Conversación tranquila de @jmfrancas con Jordi Canal. Historiador. Profesor e investigador en la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) de París.
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JMF: ¿Qué etapa de la historia es tu especialidad?
JC: La historia contemporánea.
JMF: ¿La de España también?
JC: Especialmente la de España. Empecé trabajando sobre la historia del carlismo.
JMF: El carlismo explica el independentismo actual?
JC: No directamente. No hay continuidad evidente. Pero el carlismo del siglo XIX y el independentismo catalán del siglo XXI comparten territorios. Se trata de zonas conservadoras -en sentido sociológico-, miedosas ante los cambios.
JMF: ¿No es causalidad sino casualidad?
JC: Tampoco diría casualidad, puesto que se trata de las mismas zonas con sustrato conservador, que en cada momento histórico lo expresan de manera distinta: el carlismo y el integrismo de ayer, el puigdemonismo, ERC o la CUP de hoy.
JMF: Pero ERC y la CUP en teoría de conservadores nada de nada…
JC: Por eso decía conservadores en sentido sociológico, no estrictamente político. Se consideran muy de izquierdas, pero se agarran a un mundo viejo , idealizado.
JMF: ¿A qué mundo viejo se agarran?
JC: Al de una Cataluña que viene de muy lejos, más rica, culta y trabajadora que la del resto de España. Por eso, en unos momentos de crisis global, como en 2008, intentan abandonar el barco y subirse a un deseo basado en la fe del creyente nacionalista. Hay mucho de complejo de superioridad.
JMF: ¿Existió esa Cataluña?
JC: Es una Cataluña recreada por lo que he llamado el relato nacional-nacionalista de la historia, que es el dominante. Se basa en cuatro grandes pilares: Cataluña es una de las naciones más antiguas de Europa, Cataluña fue un Estado hasta 1714, Cataluña ha sido siempre más democrática y culta que sus vecinas, Castilla-España actúa siempre contra Cataluña. Todo son mitos contruidos, pero que la gente cree a pies juntillas. Otra cosa es la economía. Cataluña tuvo un importante proceso de industrialización y atrajo a mucha gente. El procés es una revuelta de región rica. Esta es la historia oficializada, que se cuenta en las escuelas y medios de comunicación catalanes.
JMF: La real, ¿cuál es?
JC: La real es como todas las historias más compleja: una parte de lo que consideramos Cataluña estuvo varios siglos bajo dominio musulmán, no había naciones en el sentido actual en la época medieval, Cataluña nunca ha sido un Estado, formó parte de la Corona de Aragón (no catalano-aragonesa como dicen), la guerra de Sucesión fue una guerra internacional y dinástica, en 1936-39 los catalanes se enfrentaron a otros catalanes, la sociedad catalana moderna no era democrática, etc. Cataluña tiene una historia, pero no se parece en nada a la que el nacionalismo cuenta. Todos los nacionalismos falsean la historia.
JMF: ¿No fue la primera democracia como explicó Pau Casals?
JC: No. En absoluto. Pau Casals es un buen ejemplo de esa visión mítica de la historia. No hay democracia en el feudalismo.
JMF: ¿Ni fue un precedente de la ONU, como también explica?
JC: Tampoco. Esas comparaciones son totalmente ahistóricas.
JMF: ¿Estamos repitiendo algún momento histórico?
JC: Pienso que la historia nunca se repite. Siempre es otra historia. Pero es lógico que veamos actitudes parecidas entre individuos del pasado y del presente. En el caso catalán resulta inevitable pensar en 1934 cuando vemos las actitudes de algunos líderes independentistas: irresponsabilidad, miedo, tendencia martirial, etc. Pero, a pesar de ello, son dos épocas distintas. Nada se repite, en realidad.
JMF: ¿No tienen por qué acabar igual?
JC: No. Depende del contexto concreto.
JMF: ¿Qué figuras destacarías de la historia reciente de Cataluña?
JC: Del siglo XX, por este orden, a Francesc Cambó como político, a Josep Pla como escritor y a Jaume Vicens Vives como historiador.
JMF: ¿Y en sentido contrario?
JC: Quizás Lluís Companys como político, solamente superado por los políticos enanitos de hoy.
JMF: Pues es la figura a rehabilitar, tendremos Companys hasta en la sopa…
JC: Sí. Ya hace tiempo que están en ello. Les ayuda su muerte, que convirtió a un pobre hombre en mártir.
JMF: ¿Solo pobre hombre? Hay quien le tacha de genocida…
JC: Genocida me parece excesivo. No creo que sea comparable a otros grandes genocidas contemporáneos como Hitler, Stalin o Pol-Pot. Pero tiene su buena parte de responsabilidad, por activa y por pasiva, en lo ocurrido en Cataluña durante la Guerra civil. Pobre hombre no era una disculpa. Tiene sentido negativo. Es alguien al que todo le supera.
JMF: ¿Cómo llamarías a eso?
JC: La existencia de miles de asesinatos no significa genocidio. No lo es en el caso de Companys ni tampoco en el de Franco, por mucho que lo afirmen Preston y otros historiadores. Lo que evidentemente no les resta responsabilidad en las muertes de muchos españoles.
JMF: En la historia reciente de España, ¿hay más ‘pobres hombres’ a los que estemos homenajeando?
JC: Sí. Sin duda. Por ejemplo, la moda de la memoria histórica está blanqueando a asesinos que estuvieron en el considerado buen bando de la historia, o bien está convirtiendo en demócratas de toda la vida a los anarquistas y comunistas de los años 30.
JMF: ¿Cómo cuales?
JC: Quizás Carrillo es un buen ejemplo. La memoria no es historia. La memoria construye un pasado a la medida del presente. De ahí que nos hayamos olvidado de los asesinatos anarquistas de los años 10, 20 y 30, o de los crímenes estalinistas.
JMF: Gracias Jordi, un abrazo y seguiremos hablando de ello si me das más oportunidades.
JC: Cuando quieras. Un abrazo.
Muy interesante.