Una de las muchas maneras de no sacar nada en claro cuando se pretende analizar un tema, es discutir muchas cuestiones en simultáneo, cuantas más, mejor. Probablemente esto forme parte de la práctica habitual en las tertulias de análisis político, dado que la ordenación con criterios epistemológicos no es plato fuerte en la formación ni de políticos ni de periodistas. La abdicación del Rey puede abrir el debate a muchos temas pero si uno quiere ver cierta luz tendrá que analizar uno a uno. España, como Monarquía parlamentaria cuando pierde un Rey debe nombrar a otro, lo deben aceptar los representantes de la soberanía nacional que son los diputados y senadores. La profunda desafección de los ciudadanos a nuestra clase política manifestada en parte en el resultado de las elecciones europeas nada tiene que ver con la legitimidad de nuestros parlamentarios nacionales: ellos son los que legal y legítimamente deciden.
No entiendo nada. Ahora se trata de proclamar al sucesor De Juan Carlos I. ¿A qué viene valorar ahora si el actual Rey hizo siempre lo que debía? Al proclamar sucesor tendremos un nuevo Rey con las prerrogativas y limitaciones que nuestra Constitución le impone, ¿por qué muchos pretenden que resuelva por sí los problemas nacionalistas? Si en España el Rey no gobierna, ¿cómo pretenden algunos que resuelva la crisis económica y la política y la territorial…? Al Rey se le podrá pedir virtud incluso liderazgo y ejemplaridad, pero, ¿a qué viene que algunos le exijan que ponga en cintura a la clase política? ¿Alguien me lo explica?