Es muy frecuente, últimamente mucho más, que mis amigos en Madrid me pregunten por Cataluña, la política catalana y demás. Desde hace un tiempo les contesto siempre lo mismo: como me conocen les digo que Cataluña es más complicada que yo, que si quieren les explico… A algunos, con este planteamiento quieren saber más y otros cambian de tema.

Lo normal es que el ámbito político se mueva alrededor de una coordenada: derecha e izquierda y que en el siglo XXI esta se haya desdibujado un pelín: centro derecha y centro izquierda. Si bien inicialmente esto suponía: izquierda igual a más Estado, más intervencionismo, más colectividad, y la igualdad por encima de la libertad y derecha igual a más iniciativa privada, menos leyes, más libre mercado, más individualismo y la libertad por encima de la igualdad.

Esto en España ha pasado a la historia. Hoy, izquierda es cambiar la sociedad desestructurándola en favor del estado que lo intenta pisar todo, es igualar a todos los individuos e individuas para que se confundan entre ellos y todo esto sin reparar en gastos. La derecha, cuando gobierna, se limita a aceptar el desastre social que la izquierda ha dejado y, eso sí, a intentar sacar dinero de las piedras -haciéndose enemigos que les echan del poder- para dejarle las arcas llenas a la izquierda y pueda seguir derrochando para transformar a individuos y sociedad según su modelo ideológico. Ellos avanzan en su paradigma gastando a espuertas y la derecha les rellena las arcas y se traga el modelo sin más.

Pues bien, en Cataluña, a esto añádase una nueva coordenada: nacionalismo o no, que ahora también se ha trasmutado y es secesionismo o no y eso, según la temporada prima sobre derecha e izquierda y ya la tenemos liada. ¿Lo entienden ahora? No, pues yo tampoco.