Conversación tranquila de @jmfrancas con José Andrés Rozas (@jarozas1). Catedrático de Derecho financiero y tributario de la UB, y miembro del equipo de coordinación de ‘Universitaris per la Convivència’.
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JMF: ¿Qué es ‘Universitaris per la Convivència’?
JAR: Un grupo de profesores universitarios catalanes movilizados en defensa de la neutralidad de los órganos de gobierno de nuestras Universidades y del respeto de los derechos humanos en los campus.
JMF: ¿Es necesario esto en el siglo XXI?
JAR: Para nuestra sorpresa sí. Nos gustaría mucho que no lo fuera y vivir más tranquilos, dedicados a nuestras investigaciones, clases y familias. Pero, desgraciadamente, en Cataluña algo tan elemental está permanentemente amenazado. Hoy mismo, he tenido noticia de un escrache en mi Facultad, sin ir más lejos.
JMF: Pero una cosa son alumnos y otra la Universidad como tal ¿no?
JAR: Exactamente, y alumnos cuyo comportamiento incívico cuenta con el amparo, o la complicidad por incomparecencia, de los órganos de gobierno. Se vuelve a la casilla de salida.
JMF: ¿No mejoro nada entonces desde el 155?
JAR: Lo más mínimo. El número es muy alto pero su trascendencia efectiva fue anecdótica. Desde luego en el ámbito universitario ninguna. Eso sí, el procés sólo tuvo una virtud: ahora la Cataluña silenciosa y silente se moviliza y hace oír su voz.
JMF: ¿Qué habría que hacer para ‘normalizar’ esto?
JAR: La Ley de Convivencia Universitaria, aprobada la semana pasada, es un primer paso, en la buena dirección. Finalmente se ha procurado a las autoridades universitarias un marco legal para desplegar un modelo organizativo de convivencia en las comunidades universitarias.
JMF: ¿Qué Ley es esta?
JAR: Aunque parezca mentira, en más de 40 años de democracia, y con tres leyes orgánicas universitarias a la espalda, ningún Gobierno de la Nación, ni autonómico, había asumido la responsabilidad de regular las normas de convivencia -incluido el régimen disciplinario- de las Universidades. No me creerás, pero la única herramienta normativa herrumbrosa e inútil a la que se podía recurrir -como Director de un Centro la tuve que aplicar en una ocasión- era un Decreto de 1954 cuyo artículo primero tipificaba como infracción grave las blasfemias y las ofensas al régimen. ¡Ahí es nada!
JMF: Esta Ley es autonómica, nacional… A mí no me suena de nada…
JAR: Es nacional. Se ha aprobado recientemente y, con sus puntos muertos, es un avance. La impulsó el Ministro Castells y acaba de publicarse en el BOE.
JMF: Y sobre lo que hablábamos, ¿qué avances presenta?
JAR: Pues, al menos, pone las bases de un modelo de convivencia y disciplinario que puede contribuir a resolver conflictos en los campus y prevenir conductas indeseables, como los escraches. Aunque ERC exigió, y logró, que este punto quedase desleído y se transfiriese su desarrollo a las propias Universidades. Es evidente que protegen a sus cachorros acosadores.
JMF: ¿Queda entonces al albur de las autoridades académicas que la Universidad sea un espacio ‘normal’?
JAR: Pues sí, pero, al menos, las autoridades académicas que sean ‘normales’ dispondrán de un texto legal que les facilita herramientas de gobierno para conseguir que en sus campus se preserve la ‘normalidad’. Menos da una piedra, y hace más daño.
JMF: Que despacito avanza la normalidad después de tantos siglos de evolución y cultura… ¿No os desespera?
JAR: Pues sí, es difícil de digerir que algo tan elemental como el respeto mutuo, la libertad de expresión, la concordia desde la discrepancia, la convivencia serena, no sean principios básicos aceptados sin fisuras por todos los que integramos las comunidades universitarias catalanas. Y, lo peor, que ni siquiera todas nuestras autoridades académicas lo tengan tan claro como sería deseable.
JMF: ¿Qué hay en la cabeza de estos que no tienen claro eso tan elemental?
JAR: A mí parecer, son rehenes de sus bases electorales y, probablemente, de sus complejos. En privado tienen un discurso que en público se altera porque el nacionalismo identitario en esta tierra lo impregna todo. No se atreven a hacer frente a los totalitarios, que es lo que son quienes acosan e insultan a quienes perciben como adversarios.
JMF: Pero un secesionista intelectual ¿qué tiene en la cabeza?
JAR: Eso es un misterio. Sus hilos argumentales suelen resultar dificilísimos de seguir. La famosa ‘astucia’ de Mas ya vimos a lo que nos llevó. Yo me suelo perder en la segunda derivada.
JMF: ¿Está el secesionismo en retroceso?
JAR: Yo diría que está estancado y deprimido. Enredados en sus propias contradicciones no terminan de encontrar la salida a sus problemas existenciales. Es muy sintomático que al referéndum le hayan dado una patada hasta el 2030 y que anden negociando en la ‘mesa’ la transferencia de la torre meteorológica del Turó de l’Home. ¡Un avance histórico en el largo proceso de desconcentración administrativa y de consolidación del modelo de autogobierno!
JMF: ¿Sánchez les da alas?
JAR: Más bien diría que es el secesionismo quien le ha dado alas a Sánchez. Es el viejo pacto de no agresión entre el Gobierno de la Nación y el de la Generalitat, que ha resultado tan pernicioso, especialmente para los catalanes españoles y para los españoles en Cataluña, que, según los propios estudios demoscópicos catalanes, somos la clarísima mayoría de quienes vivimos aquí.
JMF: ¿Quién suplirá políticamente el declive de Ciudadanos?
JAR: Francamente. No tengo ni la menor idea. Esa pregunta no me la había preparado. En este momento me han llegado noticias de, al menos, tres iniciativas en esa dirección. Casi tantas como las que se disputan el espacio natural de lo que era CiU. Mal asunto.
JMF: PPCY PSC, ¿son fiables frente al secesionismo?
JAR: Percibo a mi alrededor un acuerdo unánime, también desde posiciones muy distantes al centro derecha, sobre la altura de miras y categoría personal de Alejandro Fernández. Tampoco Illa es de lo peor que ha pasado por el PSC. Pero tienen que combatir en demasiados frentes, internos y externos. La campaña del primero en las últimas elecciones autonómicas, durísima, se diluyó como un azucarillo en una sola entrevista de Casado para RAC1. Pero vaya, que yo estaba contigo para hablar de mi libro, no de política en zapatillas.
JMF: ¿Qué actuaciones tenéis previstas como ‘Universitaris per la Convivència’?
JAR: Ahora estamos preparando un debate académico sobre usos lingüísticos en la enseñanza universitaria. La ‘Conselleria’ ha anunciado un plan al respecto para el mes de abril y queremos estar preparados al respecto y aportar nuestros puntos de vista sobre la cuestión.
JMF: ¿Cómo contactar con vosotros?
JAR: A través de la página web ‘Universitaris per la Convivència’, de la que Jorge Calero es su muy eficiente responsable, también contamos con una Jefa de Prensa, Maribel Fernández, que cualquier día nos tiene que dejar para hacer lo que hace… cobrando. Algo verdaderamente llamativo de nuestro grupo, te lo aseguro, es su carácter transversal. En tiempos de tan aguda polarización, en ‘Universitaris per la Convivència’ coincidimos personas de muy distinto pelaje, que nos llevamos divinamente, sacamos adelante muchas iniciativas y nos damos apoyo en la defensa de nuestros ideales de convivencia universitaria. En las instituciones neutralidad, en la comunidad universitaria pluralismo.
JMF: Mil gracias, un abrazo y mucho ánimo.
JAR: Gracias a ti! Un fuerte abrazo!