El hecho es que hoy Rubalcaba, después de pedir siete veces la comparecencia de Rajoy en el Congreso sin ninguna fortuna, ha decidido ordaguear en la octava: si Rajoy no comparece, promoverá una Moción de Censura. Sabe que la moción no tendrá la eficacia de conseguir ser gobierno, pero a decir verdad pocas armas tiene la oposición para enviar a las cuerdas a un presidente de Gobierno cuando cree que debe hacerlo.
Rajoy escurre el bulto y con él todo el PP. Bárcenas y/o Pedro J. acosan al presidente cada día con artillería nueva. La táctica del silencio no hace más que sembrar dudas. La batalla mediática empieza, ahora el Bárcenas contra Rajoy se complementa con ABC contra El Mundo. Mal vamos, parecen revivir los tiempos del GAL con Pedro J. desatado.El PSOE está en su derecho de presentar la moción, Rubalcaba también aunque no es fácil que la sociedad lo entienda. La sentencia evangélica de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio, será bien actual. De momento Rajoy es acusado de mentir –Rubalcaba en eso es el maestro- y de, como mucho, protagonizar o tolerar acciones nada honestas, pero la verdad es que acusado de delitos, ninguno. Rubalcaba por contra es el del faisán, delito donde los haya, y el jefe de los de los ERE, delitos a punta pala, que a su vez protege. Lo ideal si al final presenta la moción, es que se incluya en ella y toda esa tropa de políticos eternos que han sabido nadar entre la mierda hagan los bártulos, cojan sus cosas y, en un primer o último servicio -según se mire- sin más, desaparezcan.
¿Qué ha hecho el PSOE en los siete años que ha tenido la vara de mando para llevar a España a buen puerto? ¡Qué mal llevan la derrota que ellos mismos provocaron! Si Rajoy está involucrado en algo sucio, que pague las consecuencias, como ha de pagarlas todo aquel que actúe de tal manera, pero Sr. Rubalcaba, de momento siga en la oposición hasta que el pueblo decida de nuevo, tenga un poco de paciencia y no ponga al carro delante de la burra… Ya está bien de demagogia que España tiene otros problemas graves que son los que importan. Salvo que se demuestre lo contrario, Rajoy y los suyos tratan de deshacer entuertos que venían de lejos. Dejemos que actúe la justicia. ¿No?
Cuando te vas?