Ayer el titular de la cartera de Justicia, repito Justicia, lanzó lo que al él le parece «un buen debate» sobre «trasladar la sanción» por publicar informaciones que sean objeto de una investigación judicial “al medio que la difunde” dado que la persona o funcionario responsable de custodiarla es «complicado de identificar». ¡Alucinante! Todo un ministro de justicia de un país democrático y en pleno siglo XXI acaba de poner en duda uno de los pilares del sistema, la libertad de prensa, y se ha quedado tan ancho.
Según tengo entendido, el responsable de custodiar el secreto de un sumario es el secretario judicial. Según sé, la inmensa mayoría de sumarios bajo secreto se han filtrado a la prensa. Según es conocido, ningún secretario judicial ha sido imputado por este delito. Sigo, o no hace falta.
Señor Ministro, no hace falta debatir, lo que hace falta es que la fiscalía ejerza su obligación de hacer cumplir la Ley: debe identificar a los filtradores y acusarles, si lo es, del delito correspondiente y usted, por este tic totalitario, debe dimitir e irse a casa.
No entiendo nada. Esos que dicen moverse por el servicio público sol los que proponen castigar a la prensa por el delito de un funcionario, suplir a los jueces e ir directamente a sanciones por faltas administrativas o prohibir a los pobres dormir en la calle. ¿No será que bajo cualquier excusa lo único que quieren es poder y que cada día seamos menos libres? ¿Alguien me lo explica?