Con el recuerdo del Tony Blair de la Tercera Vía que encandiló al Reino Unido, Albert Rivera asume como gran objetivo para la legislatura no el mejorar la educación, fin claramente loable per se, sino un gran pacto de Estado en el tema educativo, fin mediocre si el pacto es el objetivo en sí mismo.
Sus propuestas educativas las plantea dentro de su programa económico, supongo que dando a entender que el futuro socioeconómico de un país se debe basar fundamentalmente en la excelencia educativa, a no ser que con ello quiera visualizar que la educación debe someterse a la economía, lo cual más bien me repugnaría. La educación es un bien en sí mismo y debe tender a hacernos autónomos, completos, maduros, desarrollados, plenos y libres; si todo eso se da, con cuatro lecciones especificas seremos hasta competitivos.
De los grandes principios que propone Rivera me gustan la importancia del profesorado y su motivación, la autonomía de centros, la igualdad de oportunidades que no de resultados, pero me falta el énfasis en la libertad de enseñanza y de centros y en el reconocimiento del derecho de los padres a elegir centro y modelo educativo para sus hijos.
No entiendo nada. Probablemente en el ámbito de la enseñanza es donde los poderes públicos, para ayudar, basta con que dejen de molestar. ¿Qué pasaría si se limitaran a financiar, vía exención fiscal, todo gasto educativo y dejaran a los profesionales que hicieran su trabajo sin orientaciones ideológico políticas?
La Sabiduría dedicación y esfuerzo siempre le ha servido al profesorado para sacar a sus alumnos adelante sin tanta parafernalia y «enmarcación», que vengan los de afuera de la profesión a dar lecciones, creo que no toca. Gracias por dejar poner un pensamiento.
La única educación que le interesa a los políticos es aquella que les asegura una nueva generación de votantes. Cuanto menos libres e independientes sean las familias para elegir el tipo de educación de sus hijos, más dependencia tendrán del «papá estado», que no es nada más que una estructura montada para que unos pocos (políticos y amiguetes) vivan a costa del resto de los ciudadanos. No hay interés ninguno en fomentar la libre enseñanza ni la calidad de la misma.
Con un pueblo educado, los politicos mediocres, los populistas, los fanaticos, amiguetes,y un largo etc. no tendrian la «sarten por el mango, y otro gallo nos cantaria al pueblo.
Sucedería que tendríamos una educación de calidad, pero llevamos más de tres décadas con la funesta Ley Rubalcaba, que lo único que ha hecho es crear vagos, enseñar que es mejor no esforzarse que dar todo para obtener un objetivo, en donde se ha vaciado de contenidos los programas educativos, se han quitado materias esenciales para una formación integral, como el latín y el griego, y tenemos generaciones que llaman «preparadas», que llegan a la Universidad sin saberse las tablas de multiplicar (muy cerca de mi tengo un caso: está acabando Filología Hispánica, y cuando estaba en COU me confesó que n o sabía las tablas de multiplicar, que siempre había utilizado la calculadora y que ahora utiliza el móvil). Hay informes que demuestran que hemos bajado 4 puntos de nivel intelectual, es decir, que estamos yendo a los tiempos de los años 30-40, así que no me extraña que la Historia se esté repitiendo, en primer lugar, porque se ha vaciado de contenidos la asignatura de Historia, y parte de esa Historia inmediata es desconocida por los niños y por los jóvenes votantes, y ya se sabe: «Los pueblos que olvidan su Historia están obligados a repetirla».