No es no y sí o sí, cortas sentencias que se están imponiendo en una España en estado de shock y sin liderazgo. El principal partido de la oposición cae en manos del que personaliza la negación como ideario, su gran gancho electoral es ni sal ni agua al PP: «no es no». Mientras, el partido que le va a la zaga, Podemos, aúpa a aquellos que quieren separarse de España, «si o si», con un referéndum inmediato. Frente a ambos proyectos rupturistas de negación del otro más que de afirmación propia, está Rajoy y el nuevo PP que, si bien afirma que «es un chantaje inaceptable», en tres días pasa de negar la opción de que Puidmenont presente su propuesta en una Conferencia en el Senado, a invitarle a hacerlo en el Pleno del Congreso, todo un récord de improvisación estratégica.
La conferencia de Puigdemont en el Ayuntamiento de Madrid no admite dudas: están en otro mundo: Creen que su ficción es realidad. Cambiando la historia y dando por supuesto que el problema afecta a dos Estados que no se comprenden, hablan de dialogo entendido como negociación entre partes iguales, en la que una de ellas busca que la otra se comprometa a aceptar todos sus postulados porque lo dicen ellos.
No es aceptable invocar a sabios constitucionalistas, saltándose el Constitucional. No es aceptable confundir derecho a la autodeterminación, con derecho a la secesión de una parte sobre el todo. No es aceptable no querer usar las vías legales porque pierdes, para utilizar la vía de los hechos. No es aceptable ampararte en la democracia de las urnas, y rechazar la democracia de las leyes. No es aceptable comparar el regreso de Tarradellas a través de la figura de Presidente de la Diputación de Barcelona en periodo constituyente, con unos procesos que chocan abiertamente con la Constitución que les da la vida política.
No entiendo nada. ¿Tan difícil es entender que la democracia que se invoca se rige por la Constitución democráticamente votada por todos? ¿Alguien me lo explica?
A lo mejor todo es cosa de humildad, repeto y buena voluntad. La Constitucion como cualquier otra ley es un instrumento no un fin. No es un instrumento de uso variable, cuando me conviene la uso, cuando no me conviene la olvido o la retuerzo.
Para terminar, lo único no aceptable es la violencia y agresión a las personas. Las personas son el objetivo final de las leyes. Todo lo demás es aceptable. Las sociedades, las organizaciones, las leyes se hacen y se deshacen parar volver a hacerlas de otra forma una y mil veces según las necesidades y la conveniencia de las personas. No estoy seguro de que Catalunya se quiera separar de España. Lo que parece claro es que no les gusta esta España. A lo mejor se puede construir otra España que no sea la del PP.