Basta simplemente escuchar un telediario u ojear las portadas de la prensa de esta semana para ver que ‘tocan a rebato’. A medida que se acercan las elecciones autonómicas catalanas, disfrazadas de plebiscito, los que han callado años y años, presa de los nervios de última hora, no se resisten a decir ‘la suya’. No está mal que frente a unas elecciones de cualquier tipo, todos aquellos a los que afecta el resultado den su opinión, ya era hora. Si democracia es transparencia, lógicamente también es información y uno debe saber que consecuencias en la vida práctica tendrá su voto. En esta salida en cascada de las autoridades políticas y económicas españolas no ha faltado la aportación deportiva: El Barça, y por lo mismo el Español, fuera de la liga. Eso ya son palabras mayores, con el Barça poca coña.
No entiendo nada. ¿No era más fácil, y sobre todo más eficaz, decir las cosas a su debido tiempo y no la última semana? ¿Alguien me lo explica?
Es producto de la falta de hombre de Estado en la presidencia del Gobierno de España, suplidos por un Iluminado Zapatero, con comportamiento de mísero fogonero, echando leña para avivar al fuego de la independencia «Un concepto discutible y discutido» o «Maragall aprobaré …» Comportamiento traidor, y Rajoy, otro mísero acomplejado, con una actitud de ineficacia no ha hecho nada, cuando podría haber hecho mucho, hasta encarcelar a Mas. Uno por activo y el otro por pasivo, son los que más han favorecido y contribuido a la deriva catalana.