Pedro Antonio Sánchez acaba de dimitir de su cargo de Presidente de la Región de Murcia. La espada de Damocles de la moción de censura, presentada por el PSOE, que se iba a sustanciar mañana, marcaba un tiempo máximo para tomar la decisión. Dimitiendo, el pacto con Ciudadanos que les lleva a alcanzar la mayoría absoluta, se mantiene y permite que la región de Murcia siga gobernada por el PP, mientras que el enroque del Presidente, llevaba a una situación en que lo más previsible hubiera sido un gobierno del PSOE con apoyo de Ciudadanos y Podemos.
Es curioso que los artículos de prensa que hablan de esta dimisión, siguen usando el concepto ‘imputado’, a pesar de que este término no tiene valor jurídico desde 2015. Pedro Antonio Sánchez no está imputado por nada, puesto que este concepto no existe. Pedro Antonio Sánchez está investigado por “prevaricación, fraude y malversación de fondos” en el caso del auditorio de Puerto Lumbreras y, además, el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, en contra del criterio de los fiscales, ha elevado una exposición razonada al Tribunal Superior de Justicia de Murcia para que se le investigue por “fraude, cohecho y revelación de secretos” en relación con el caso Púnica.
No entiendo nada. No entiendo por qué casi toda la prensa sigue aplicando el concepto imputación, cuando no existe, y no entiendo por qué la presunción de inocencia se ha transformado, de hecho, en presunción de clara culpabilidad. ¿Alguien me lo explica?
Lc 6:41 ¿Y por qué miras la mota que está en el ojo de tu hermano, y no te das cuenta de la viga que está en tu propio ojo?
Esto se nos aplica a todos. Hagamos examen de conciencia. Dentro de ese marco, te pregunto si este escrito tan acertado lo habrías redactado igual cambiando el nombre de Pedro Antonio Sánchez por el de Oriol Junqueras o Manuela Carmena por poner ejemplos sencillos. Supongo que no defiendes una doble moral para evaluar a según qué personas.