Han empezado en simultáneo dos juicios de suma importancia: el juicio de la “Gürtel” y el de las llamadas “tarjetas black”. Ambos son ejemplos paradigmáticos de una larga época en que ha primado la indecencia. España, en los treinta últimos años, se ha convertido de hecho y casi de derecho, una justicia lenta y tardía fomenta la impunidad, en el paraíso del ‘que parte y reparte se lleva la mejor parte’. Dado que quien más repartía era el político con cargo, la carrera hacia el poder suponía una nueva oposición a un oficio que te llenaba las arcas y ,ante la universalidad del comportamiento, la mejor defensa era incluir en el reparto a todos aquellos que podrían sentir envidia.
Gürtel y tarjetas black no son casos excepcionales para nada. La Gúrtel representa el expolio de las arcas públicas para forrarse, como ha ocurrido en tantas partes de España, y las tarjetas black representan un modo más de atracar a las Cajas de Ahorros, hasta quebrarlas, desde que se politizaron.
Si la tentación de ‘meter la mano’ es fuerte de por sí, que no será cuando la justicia invierte en cada caso un porrón de años. La Gúrtel que ahora nos ocupa, se inició por una denuncia en el año 2007, han pasado nueve años para que empiece el juicio oral en su primera instancia. ¿Cuando habrá, si las hay, sentencias firmes?
No entiendo nada. ¿Alguien piensa que la lucha contra la corrupción en España es tan eficaz que, ahora mismo, está en vías de ser erradicada? ¿Alguien me lo explica?
Josep Maria, esta pregunta no tiene sentido. No hay forma de que la corrupción esté en vías de ser erradicada si Cospedal después de mentir sin ton ni son SOBRE Bárcenas sigue tan campante en la cúpula del PP, si Rajoy tras haber cobrado dinero negro y protegido a sus corruptos parece que podría volver a tener mayoría absoluta con un poco de suerte.
Acabar con la corrupción es mucho más que hacer juicios a los corruptos, es fundamentalmente que nuestra sociedad no tenga la tolerancia que tiene a un partido tan corrupto. Mientras los españoles no castiguen con el voto al PP, a sus amiguetes, aunque vayan de naranja, y a quien de indicios de corrupción, esto no hay quien lo pare, porque se ha instalado una cultura de impunidad. La corrupción sale muy barata, incluso si tienes la mala suerte de que te pillen. Y mientras los españoles sigan votando a favor de la corrupción no hay nada que hacer. Lo malo es que eso pasa factura. Los españoles ya lo están sintiendo, pero cuidado, se puede empeorar y mucho. La corrupción no conoce límites. Y al final habrá muchos lamentos, pero será demasiado tarde. Es mucho más sencillo prevenir la corrupción que erradicarla. A estas alturas está tan metida en todas partes que, con los niveles actuales, sería muy difícil combatirla. Llegará un momento en que será sencillamente imposible. Cuidado, eso no es una broma.