y el último es una especia de fondo común de compensación. Cada trabajador dispone de esos fondos para su propia atención o la de su familia. Si no lo consume obtiene una rentabilidad a interés compuesto y en caso de fallecimiento prematuro, pasa a sus familiares. El ciudadano es responsable de su salud, y elige libremente como atender sus necesidades. Puede elegir el profesional que quiera, y el paradigma médico que prefiera. Si quiere tratar un cáncer con quimioterapia, con acupuntura o :con rezos, es su dinero, su responsabilidad :su vida. Cuando no se tienen recursos para intervenciones médicas que se consideran necesarias, entra en juego el sistema del fondo de compensación que da una cobertura básica universal. Con este modelo se devuelve la responsabilidad a los pacientes y profesionales.
JMF: Gracias Luis, no te quito más tiempo, hablaremos por que hay mucho tema, un abrazo.
LdMO: Muchísimas gracias.
Buenos Dias. Estoy totalmente de acuerdo con Luis de Miguel, la sanidad en España a dia de hoy no es ni mucho menos lo que nos venden los politicos, lo he podido sufrir en mis propias carnes por tratamiento que al final te deja secuelas producidas por medicamentos que por seguir el protocolo establecido el resultado no es el esperado porque cada paciente tiene sus particularidades y lo que a unos les puede ir bien a otros les viene mal, todo esto lleva años oculto en pro de un sistema de salud publica que ya no es eficiente y si muy costoso para las arcas publicas. A tenor de lo que esta ocurriendo actualmente y que se ha visto el resultado catastrofico, esto deberia servir para empezar a enfocar la sanidad con otros criterios mas parecidos al de Singapur que es lo que sugiere la experiencia y con resultados ya comprobados.
D. Luis De Miguel Ortega,su entrevista me ha emocionado porque las verdades que dice son ciertas y es una gradeza conocerle, por desgracia la Salud Publica no es segura se permite que se juege con la salud y la vida del paciente le privan de las pruebas y la medicacion que requiere para que avace la enfermedad y muera.
hay medicos que son humanos pero no se atreven a denunciar lo que esta pasando.
Admiro su valentia. Gracias
Estimado compañero,
Totalmente de acuerdo con las apreciaciones vertidas. Atiendo muchos asuntos de negligencias médicas y de responsabilidad por mala praxis. Ni tenemos el mejor sistema sanitario ni existe una especialización médica [hay más de 65.000 médicos en España ejerciendo en especialidades sin tenerla]. El paciente entra en circuitos procedimentalizados en los que se someten a protocolos y pautación disciplinada a intereses internos [compadreo de distintos servicios del Centro en cuestión o puentes entre la privada y la pública, investigación y publicaciones, etc…] y externos [laboratorios, políticas públicas presupuestarias, eutanasia, etc…]. En esta situación, su diagnóstico y tratamiento estará condicionado a estas directrices y en su claro perjuicio.
Actualmente estoy muy comprometido con el tema COVIT-19 que lo trato en mi doble vertiente de abogado y sociólogo [con recursos para afrontar investigación, espacio y publicaciones], por lo que tendría mucho interés en departir contigo. Te ruego que contactemos y veamos sinergias.
Mi nombre es Alfredo Luis Jiménez Ramos [609700824]