Josu de Miguel: ‘La persecución pública de las patrañas, mediante sanciones administrativas o penales, degrada la libertad’


Conversación tranquila de @jmfrancas con Josu de Miguel (@JosudeMiguel1), profesor invitado de derecho constitucional en Universidad de Cantabria. Participante en MIRADAS ANTE LA CRISIS DEL COVID-19 del Club Tocqueville

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JMF: ¿Qué es el derecho de crisis?

JdM: Un derecho, previsto constitucionalmente, que permite suspender el propio ordenamiento constitucional temporalmente, para resolver situaciones bien que no estaban previstas o que no se pueden abordar en condiciones de normalidad.

JMF: El ‘Estado de Alarma’ nuestro, ¿es de este tipo?

JdM: Sí, es un estado de emergencia cuyo presupuesto es políticamente neutral: una pandemia, una catástrofe. Está en el art. 116 CE.

JMF: Y, ¿qué permite sin sobrepasarse?

JdM: Permite limitar derechos: la libertad de circulación prevista en el art. 19 CE. Practicar requisas temporales de todo tipo de bienes, limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad, impartir las órdenes necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados… Para ello se puede unificar el mando o, en su caso, suspender la distribución competencial entre CCAA y Estado.

JMF: En la situación española actual, ¿se ha pasado el gobierno o sus actuaciones están dentro del margen permitido?

JdM: En mi opinión estamos dentro de un margen constitucional. Aunque es evidente que en materia de derechos el confinamiento está siendo muy invasivo y, probablemente, hay un problema de diseño del estado de alarma, porque el ministerio de sanidad no está capacitado para gestionar la crisis de forma centralizada.

JMF: De hecho el tal ministerio poco ha gestionado bien, más bien nada…

JdM: Bueno, antes era un ministerio con más materias. El presupuesto es muy corto (apenas 480 millones de €) y no creo que administrativamente esté en condiciones de gestionar una crisis tan grande. Debería coordinar y que sean las CCAA las que gestionaran con algo más de independencia: de hecho, como sabes, son ellas las que han comprado mucho material sanitario al margen del ministerio.

JMF: Y parece que, en lo poco que ha comprado el ministerio, le han tomado el pelo…

JdM: Supongo, no lo sé, que se debe a las condiciones de desesperación y de escasez del mercado sanitario.

JMF: Hay quien supone situaciones menos honestas… ¿La libertad de prensa se contempla en el estado de alarma?

JdM: Esta crisis está revelando el estado lamentable de la esfera pública española. Es una degradación común a otros países, pero en nuestro caso particular es dramático.

JMF: ¿A que te refieres en concreto?

JdM: Me refiero a la colusión evidente del sistema comunicativo español con el poder político. No solo con tal o cual ideología, lo cual es razonable y saludable: me refiero a una falta de fortaleza económica de medios que los hace depender de recursos públicos. Cuando ello es así, hay una nula independencia de criterio y el control periodístico se desvanece.

JMF: Pero no parece bastarles con eso y quieren perseguir al disidente…

JdM: En la cuestión de los bulos hay un error de enfoque: se necesita más pedagogía de uso de medios, alfabetización mediática se llama, y no barridos ministeriales de mentiras en las redes sociales. Los bulos privados, esos que nos llegan en redes y mensajes de móvil, desestabilizan la democracia. La persecución pública de las patrañas, mediante sanciones administrativas o penales, degrada la libertad.

JMF: El amor a la verdad que le supongo a los gobiernos, y en especial a este, es ninguno y el deseo de los gobiernos de cerrarnos la boca, y especialmente de este, es casi infinito…

JdM: Bueno, Arendt identificaba democracia republicana con verdad. Pero esta sólo puede ser buscada libremente. Prefiero la autorregulación de plataformas digitales y la alfabetización mediática: el ciudadano hoy es periodista y crea opinión. Tiene que aprender a usar su poder mediante el principio de responsabilidad.

JMF: Y si se pasa, hay códigos civil y penal bien concretitos ¿no?

JdM: Exactamente. De hecho, la regulación penal española es excesiva y debería aligerar algunos delitos de opinión que el TEDH ha puesto varias veces en entredicho.

JMF: A más excepcionalidad, ¿no debería haber más control parlamentario?

JdM: Desde luego. No hay razón para que desde el primer momento, pasada la primera semana de confusión, el control parlamentario se ejerciera con toda normalidad. Consenso político implica control: de esta forma, los ciudadanos acceden a información, muy necesaria en el marco de los estados de emergencia.

JMF: ¿Te preocupan los tics cubanobolivarianos de algunos miembros de este gobierno?

JdM: La verdad, no quiero expresarme así. Sí diré que soy favorable a un gobierno de concentración, con un número reducido de ministerios, el reclutamiento de las personas más valiosas y una dirección política sólida para gestionar el riesgo de esta crisis. Después, de nuevo, celebraría elecciones. Pero la reconstrucción llevará años.

JMF: ¿Es constitucional eso?

JdM: Claro. O bien lo lidera el presidente actual -tiene libertad para configurar el gobierno- o bien vamos a una investidura técnica, en tanto en cuanto los actuales líderes políticos -no solo el gobierno- sean incapaces de consensuar y pacificar la vida pública española.

JMF: ¿No entiendo lo de la ‘investidura técnica’?

JdM: Sin necesidad de elecciones, a través de una cuestión de confianza que se pierda en el congreso o a través de una dimisión, se podría ir a una nueva investidura. Es un escenario indeseable e improbable. Pero los próximos meses serán duros y necesitamos mucha concordia y responsabilidad compartida. Sinceramente, veo la clase política española y no encuentro esas virtudes. Lo digo con pena.

JMF: Gracias Josu, yo tampoco las veo, un abrazo y ojalá nos equivoquemos.

JdM: Hasta la próxima.


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