Conversación tranquila de @jmfrancas con Iván de Vargas (@Ivan_de_Vargas), esposo, padre, periodista especializado en Oriente Próximo.
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JMF: ¿Quiénes son los kurdos?
IV: Son más de 30 millones de personas, pero no tienen soberanía sobre ningún territorio y constituyen la nación sin Estado más grande del mundo. Muchos viven en Siria, donde combatieron al Estado Islámico y ganaron numerosos espacios. Pero la retirada de Estados Unidos los dejó a merced de Turquía, su peor enemigo.
JMF: ¿Nadie les quiere?
IV: Este grupo étnico tiene muchas peculiaridades. Sus raíces culturales e históricas son muy cercanas a las iraníes, pero tienen su propio idioma. La mayoría pertenece a la rama del islam suní. Pero lo que verdaderamente los diferencia de otras comunidades es su eterna lucha por la soberanía territorial. A pesar de ser más de 30 millones, nunca pudieron construir un estado -al menos no por un período lo suficientemente prolongado-. Tener una identidad muy fuerte, con el anhelo siempre latente de erigir su propio país, los convirtió en una amenaza para las naciones que los albergaron. Por eso fueron continuamente segregados. Se calcula que más de la mitad de los kurdos -al menos 18 millones- viven en Turquía, donde son la principal minoría étnica. Eso explica que la relación con el poder central sea ahí mucho más conflictiva que en cualquier otra parte.
JMF: ¿Su único apoyo era EEUU?
IV: Antes de la guerra de 2011, los kurdos en Siria eran personas olvidadas. El conflicto cambió marcadamente su estatus en Siria. Transformó a esta minoría históricamente oprimida e invisible en un actor geopolítico. La guerra creó el espacio para la movilización de los kurdos, y permitió que la atención internacional se posara sobre ellos por el rol crucial que jugaron en el enfrentamiento contra el Estado Islámico por su orientación secular y por la visibilidad de las mujeres en la guerra. En octubre de 2015, las YPG y las YPJ formaron las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), en coalición con otras guerrillas árabes. Tras varios triunfos, declararon al norte de Siria como una entidad federativa autónoma, Rojava. En un primer momento, el gobierno sirio rechazó la proclama, pero luego se mostró dispuesto a negociar. En mayo de 2017, la administración Trump decidió reabastecer a las milicias kurdas con el objetivo de acelerar las operaciones por la liberación de Raqqa. Los kurdos tienen actualmente en su poder cerca del 30% del territorio sirio, aunque es la parte más deshabitada y menos productiva. Bajo su órbita, además de Raqqa, están las ciudades de Qamishli y Hasakah. Durante estos años, Estados Unidos trató de encontrar un balance entre su relación con Turquía (del que es socio en la OTAN) y su vínculo con los kurdos. Turquía es un aliado al que Estados Unidos puede provocar, pero no puede abandonar…
JMF: ¿Cómo afectará a aquella zona esta guerra de Turquía contra los kurdos?
IV: La decisión de Estados Unidos de dejar Siria supone un gran riesgo para la zona. La luz verde de Washington al ataque de Ankara está facilitando un nuevo acercamiento entre los kurdos y el Gobierno de Bashar al Assad. Todas las opciones están sobre la mesa para evitar una carnicería. En esta región viven cerca de seis millones de civiles y la defienden 70.000 milicianos de las Fuerzas Democráticas Sirias (bajo el liderazgo de los combatientes kurdos). Según fuentes locales, la vía libre a la operación militar turca por parte del presidente de Estados Unidos el pasado domingo ha reactivado las negociaciones y rebajado las demandas de autonomía kurdas. Ciertamente, la ofensiva turca puede redibujar de nuevo el mapa de la guerra siria. Damasco busca el control de su frontera y la integridad territorial. El Ejército gubernamental sirio no va a permitir que Turquía se asiente en más territorios del norte, sobre todo en la estratégica Manbij, pero aún no hay orden de ataque. La línea roja es Deir Ezzor y la prioridad, retomar el control de los yacimientos de petróleo al este del Éufrates (los más importantes del país). Lo cierto es que las milicias kurdas mantienen en funcionamiento las refinerías, cuyo crudo venden a Damasco en camiones que cruzan diariamente por Hasaka o Qamishli, las dos ciudades del norte cuyo control comparten kurdos y tropas leales a Damasco. Si los combates se recrudecen, cabe esperar una nueva crisis humanitaria… La ayuda escasea, haciendo peligrar la vida de los más frágiles.
JMF: ¿Qué busca Erdogan para su Turquía?
IV: Turquía justifica su ofensiva denunciando la existencia de un “corredor de terror” en la franja nororiental del país. Ankara acusa al PKK de emplear territorio kurdosirio de retaguardia para algunas de sus acciones armadas en suelo turco. Erdogan aboga por crear una ‘zona segura’ de al menos 30 kilómetros de profundidad a lo largo de la franja norte de Siria, coincidiendo con las principales ciudades de la autonomía kurdosiria contra la cual ha lanzado su reciente ofensiva. El objetivo final es reasentar allí, según ha prometido, a al menos tres millones de sirios. Paradójicamente, lo hace provocando un alud de desplazados a otras zonas del país. La mayoría han acudido con lo puesto al sureste. Las renovadas hostilidades armadas en el noreste continuarán socavando la estabilidad de toda la región, exacerbarán el sufrimiento de los civiles y provocarán más desplazamientos.
JMF: Pero, ¿cómo es la Turquía de Erdogan?
IV: Desde el supuesto intento de golpe de Estado de 2016, Turquía vive en estado de emergencia, unos 107.000 servidores públicos y soldados han sido despedidos de sus trabajos y más de 50.000 personas están presas en espera de juicio desde entonces. Aproximadamente una cuarta parte de todos los jueces y fiscales también han sido removidos de sus puestos. Más de 150 reporteros y trabajadores de los medios de comunicación están detenidos desde el intento de golpe. Este sesgo tiránico del gobierno turco no se limita a los que Erdogan considera sus opositores, sino que está afectando al conjunto de la población, ya que se ha restringido el acceso público a internet y a las redes sociales. Actualmente, Turquía sufre un régimen personalista y autoritario.
JMF: La guerra contra los curdos, ¿tendrá efectos sobre los cristianos de la zona?
IV: Los ataques turcos afectan a toda la población civil, sin importar su confesión religiosa. Sin embargo, la violencia y la duración del conflicto sirio han provocado la fuga de la mayoría de los cristianos en varias partes del país. Gracias a Dios, algunos cristianos se han quedado decididos a ayudar a su comunidad. Los extremistas islámicos siguen siendo una amenaza para los cristianos. La persecución proviene principalmente de los grupos armados que controlan partes de Siria y están dispuestos a utilizar cualquier medio para mantenerse en el poder. El futuro de los cristianos de Siria es incierto…
JMF: ¿Hay relación entre Turquía y el Estado Islámico?
IV: Es un hecho que la actual ofensiva turca en Siria da alas al Estado Islámico. En su día, la frontera turca con Siria fue un coladero de armas y puerta de acceso de miles de combatientes extranjeros que acudieron a la llamada del grupo yihadista. También fue zona de contrabando, sobre todo de petróleo. En los últimos años he podido constatar que no hay principios, solo intereses. Las grandes potencias se mueven sobre un tablero usando a capricho países, grupos y personas.
JMF: ¿Qué pinta Turquía en la OTAN?
IV: Turquía es el socio incómodo de la OTAN. Es una pieza difícil de encajar… Provoca recelos históricos, culturales y hasta religiosos. Las buenas relaciones del gobierno turco con Rusia y Qatar también son un serio problema. Pero debido a su posición geográfica y sus fuerzas armadas, Turquía es desde su ingreso en 1952 un socio esencial.
JMF: Gracias Ivan, ¿me dejo algo en el tintero?
IV: Creo que está bien. He intentado sintetizar, porque cada pregunta podría tener una respuesta mucho más extensa. He procurado ir al grano. Espero que sirva para poner algo de luz. Muchas gracias por la entrevista. Un fuerte abrazo.