José Luis González Quirós: ‘El gobierno ha sido frívolo, vanidoso y prepotente’


Conversación tranquila de @jmfrancas con José Luis González Quirós (@jlgq), doctor en filosofía, investigador del CSIC, y prof de la URJC, ya jubilado, y analista político (http://www.jlgonzalezquiros.es/) y participante en MIRADAS ANTE LA CRISIS DEL COVID-19 del Club Tocqueville.

Tuitter:@jmfrancas Webhttps://sinpostureo.com bloghttps://www.noentiendonada.esYouTubehttps://www.youtube.com/channel/UCUGcEzxyMJwuOCBNnjwPDxg?view_as=subscriber

JMF: La crisis sanitaria del coronavirus lleva a una crisis económica y esta, ¿nos llevará a una crisis moral?

JLGQ: Nunca he creído en la aplicación de los términos de la economía, y crisis aunque de origen médico es un término económico, a lo moral, La moral es algo de la conciencia individual y no es susceptible de juicios macroscópicos, eso es fariseísmo. Sí me parece que la covid hará que muchas personas, o algunas, vean cosas que antes se negaban a ver, y eso, creo, cambiará. o eso espero, algo en las capas más hondas de la sensibilidad colectiva, pero habrá que verlo.

JMF: Por moral me refería, probablemente con poca finura conceptual, a una crisis de valores, ¿la habrá?

JLGQ: Hasta la fecha lo que vemos es que se interpreta la crisis con la perspectiva que previamente se tiene sobre el mundo, las políticas y los valores, pero creo que el resultado final, cuando sea, cambiará algo las cosas, pero muy lentamente. La tendencia de las creencias a permanecer es muy alta, siempre lo ha sido y no es fácil que eso cambie. Los colectivistas pedirán más sin caer en la cuenta del enorme fallo de los aparatos públicos, que en el caso de España es brutal, pero imagino que a muchas personas menos ciegas la crisis les hará repensar sobre esto y caerán en la cuenta de que no se trata solo de discutir si más o menos Estado, sino de ver de qué maneras se consigue un Estado más eficaz, y hay ejemplos por todas partes. Yo espero que en España sepamos ver que deberíamos acercarnos más a un modelo eficaz, y más barato a la larga, como el alemán, que seguir creciendo el volumen de los aparatos públicos sin medir nunca en serio ni su necesidad, ni su rentabilidad, ni su eficacia.

JMF: En tu vídeo del Club Tocqueville hablas textualmente de “mezcla inteligente de previsión y buen gobierno” y la echas en falta en el caso de España frente a esta crisis. ¿Fallo la inteligencia, la previsión o el buen gobierno?

JLGQ: Así es, creo que más que ver el fallo en el Gobierno, que ha sido sorprendido como el que más, y ha reaccionado luego de manera desaforada queriendo hacer ver que es el más cuidadoso y exigente con los bienes públicos, hay que verlo en los sistemas administrativos de tipo sanitario que no supieron dar la voz de alarma a tiempo. Solo en la Comunidad de Madrid hay cerca de 650 personas, no todos técnicos, desde luego, empleadas en prevención de epidemias y salud pública. Pues bien, se ve que no se leen los papers científicos que ya se habían publicado sobre el virus, no ya los de China, ni siquiera los de Italia o las previsiones sobre una epidemia X que venían haciendo desde un grupo de especialistas de la OMS (no la linea oficial, un grupo científico). Esto es lo grave que ante una amenaza muy probable no se hubiesen tomado medidas como proteger a los sanitarios, advertir a la población, ocuparse del suministro futuro de mascarillas, en fin lo que haría cualquier persona prudente y responsable, además de advertir seriamente a la población, asustarnos un poco, prohibiendo el fútbol y cosas así. No se hizo nada ni el gobierno nacional ni en parte alguna, y eso indica un fracaso profundo de los sistemas que, en teoría, se dedican a prevenir este tipo de cosas. Luego ha venido el desmadre, de nuevo más administrativo que otra cosa, unido al comportamiento chulesco del gobierno diciendo “dejadme solo” cuando cualquiera podría ver que no se tienen los medios de control necesarios para enfrentar una crisis tan brutal como esta (no hay timón, eso es gobernar, llevar el timón) y todo se ha recubierto de propaganda y consignas políticas para disimular el desastre. Luego el confinamiento ha sido excesivo y ridículamente interventor, es de coña casi todo lo que han montado mientras no han sabido organizar los tests para hacer un estudio epidemiológico serio, que todavía no ha empezado (véase https://ourworldindata.org/covid-testing#spain) y mienten más que hablan. El Gobierno pide ayuda política cuando ve que se ahoga, pero no ha sabido pedirla al principio, cuando hubiera sido más eficaz, y más necesario, y menos discutible. El error de Aznar en el 11M multiplicado por varios órdenes de magnitud.

JMF: ¿Con estos mimbres, el gobierno, se puede hacer el cesto de la recuperación?

JLGQ: Predecir es siempre complicado, y más el futuro, cómo decía Bohr con ironía, pero creo que se puede establecer una alternativa, o vamos hacia Europa o hacia Argentina (por no decir Venezuela, la pobre). No hay dinero para pagar lo que va a ser necesario pagar, de forma que habrá que pedirlo y, en parte, nos lo prestará Europa, pero con condiciones, es decir que habrá que devolverlo y gastarlos conforme a directrices finalistas, sin ERES a la andaluza y corruptelas varias. No creo que este Gobierno pueda asumir ese plan, puede llevarnos a Argentina, pero el coste sería tan alto que no creo que ni siquiera se le pase por la cabeza al más loco. Habrá crisis política, los muertos han sido demasiados y los costes no los puede afrontar un gobierno tan frágil y estrambótico. La ministra de Hacienda y portavoz del gobierno dijo, literalmente, que lo que España necesita de Europa son “transferencias y no créditos, porque eso es mas deuda y no queremos aumentar el endeudamiento”. Con lumbreras como esa no hay salida, nadie puede creer que nos vayan a dar un dinero que no les sobra sin pedir nada a cambio, y ese cambio será durísimo de gestionar, habrá bajadas de sueldos a funcionarios y tajos a las pensiones, habrá recortes de verdad y el coste para los que creen que el destino de las deudas es no pagarlas será infinito.

JMF: En tu vídeo también hablas de tomar decisiones escudándose en unos expertos en una ciencia que que de hecho no existe… ¿Se basan, se escudan o se excusan?

JLGQ: Aquí se han escudado, pero es porque previamente los escuderos no habían hecho bien el trabajo. Muchos de los que se consideraban virólogos prestigiosos han hecho previsiones de una enorme frivolidad, y los epidemiólogos que deberían seguir al minuto las investigaciones y tendencias no parecen haberse enterado de nada. Ese es el origen del disparate padecido, y muchos de ellos siguen al frente del sistema de asesoría, cuando algunos debieran haberse suicidado, ya se entiende que simbólicamente, pero se reciclan como si nada. El daño que le han hecho al escaso prestigio de la ciencia entre nosotros es enorme.

JMF: Estamos vendidos entonces, científicos ignorante y políticos vacíos de postureo… ¿qué hacemos?

JLGQ: Me resisto a decir científico ignorante, es un oxímoron. Lo que hay es mucha desidia, amiguismo y falta de control en los organismos destinados a hacer ciencia, pero no es culpa de los pocos científicos que en ellos hay, sino de la agobiante presión de la administración y la política. Los científicos pueden equivocarse y lo hacen a menudo si son audaces y creativos, pero lo que no puede ser es que organismos enteros supuestamente dedicados a prevención sean incapaces de ver venir un trasatlántico del porte de la covid. Ahí no ha faltado solo ciencia sino, incluso, discrepancia frente a la equivocada unanimidad, y la discrepancia es consustancial a la ciencia que avanza (no tanto a la que se enseña como cosa cierta, aunque también es bueno ser razonablemente escéptico frente a muchas de sus “verdades”) y eso debiera haber movido a la duda y a la prudencia que ya es responsabilidad del gobierno, que ha sido frívolo, vanidoso y prepotente.

JMF: ¿Te has olvidado de los políticos de postureo?

JLGQ: Los políticos deben dejar de ir a lo suyo y concentrarse en lo nuestro. Al político se le debe pedir que vaya al sacrificio, a hacer lo que hay que hacer aunque le cueste el puesto por impopularidad. La política es un negocio que, como la vida, siempre acaba mal, y es ridículo pensar que pueda acabar de otro modo, retirarse a tiempo, por ejemplo. Por eso el político que solo piensa en la reelección es el peor de todos, el más abundante. En un artículo reciente en Disidentia, lo expliqué con algo más de calma y perdón por citarme, “En realidad, la tarea de un gobierno se debería reducir a tratar de llevar la nave del Estado a buen puerto, a mantenerla a flote y, a ser posible, mejorando su seguridad y su confortabilidad. Por el contrario, lo que suele suceder, en realidad, es que los gobiernos empiezan a preocuparse demasiado pronto no de los problemas de los ciudadanos, sino de las dificultades que pueden llegar a experimentar si se atienen a un buen diagnóstico y a unas terapias coherentes, es decir que pronto empiezan a poner su propia estabilidad y subsistencia en primer plano. Una manera irónica y optimista de verlo es la sentencia que se atribuye a Jean Claude Juncker, “los gobiernos suelen saber lo que hay que hacer, lo que no saben es la manera de hacerlo sin perder las elecciones”. Esta realidad tan cruda es la que ha traído a primer plano la monserga de los relatos y la subsecuente de las supuestas campañas de desinformación que se suponen bien diseñadas y mejor ejecutadas por los enemigos políticos del gobierno. Cuando los gobiernos se sitúan en este escenario, cualquier atisbo de lo que podamos entender como realidad acaba desapareciendo, se reduce a un confuso rumor, incluso cuando las situaciones vividas puedan ser tan crudas como la que ahora mismo experimentamos.” El postureo es el arte de agradar a los tontos, no lleva a nada…, aunque a veces lleve a la reelección, pero la culpa de ese postureo la tienen los ciudadanos que no son exigentes, claro es que ayudados por la cantidad de gente que vive del favor político, del pan para hoy a costa del hambre de mañana, aunque algunos logren forrarse mientras tanto.

JMF: ¿Qué debe hacer el ciudadano de a pie, el que sobreviva, antes este desastre?

JLGQ: Yo ni siquiera creo que se deba plantear en forma de deber, me parece evidente que una vez que todos nos hemos dado cuenta de la peligrosidad del virus y de su forma tan rápida y eficaz de propagación vamos a ser prudentes y responsables, sin necesidad de hacer de policías de los demás, es decir que creo que ya se debería dejar en manos de los individuos las decisiones pendientes con unas normas colectivas claras y asumibles por todo el mundo: tapabocas siempre o casi siempre, no espectáculos públicos, no reuniones de más de diez  personas, mantener la distancia de seguridad, etc. Eso sí, hay que dar facilidades para hacer los tests necesarios y para permitir el aislamiento de los contagiados que no quieran o no puedan permanecer en casa. Una de las peores caras de esta crisis es la que no se ha visto, los miles de personas que han muerto en la soledad de sus casas contagiando a sus familiares, hay que proveer medios, públicos y privados, para que cuando se detecten nuevos casos se puedan aislar sin mayores riesgos, pero hay que acabar con confinamiento excesivo y muy discutible desde el punto de vista sanitario y legal. La envidia y el afán morboso de igualdad no pueden impedir la salida y el trabajo o la diversión de los que no suponen riesgo hasta que no haya el menor peligro. Los riesgos del prohibicionismo pueden y suelen ser mayores, a medio y largo plazo. La idea de que el Estado es mejor cuidador de nuestra salud que nosotros mismos es estúpida: una vez que está claro el peligro, la mejor defensa es la de cada cual, ayudando a los que no puedan defenderse por sí mismo, claro está.

JMF: Mil gracias José Luis, me encanta que alguien piense que me sé cuidar mejor de lo que me cuidaría el Estado, cada día más gente acepta lo contrario. Un Abrazo.

JLGQ: Me alegra que te pueda servir. Un abrazo y siempre a tu disposición.


Un comentario en «José Luis González Quirós: ‘El gobierno ha sido frívolo, vanidoso y prepotente’»

  1. Un buen repaso a la forma que han actuado y actúan n/políticos.
    En el apartado “ que debe de hacer el ciudadano de a pie….” Yo añadiría tapabocas siempre (no casi siempre), obligatorias para cualquier actividad, en tanto no remita la enfermedad.
    Exigir por todos los medios, gritando los ciudadanos a pleno pulmón en todos los estamentos, el derecho a que se apliquen los tests a todos y se separe, en razón de la enfermedad, para ser tratados, a aquellos que lo requieran. Es urgentísimo, estamos hartos de todos los “errores”, cometidos en este tema, sobre todo cuando sabemos que hay empresas españolas que suministran unos test de máxima calidad, con una fiabilidad del 90% o más, y que como el gobierno español no quiere abastecerse de ellos, los exportan a otros países.

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