El hecho se remonta al 22 de julio de 2010, cuando el juez instructor del caso ‘Palma Arena’, José Castro, abría la pieza separada nº25 que apuntaba directamente al duque de Palma, Iñaki Urdangarin, y a su entonces socio en el Instituto Nóos, Diego Torres.
Los distintos capítulos son de todos conocidos, el primer acto acaba con la imputación de Urdangarín, Torres y su mujer Ana Maria Tejeiro. Curiosamente, y pienso que esto explica mucho lo que pasa en la actualidad, la infanta Cristina, esposa y socia de Iñaki no es imputada y, en su declaración ante el juez, Urdangarín le pasa todo el marrón a Diego Torres.
El penúltimo capítulo de este fin de semana, el último está por llegar, es la declaración de Diego Torres entregando al juez una serie de mails que, sin probar nada, dejan caer no solo el nombre de la infanta, sino el de la famosa princesa Corinna y, como no, el del propio Rey de España.
Da la sensación, no se si es verdad, que aquí hay una vez más un ofendido. Alguien que pensó que tener de socio a un personaje altamente relacionado haría que los negocios fluyeran solos y, que sin duda ante cualquier eventualidad negativa el amparo de las relaciones le permitirían recoger velas y desaparecer sin más.
Este confiado personaje se ha dado cuenta, no hacía falta ser muy listo, que el ‘bien relacionado’ y sus ‘demás’ le dejaban más solo que la una y, como suele ser habitual, tiene papelines y cositas que le hacen muy fácil expender el marrón. En estas estamos, de momento los mails no prueban nada e insinúan mucho, ¿pero habrá más?
Me da que o la Señora Ana Maria Tejeiro desaparece de la causa o la infanta Doña Cristina tendrá problemas y me da también que Torres y Urdangarín correrán suertes negociadas.