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Ayer se presento en Madrid la “Carta a la Comisión del Congreso para la evaluación y la modernización del Estado Autonómico”. Su promotor, Enrique Calvet, Presidente de ULIS y Eurodiputado, estuvo la mar de claro al explicar como la descentralización en España ha consistido en crear diecisiete centralidades. Para los firmantes de la misiva, el modelo actual debe revisarse con el objetivo de adecuarlo al mandato constitucional de que todos los españoles seamos ciudadanos libres e iguales política y socialmente, amén de hacerlo económicamente soportable. Los firmantes de la carta, y muchísimos españoles más, no entienden que en cuestiones tan fundamentales como la educación o la sanidad los derechos del ciudadano dependan de la longitud y latitud de dónde hayas nacido.

Si bien me costaría entender una España uniforme y centralizada, Cataluña y el País Vasco y otros, nunca lo aceptarían, tanto el sentido de Estado como el sentido común hacen necesario revisar en que hemos convertido España. El objetivo inicial, contentar a los nacionalismos, no se ha conseguido y en cambio hemos cortado España en 17 reinos de taifas. Si la solución que nuestros diputados dan, para escurrir el bulto y quitarse el problema de encima, es un paso más en autonomía y un salto adelante en financiación, no se resolverá nada. Autonomías si; autonosuyas, como ahora -a lo Fernando Vizcaíno Casas-, nada de nada.

No entiendo nada. ¿No se dan cuenta los autonomistas que tensando la cuerda cada día más esta se rompe y podemos volver a una España pasada? ¿Alguien me lo explica?