El hecho es que técnicos de Hacienda visitaron el jueves pasado, día 14, varias comisiones de fallas de Valencia, y pidieron los contratos de las distintas fallas con sus respectivos artistas y diversas facturas de servicios paralelos. Hacienda declaró que se trataba de acciones ordinarias ya previstas. Diversas autoridades valencianas, incluso responsables del PSOE, elevaron su protesta, y lo más fino que dijeron por boca de la alcaldesa de la capital del Turia, fue que hacerlo en estas fechas era “un disparate y un despropósito”. Dado que no dio tiempo, ninguna falla refleja el enfado por dicha acción pero, tiempo al tiempo, veremos el próximo año.
Una vez más este año, y al igual que las chirigotas gaditanas, las fallas son un vivo reflejo de la inquietud ciudadana. Son el CIS real de la calle. Los distintos ninots representan la corrupción, los recortes y el paro; es evidente que la clase política ocupa un lugar muy destacado en este irónico recuerdo. No me podré permitir el lujo -cosas de la crisis- de ir a Valencia a contemplar semejantes obras de arte, tendré que conformarme con las imágenes que den en abierto, pero no tengo duda que el sentido del humor en forma de esculturas quemables, insistirá en las mismas cuestiones que yo modestamente en mi blog hecho en cara a nuestros gobernantes.
Si nuestros políticos quieren dejar de ser nuestra gran preocupación les diré que miren las fallas con cierta atención y descubrirán lo que es el sentir de la calle y sus mensajes. En la cuestión de la corrupción el mensaje es muy fácil: todos aquellos imputados con visos judiciales de culpabilidad deben ser cesados sin dilación ni excusas. En cuanto a los recortes la recriminación es simple: predicar con el ejemplo primero, y antes de haber machacado al pobre ciudadano, debían haber empezado por recortar estructura en la administración. Sobre el paro la reclamación es unánime y clara: sin fomentar el crecimiento es imposible crear empleo y sin bajar impuestos y tasas es imposible crecer. Ánimo clase política, ya que el programa electoral se quedó en el olvido, al menos y por la vía del chascarrillo leer con calma y aprender de las fallas, tienen la clave.
genial,algo que los politicos deben hacer
No entiendo por qué se echa en cara a Hacienda que investigue los posibles fraudes fiscales en relación con la Fallas o con otras celebraciones. Nos sigue faltando ética. Declaren bien y no teman a la Inspección.
El año próximo ¿volverán a defraudar los que lo hayan hecho ahora?