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La superfeminista, con o sin tricornio de pose, ha vuelto a la carga: El Gobierno tiene “registrada en el Congreso una Ley de Igualdad Laboral que pronto comenzará su tramitación y que el Gobierno está dispuesto a llevar por alguna vía urgente, en la que se establece la obligación legal de las empresas españolas a compartir y repartir el poder de decisión con las mujeres”. Según la “vice”, esta Ley viene a resolver un problema al apostar por «la obligación de que las mujeres, en un lapsus dijo “sus” mujeres…, estén en los lugares de decisión», porqué “no vamos a dejar esto a los acontecimientos al curso natural de las cosas” dado que “necesitamos que la calidad de nuestros derechos sea la misma que la de los varones”.
El argumento es de una extraordinaria profundad intelectual, y viene a decir, dado que “sus” o las mujeres por el “curso natural” pintan poco en el mundo empresarial y ya que sus derechos deben tener la misma calidad que los de los varones, ¿no los tienen ahora?, por Ley, por bemoles, los empresarios, hombres o mujeres, no tendrán derecho a escoger por calidad, sino que tendrán que hacerlo por sexo, a sus colaboradores. Siguen sin pillar que discriminación positiva, como su nombre indica, solo es discriminación.
No entiendo nada. ¿No es suficiente ver algunas ministras de Zapatero y otras de Sánchez para no fiarse de las cuotas? ¿Alguien me lo explica?