Extracto de mi conversación con Alexandra López-Liz hablando de Cataluña hoy


Conversación tranquila de @jmfrancas con Alexandra López-Liz (@alopezliz) Abogado de empresa y presidenta de la asociación AIXECA’T LEVÁNTATE (@Aixecat_Levanta).

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JMF: ¿Qué es ‘AIXECA’T LEVÁNTATE‘?

Alexandra López-Liz: AIXECA’T LEVÁNTATE es una asociación cívica que nace tras los acontecimientos del 6 y el 7 de septiembre de 2017 con el convencimiento de que no sólo deben existir asociaciones cuyo aglutinador sea la voluntad de combatir al separatismo, sino otras como la nuestra que entiendan que hay que cuestionar el modelo de sociedad político-social y cultural que ha hecho posible el “procès”. En otras palabras, entender que el separatismo no es una desviación viciosa del nacionalismo sino la consecuencia natural de más de 30 años de hegemonía indiscutida del modelo catalanista transversal.

JMF: Y, ¿cómo se rompe esa hegemonía?

Alexandra López-Liz: La principal herramienta de la hegemonía es el consenso, sólo rompiendo este consenso conseguiremos quebrar esa hegemonía proponiendo un modelo alternativo y abriendo las puertas al pluralismo. Fíjate en la expresión empleada por los defensores de la “inmersión” para replicar a aquellos que con argumentos y estudios científicos les demuestran los desastres que ocasionan en los estudiantes: se limitan a decir que sobre esta cuestión existe “consenso” en la comunidad educativa y en la sociedad y punto. Esto sucede también en el resto de ámbitos. El consenso sobre el que se funda la hegemonía se construye a través del control de tres grandes ámbitos: el sistema educativo, los medios de comunicación públicos (y privados mediante el riego de subvenciones) y la politización de las instituciones, desde la policía hasta la religión, pasando por los colegios profesionales hasta no dejar sin infiltrar el menor resquicio de un tejido social. La capacidad de capilaridad es aterradora. Ante esto, como te decía al principio, el primer paso consiste en tener en valor de romper el consenso haciendo la distinción, sutil aunque de tremenda importancia, entre la voluntad de pacto una vez configurado un modelo alternativo y la aceptación del consenso. Buscar el consenso desde una posición crítica ante un poder hegemónico tan consolidado es una estrategia condenada al fracaso, es perder la partida de antemano.

JMF: No al consenso y si a ¿qué?

Alexandra López-Liz: Sí a una sociedad que no acepte de manera acrítica el modelo impuesto. Es lo que llamamos el fin del consentimiento. Supone decir sí a una televisión pública plural que no falte el respeto de manera sistemática a la mitad de sus contribuyentes; supone decir sí a una escuela que permita estudiar en la lengua materna de sus alumnos; supone decir sí a un espacio público no contaminado por la propaganda separatista;  supone decir sí a unas instituciones neutrales, a una policía no politizada, etc.

JMF: ¿Cómo pensáis hacer esto?

Alexandra López-Liz: En realidad la organización interna de nuestra asociación está pensada como una respuesta a esta pregunta. Tenemos, por un lado, las áreas de trabajo funcionales: legal, documentación, comunicación y acción a pie de calle, y por otro, los ámbitos de actuación. Estos ámbitos coinciden con los que te he comentado antes sobre los que se basa la hegemonía: educación, medios de comunicación e instituciones.  Constituyéndonos en grupo de presión, aglutinando a una masa crítica suficiente que además de colaborar con nosotros apoyando nuestras iniciativas, actúe en sus respectivos entornos. En particular, hemos llevado a cabo innumerables acciones de limpieza -el Grupo de Trabajo de Acción (GTA) de AIXECA’T fue el primero en organizar limpiezas del espacio público- y hemos interpuesto centenares de denuncias. Ademas, nuestra sede se está constituyendo como un espacio abierto y de referencia en el universo del asociacionismo contra el nacionalismo.

JMF: La calle ya no es del independentismo, pero la prensa y la cultura, universidad, escuela… sí lo son. ¿Estáis solos o contáis con el Estado?

Alexandra López-Liz: En nuestra opinión, lo que motivó la gran respuesta de la ciudadanía catalana en las manifestaciones de finales de septiembre y de octubre, por encima incluso del sentimiento de rechazo al separatismo, fue la reacción de alarma ante la constatación de que el Estado nos había abandonado. Hasta ese momento muchas personas contrarias al nacionalismo y al separatismo no se habían movilizado porque pensaban que el golpe de Estado no tendría recorrido y era inviable. La comprobación de la debilidad del Estado fue, ente otras cosas, la razón de nuestro nacimiento como organización. Que contemos o no con el Estado dependerá del resultado de las próximas elecciones. Si surgiera un gobierno como el que tenemos en la actualidad, la única esperanza seguiría siendo la sociedad civil.

JMF: ¿El Estado os falla?

Alexandra López-Liz: Nos ha fallado. El Estado lleva más de 30 años pensando que podía mantener el poder (poder judicial, ejército, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado…) cediendo la hegemonía, pero un poder sin hegemonía es un poder muy débil. Las instituciones estatales en el territorio catalán, como en el resto del Reino de España, se han ido vaciando de contenido. Que hayamos sido abandonados no es algo circunstancial sino estructural, pues forma parte del modo de entender la política de los sucesivos gobiernos españoles en su relación con la Generalidad de Cataluña. Todos los que no hemos estado a favor del nacionalismo hemos sido utilizados como moneda de cambio en estas políticas de contentamiento y de apaciguamiento.

La entrevista completa está en:


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