David Fernández Agredano: ’Es necesaria una revolución ética’


Conversación tranquila de @jmfrancas con David Fernández Agredano, Ldo. en Ciencias de la Información. Sus principales vocaciones son el cine y la escritura. Hace 14 años descubrió una nueva: el cuidado de personas. Por eso actualmente compagina ambas facetas en una editorial y en una Asociación de Personas con Diversidad Funcional.

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JMF: En tu profesión, ¿cómo esta afectando el virus?

DFA: De un modo devastador. Aunque en la Residencia en la que trabajo no ha entrado el dichoso bicho, sí es cierto que entre las personas a las que atendemos hay algunas que pertenecen a grupos de riesgo: personas mayores, problemas respiratorios… Pero sabemos por lo que han pasado otros compañeros que se dedican al sector. Es muy duro pensar que podrías contagiar a una de esas personas a las que quieres tanto e iniciar o continuar una cadena de contagios

JMF: ¿Qué te cuentan esas personas de tu sector?

DFA: Si te refieres a las personas con diversidad funcional, te diré que están muy hartos no poder salir a la calle y hacer vida normal. Y en su caso es bastante más compresible que en el caso de las personas que vivimos en nuestras casas. La restricción de libertades para ellos es mucho más dura, puesto que no son personas de riesgo, pero así se les ve por perjuicios y por el desconocimiento que tenemos sobre ellos. Si te refieres a los profesionales creo que tenemos la sensación de haber pasado el peor momento. Aunque las precauciones que tomamos siguen siendo las mayores posibles.

JMF: ¿Qué son personas con diversidad funcional?

DFA: Para mí son personas. Sin más. Como tú y como yo. Pero el lenguaje nos obliga a buscar palabras o expresiones para poder referirnos a este sector de la población. Tradicionalmente se les ha llamado personas con discapacidad intelectual, un modelo ya superado porque acentúa injustamente la carencia de capacidades. Ahora hay quien también apuesta por referirse a ellos como personas con diferentes necesidades de apoyo. Pero, como he dicho, para mí es innecesaria esa diferenciación. Yo diría que las personas con diversidad funcional son personas que luchan activamente por la autodeterminación y por una sociedad inclusiva. Así lo definiría yo.

JMF: ¿Suelen asistir a centros de ‘Educación Especial’?

DFA: Yo puedo hablarte de lo que hacemos en la Asociación VALE, que es el centro de trabajo. La respuesta es en general, no. Allí se apuesta por qué se matriculen en Escuelas de Adultos para desarrollar habilidades como la lectura y la escritura. Ten en cuenta que estas personas han vivido marginadas muchos años y que la gran mayoría no han sido escolarizados a la misma edad que el resto de las personas. Por otro lado sí contamos con otros dispositivos propios para atenderles desde su infancia hasta la vejez. Me gusta pensar que lo que hacemos es acompañarlos en sus vidas atendiendo a sus necesidades y a sus sueños y que les ayudamos a que lo consigan por sí mismos. Para mí eso es lo especial de quienes pensamos en educarlos.

JMF: Lo digo por la intención del gobierno de ir suprimiendo la ‘educación especial’. Tú, ¿qué piensas?

DFA: Bueno… sinceramente desconozco esa intención, porque aunque soy cuidador no soy un experto en la materia, ni estoy al día de esas políticas. Si es con la intención de cambiar el paradigma y de implantar una educación inclusiva que siente las bases de una sociedad más justa y equitativa, estupendo. ¿Qué propone el Gobierno como alternativa?

JMF: Parece que todos a la educación ordinaria, para mi un despropósito total.

DFA: ¿En serio? Pues a mí me parece una gran idea. Si se cuenta con los recursos necesarios (personas de apoyo, asistentes personales…) sería el primer gran paso para eliminar prejuicios. No tiene porqué retrasar al resto del alumnado si se refuerza con esas nuevas figuras profesionales. Todo lo contrario, tendríamos la posibilidad de enriquecernos como seres humanos. Te invito a venir algún día por aquí. Es lo único que te convencería de mi forma de ver las cosas. El Gobierno tendría que hacer un gran esfuerzo invirtiendo en educación para hacer bien las cosas. Y también sería interesante un cargo específico. Preferentemente en manos de una de estas personas. Ya estamos trabajando por la representatividad y por la participación ciudadana activa. Sé que puede parecer un poco utópico. Pero creemos que es posible porque conocemos sus potencialidades. Esta sociedad necesita muchos cambios.

JMF: He sido profesor muchos años y también en la facultad de Pedagogía y he visto mucho de casi todo y, sin dudar de las potencialidades de las diferentes personas y su igual dignidad, si dudo de las capacidades de los gobiernos.

DFA: Yo también pero creo que eso se debe a que son políticos antes que profesionales. Quizá son los mismos políticos los que tendrían que estar obligados a tener una formación específica en relación al área del que son responsables.

JMF: Tus colegas y tú, además de ciencia, ¿qué ponéis en vuestra tarea?

DFA: Voluntad, esfuerzo, pasión, compromiso, amor, sacrificio… Lo mejor que tenemos.

JMF: No veo, y menos mal, que pongáis lo mismo que los políticos que nos gobiernan…

DFA: Jajaja. No lo parece, no. Aunque no me gusta generalizar.

JMF: Ni que ahora sean valores de nuestra sociedad, y así nos va… ¿Estamos deshumanizando la sociedad?

DFA: Efectivamente. Hay una crisis de valores bastante importante. Y creo que es por nuestra educación. Es lo primero que debe de cambiar. Hace mucho tiempo que la sociedad está deshumanizada. Yo creo que es una cuestión de prioridades. Y la economía manda sobre la humanidad. Me parece un gran error.

JMF: Y, ¿cómo humanizarla?

DFA: Tu lo has dicho. Educando en valores. Dando mayor valor a la humanidad, si no estamos perdidos. Hace tiempo que se ve venir. Desde mi punto de vista es necesaria una revolución ética en muchos sentidos. Políticas éticas en el sentido más amplio y no solo desde la clase política.

JMF: Revolución ética pero, ¿Basada en qué?

DFA: Esa es una pregunta muy interesante. Creo que igual que en el periodismo hay que saber distinguir entre información y opinión, la ciudadanía debería aprender a diferenciar entre ética y moral. Creo que una revolución ética debería basarse en la independencia y en el respeto interpersonal. En las libertades y en los derechos civiles y que también deberíamos apreciar la riqueza de la diversidad.

JMF: Me parece que sin la dimensión religiosa, sin Dios, la ética dura lo que le deja el instinto…

DFA: La espiritualidad es importante, sí. Si nos metemos en una cuestión de creencias religiosas también es importante respetar las diferentes culturas y creencias. Eso es algo muy personal. Pero el derecho a la vida debe estar por encima de eso. Mi padre solía decir que creía en el cristianismo. Yo también creo en esos valores. Forman parte de nuestra cultura.

JMF: Gracias David, un abrazo y sigue humanizando todo lo que puedas.

DFA: Gracias a ti, Josep. Ha sido un placer. ¡Un abrazo!


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