El hecho es que hoy ha trascendido que el Presidente de la Comunitat Valenciana, antes alcalde de Castellón, Alberto Fabra, había contratado con cargo a la Generalitat Valenciana un curso de «formación política y liderazgo» valorado en 20.000 euros. Fuentes de su gabinete alegan que este tipo de cursos es totalmente habitual entre distintos mandatarios. Preguntado el gremio político por esta cuestión, me han corroborado la normalidad del hecho sin ningún recato.
Ante el revuelo organizado por semejante gasto, el propio Fabra ha decidido rescindir el contrato y prescindir del servicio. Él sabrá, de sabios es rectificar; para mí es evidente que, siempre y especialmente en los tiempos que corren, uno va al trabajo investido ya con la formación requerida. No olvidemos que el propio Fabra, al igual que Montilla y muchos otros en su momento, cuentan con clases especiales de catalán a cuenta del erario público sin el más mínimo sonrojo. ¿Se imaginan ir a buscar trabajo de abogado y pedir que nos paguen la carrera?
Este gremio no se entera. A los gin-tonic subvencionados habrá que añadir la formación gratuita para saber beberlos. ¿Cuándo se darán cuenta de que la sociedad simplemente quiere que paguen sus caprichos como el resto?
Me parece a mi que para cualquier desempeño lo primero exigible, en realidad la conditio si ne que non, es que venga uno enseñado de casa…¿Alguien se inmagina a una empresa de ingeniería pagando los estudios universitarios a sus futuros empleados?
Otrosí, parece que la función de ese curso, es hacer mas atractivo y por tanto potencialmente mas engañoso al personaje…¡Pués estamos frescos!
Después de vendernos a ZP, como si fuera la «Purga de Benito», y purga si que fue, por nuestros pecados, ahoran intentan venderles a Fabra como la antipurga.
Claro que con la comunicación política reducida a titulares y la crítica a eslóganes, se entiende muy bien.