No consigo entender la frase “la nueva normalidad”, una expresión que odio profundamente.
Cuando en una negociación se cede en el lenguaje, ya la has perdido. Cuando aceptas el dilema planteado, el problema y por ente su definición, entras en el juego aceptando las premisas de tu interlocutor.
Esto sucedió cuando se planteó la palabra “Conflicto” en el País Vasco o cuando aceptamos el “El Procés “en Cataluña, definitivamente se asume que hay un problema (independentista) en ambos casos, y procedemos a discutir sobre ello asumiendo que existe y que debe darse una solución favorable a los planteamientos impuestos.
Pues bien, cuando el Gobierno define la “nueva normalidad” estamos aceptando implícitamente que nada volverá a ser normal, incluso más allá de un problema de salud. Los españoles en pleno, como corderos degollados, estamos dispuestos a aceptar una realidad impuesta y negando por parte de los gobernantes que se pueda volver a una normalidad, como si no existiera otra posibilidad que la que nos imponen.
Puedo entender una excepcionalidad, una anormalidad temporal, un retorno progresivo y lento a la normalidad.
Definan señores que es la nueva normalidad: ¿una visión marxista de la sociedad?, un estado policial, un control del estado de todas las instituciones, nacionalizaciones indiscriminadas, intervenir los mercados, control policial de los movimientos, censura de espacios y expresiones, disminución de las pensiones, rebaja de los sueldos a funcionarios, cesiones nacionalistas/independentistas, control de movimientos a través de dispositivos móviles, cartillas de buen ciudadano, carnet de partido…
Tendremos que asumir que era una gestión complicada, sobre todo cuando la ejercen manos inexpertas de desconocidos expertos o de políticos que solo se preocupan del poder y de colocar órdenes en el BOE aprovechando nuestro confinamiento, para que pasen desapercibidas.
Pero no pasa nada, vuelve el futbol, el pan y circo de los romanos.
Hemos perdido la ocasión de sacar partido a la crisis, sin EPIS, sin mascarillas, sin PCR, sin aprovechar las capacidades industriales de nuestro país, lo hemos comprado todo a precio de oro y estafa a China, ellos sí que han sabido gestionar y sacar ventaja de su desgracia.
Hemos dado una imagen de improvisación, falta de capacidad de gestión y de musculo productivo.
Han sido los españoles de a pie que desde su casa, con medios propios e imaginación los que han resuelto los problemas.
Conversación tranquila de @jmfrancas con Marcos García (@jgarrod85), presidente de la Asociación de Reservistas de Especial Disponibilidad 45+ (@AsociacionRed45).
JMF: ¿Qué son los ‘Reservistas de Especial Disponibilidad 45+’?
MG: Es la escala de Tropa y Marinería que al cumplir los 45 años, tiene que dejar las Fuerzas Armdas.
JMF: ¿Tiene que dejar?
MG: Bueno, son expulsado por parte del Ministerio de Defensa, por finalizar el compromiso que adquirieron con dicha institución, cosa que ellos sí han cumplido con ese compromiso y el Ministerio de Defensa no.
JMF: ¿Tienen un contrato temporal o por obra?
MG: No existe un contrato, es un compromiso, cosa que la ley de empleo público no contempla el compromiso como un contrato, de este modo, los RED, no se les computa el tiempo de servicio dentro de las Fuerzas Armadas, para cualquier puesto de la Administración, como a muchos otros funcionarios del estado si les computa ese tiempo. Es más na persona que trabaja tres años por ejemplo en una sustitución como personal laboral, tiene muchos más derechos que un RED con más de 20 años de servicio.
JMF: Yo sabia que pasaba esto, pero me sonaba que había un compromiso de resolverlo…
MG: Por quién hay un compromiso de solucionarlo, porque yo no lo veo.
JMF: Salió en la prensa…
MG: Cuando gobernaba el Partido Popular, se creó una comisión para tratar este tema. En dicha comisión pasaron cantidad de personas (Asociaciones profesiones, agente sociales, expertos en temas militares, asociaciones, profesionales). Es más, hay un vídeo donde la Señora Zaida Cantera llega a decir que ella daría su apoyo y luego voto en contra…
JMF: Vaya con Zaida… Es muy del PSOE de Sánchez esto…
MG: La señora ministra de este PSOE, Margarita Robles, sé comprometió en buscar una solución a la problemática de las formaciones y de las inserciones laborales y seguimos esperando que soluciones algo, porque los programa de estudio y de inserción laboral no sirven para nada. Y que conste que yo doy todo mi apoyo al personal de SAPROMIL, como un departamento que supuestamente tiene que hacer todo esto, está compuesto por menos de 10 personas, y luego otros chiringuitos del Ministerio de Defensa está formados por muchas más personas, que solo sirven para llevarse el sueldo a casa.
JMF: ¿Qué es el SAPROMIL?
MG: SAPROMIL, es una plataforma que consiste en la búsqueda de empleo supuestamente para los militares que tienen que dejar las Fuerzas Armadas y que realizarán formación para la inserción laboral; durante estos años solo han empleado 10 personas de esos 10, 7 autónomos. Respecto a los cursos, la escala de tropa se los tiene que pagar y realizar en su periodo de vacaciones ¿Porque a los Suboficiales y Oficiales los cursos de capacitación, de aprendizajes varios, etc. son pagados por el ministerio, además de cobro de dietas y en jornada laboral? Existe una gran descriminación entre la escala de tropa y la de suboficiales y oficiales. Vox, recientemente ha registrado una Proposición de Ley donde solicitan que todo el personal de la fuerzas armadas se rijan por la ley de carrera militar y que todos seamos fijos. Como presidente de la Asociación veo muy bien la forma que lo platean, como Marcos Garcia, veo que se quedara en nada, y que solo lo utilizaran para atacar a los diferente grupos políticos.
JMF: 10 colocados, ¿de cuántos que hayan tenido que abandonar las Fuerzas Armadas?
MG: A día de hoy unas 3700 personas aproximadamente, en el año 2036, 56.000.
JMF: Menos eficaz que el SEPES, cosa que parecía imposible…
MG: Pero que quieres que funcione si ese departamento solo hay 10 personas, para atender a los todo el personal de las Fuerzas Armadas.
JMF: ¿Alguien justifica este hecho de que a los 45 haya que buscarse la vida con una mano delante y otra detrás?
MG: Nadie puede justificar este tipo de acciones, cuando nos sentamos con los diferentes grupos políticos, todos nos prometen el oro y el moro y luego se queda en nada. Nos guste mas o nos guste menos, el primero que dio un paso al frente para paralizar, que los militares se fueran a la calle fue el Diputado de Podemos Juan Antonio Delgado en el 2017. Yo pienso que de momento no les interesa solucionar este problema y soluciones hay muchas . ¿Por qué en vez de pagar a esos militares que dejan las fuerzas armadas a los 45 años, no les ponen a realizar funciones de seguridad o de cocineros, albañiles, etc.
JMF: ¿Cómo cuales soluciones hay que os gusten?
MG: Porque no se crea una segunda actividad para estos militares y se llegan a acuerdos entre ministerios para que realicen esas funciones. La Policía Nacional y Guardia civil están escasos de personal cualificado para realizar funciones de mantenimiento o auxiliares administrativos, es mucho mas fácil contratar a empresas privadas y hacer mas gasto publico… Si te refieres a partidos políticos, La Asociación es completamente apolítica, no queremos saber nada de los colores, nosotros nos deberos a buscar una solución a la problemática, mira cual es el punto que nosotros nos sentamos con Podemos y el otro día mantuve una reunión por teléfono con el diputado de vox Rosety.
JMF: Me refería a que me has dicho que ‘soluciones hay muchas’, y te preguntaba ¿cuáles?
MG: La primera, paralizar todas las subcontratas que tiene actualmente el Defensa (seguridad, mecánica, catering, mantenimiento de instalaciones, jardinería, entre los años 2010 y 2018 se gastaron en mantenimiento de jardines 27.504.156,57€, en mantenimiento de vehículos 654.073.659,01€, en catering 344.947.071,39€ y en mantenimiento de instalaciones y edificios 91.618.498,02€), el estado se ahorraría mucho dinero. Segunda, crear una segunda actividad, que se pueda desempeñar en cualquier administración publica. Tercera, facilitar una educación acorde a los despeños de cada puesto y que luego tenga una validez en la vida civil.
JMF: Porque habláis de ‘Reservistas de Especial Disponibilidad’, si son personas enviadas al paro…
MG: Cuando adquirimos la condición de reservistas de especial disponibilidad, nos dan una asignación económica de 654 € no contributivos.
JMF: ¿Eso es a todos los echados?
MG: Todos los que quieran adquirir la condición de reservista de especial disponibilidad.
JMF: ¿Eso es mensual e independientemente de que busquen otro trabajo?
MG: Si, es una aportación que recibes por esa condición y se te mantiene si trabajas en el sector privado. ¿Cuál es el problema? Que cuando te vas a la cola del paro y te preguntan que sabes hacer y les dices que eres militar y que has estado 20 años de servicio, no te sirve de nada, con lo que te conviertes en un parado de larga duración.
JMF: Esa dotación economica, ¿compromete a algo?
MG: Sí, que si somos llamados por el Ministerio de Defensa, tenemos que dejar nuestro puesto de trabajo e ir a nuestros antiguos destinos.
JMF: ¿Alguna esperanza de resolver vuestra situación cuando pase el ‘virus’?
MG: La verdad, que la esperanza es lo ultimo que se pierde y como buenos soldados, lucharemos hasta donde sea.
JMF: Gracias Marcos, estamos en contacto, un abrazo y justicia.
Ayer todos nos llevamos una alegría, ya era hora!!!. El Jurado correspondiente otorgó el Premio de la Concordia a «Los sanitarios españoles». La alegría unánime. En lo que no había unanimidad era en la nominación de los destinatarios del Premio. Esto ya se vio en la fase de propuestas y adhesiones por parte de particulares, instituciones, entidades etc. de todo tipo. En esta fase, que conozcamos, se produjeron las siguientes nominaciones sobre las que emito mi opinión. En primer lugar «Para la Sanidad Pública», no nos parece adecuado porque es absolutamente excluyente con la Sanidad Privada, cuando este sector asistencial y desde el principio, ha luchado codo con codo con la Sanidad Publica. La segunda opción «Para los profesionales sanitarios españoles»; tampoco me parece adecuada, porque el término «profesionales» hace mención a una actividad regulada legalmente por unos estudios reglados y una titulación oficial; por lo tanto es también una nominación excluyente de numerosísimas personas que, desde puestos distintos han dado lo mejor de sí mismos por la mejor asistencia sanitaria posible. En tercer lugar «Para los sanitarios españoles», esta propuesta que, por el momento es la oficial puede considerarse adecuada si entendemos que el término «Sanitarios» incluye a todas las personas que trabajan por la sanidad de los españoles lo que incluye a médicos, farmacéuticos, veterinarios, enfermeras/os, fisioterapeutas, podólogos, auxiliares de clínica, celadores, capellanes de hospital, funerarios, servicios de limpieza, cocina, lavandería…; y en la ocasión especial de la COVID-19 a todos los que han contribuido a construir hospitales, voluntarios de apoyo a las familias, etc.. En cuarto lugar «Para los trabajadores de la Sanidad española», entiendo que es muy similar, en inclusión, a la anterior porque están comprendidos todos aquellos que en este desastroso periodo han aportado su trabajo para que allí donde había una víctima de la infección recibiera la mejor asistencia y cuidados posibles.
La conclusión es que las dos últimas propuestas pueden ser adecuadas. Sin embargo me he apuesto a la nominación amplia de «A la Sanidad…», porque este término se lo apropian los políticos y sería muy ofensivo para cualquier español de pro, que el Premio lo recogiera el ministro de turno.
Para la recogida, también se han hecho propuestas. A mí me agrada aquella de «un representante de todos los grupos incluidos», y que además haya perdido a un familiar directo.
La situación vinculada a la gestión política de la pandemia del COVID19 sólo puede calificarse de desastrosa en relación a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
No hablaré hoy de la falta de material de protección sanitario y todas las derivaciones incomprensibles en un estado occidental.
Me centrare en la injerencia política total en la cúpula de mando de la Guardia Civil. Se ha destituido discrecionalmente a profesionales con hojas de servicio intachables, han dimitido mandos del máximo nivel, se ha mentido descaradamente a la opinión pública sobre los motivos y finalmente: se judicializaran estas intromisiones ilegítimas del poder político en una de las instituciones del Estado más respetadas por la sociedad. Y aquí subyace el interés real de la injerencia política, en la desestabilización continua de las instituciones del Estado por parte de los políticos en el Gobierno para imponer su control. La clase política, ha potenciado, durante décadas, una estructura piramidal en las cúpulas policiales que les permite controlarlas fácilmente al sustituir a un mando policial por otro afín. La reciente crisis interna en la Guardia Civil evidencia que siempre los habrá dispuestos a coger el relevo obviando los principios de mérito y capacidad que no les son favorables. Pero hay que reconocer que nunca hasta la fecha había sido tan evidente para la opinión pública. Espero y deseo que la absoluta falta de ética o principios básicos de gestión que ha demostrado la injerencia política en la Guardia Civil nos sirva para rediseñar legislativamente las cúpulas de los cuerpos policiales, dificultando la injerencia política en beneficio de los principios de mérito y capacidad. Eliminar las plazas de libre designación sustituyéndolas por una cobertura procedimiental regulada, objetiva y abierta a tod@s. Así como para crear legislativamente una policía judicial que auxilie al poder judicial sin estar sometida a las manipulaciones interesadas del político de turno y sus peones en las cúpulas policiales
JCR: En mi familia se han dado varios casos. Dos de mis hermanas y sus maridos. Ambos tuvieron que ingresar en el hospital y estuvieron relativamente graves, pero ahora están bien. En mi casa no somos muy de salir, más allá de ir a trabajar y visitar a nuestros padres mayores. Tanto mi mujer como yo hemos podido trabajar desde casa. Ella es profesora de instituto y yo, aparte de mi trabajo en ASP, soy profesor asociado en la Complutense. He podido dar clases online con bastante normalidad, dentro de lo que cabe. En definitiva, habría preferido no estar encerrado, pero no ha sido tan dañino como para tanta gente.
JMF: El teletrabajo, ¿ha venido ya en muchos casos para quedarse?
JCR: El teletrabajo ya estaba aquí, pero poco extendido. A mí me da la impresión de que, en comparación con la situación previa a la crisis sanitaria, una vez que pase esta, habrá más gente teletrabajando, pero creo que la inmensa mayoría volverá al trabajo, digamos, presencial. Eso sí, se verá con algo más de normalidad, con menos desconfianza, que algunos días no se vaya a trabajar y se trabaje desde casa. Creo que muchos querrán volver a trabajar en su lugar de trabajo porque los horarios están más claros. Quizá en la enseñanza los profesores optemos algo más por híbridos que incluyan más trabajo y atención online.
JMF: ¿Qué sacaremos de ‘bueno’ de esta pandemia?
JCR: Obviamente, no lo sé. No podemos saberlo. Supongo que, al menos, muchos habremos incorporado a nuestro instrumental vital técnicas que antes usábamos poco o nada, como las videoconferencias o las compras online, cosas así. Supongo, también, que, mal que bien, nos quedará una mayor conciencia de las interdependencias en que vivimos y de la necesidad de cuidar esas interdependencias. También puede que seamos más conscientes de las fragilidades y las fortalezas de nuestro modo de vida. De todos modos, ni siquiera estoy seguro de que podamos aprender a estar preparados para la próxima pandemia. No todos los países que vivieron las anteriores más recientes, sacaron las enseñanzas apropiadas. Y, si las sacaron, no supieron mantener la alerta y la preparación (los recursos dispuestos) el tiempo suficiente.
JMF: Como especie, nuestra gran virtud es que aprendemos, ¿no lo ves nada claro?
JCR: Estaba hablando de España. Sí, claro, como especie aprendemos, pero también desaprendemos. O, dicho de otro modo, volvemos a cometer los mismos o parecidos errores. Y no es tan fácil predecir cuándo pasará una cosa o la otra.
JMF: Tropezamos dos veces con la misma piedra… ¿en qué piedra volveremos a tropezar ahora?
JCR: En España quizá no consigamos aprender a mantener un debate público menos enconado, menos polarizado, con mejores formas, etc.
JMF: Siguen las dos Españas ante cualquier tema. ¿Por qué es así?
JCR: No es solo cuestión de dos Españas. Es cuestión de cómo vemos al adversario político, sea de la “otra España” o no. Demasiadas veces lo vemos como un enemigo, como alguien con poca o ninguna legitimidad, siquiera, para expresar su opinión. En principio, los ciudadanos del común son muy contrarios a esas formas y esos comportamientos, pero no está del todo claro que los penalicen con sus votos.
JMF: ¿Qué son los ‘ciudadanos del común’?
JCR: Tú y yo. La gente corriente. Los votantes.
JMF: Muchos de los votantes están tanto o más polarizados que los líderes de las dos Españas…
JCR: Algunos o bastantes, sí, claro. Pero no estoy nada seguro de que sean la mayoría. En nuestros trabajos hemos observado que hay zonas amplias de consenso (dos tercios, cuatro quintos a veces) en una variedad de políticas públicas. De hecho, si analizamos buena parte de esas políticas, observaremos mucha más continuidad que cambio a lo largo de las últimas décadas, independientemente del color del partido en el gobierno. En cualquier caso, desde luego, muy amplias mayorías expresan una aversión clara a las formas políticas poco civilizadas.
JMF: ¿Cuales son las formas políticas poco civilizadas?
JCR: Son los comportamientos a los que me refería antes. Tratar al adversario como enemigo. No escucharle. Los insultos. Los desprecios. No saber mantener una conversación…
JMF: En tu video del Club Tocqueville hablas de ‘cuidar’, de ‘cuidados’, ¿a qué te refieres?
JCR: Me refiero a que podemos vernos, como sociedades, de muchas maneras, pero también como sistemas de cuidados mutuos, directos e indirectos. Todos somos cuidadores en algún momento de nuestras vidas; todos recibimos cuidados. En ese vídeo insistía en dos cosas. Por una parte, “cuidado” tiene un sentido amplio y va bastante más allá de la madre o el padre alimentando, vistiendo, criando a su hijo, alcanzando hasta la producción y distribución de bienes, fundamental, obviamente, para el sostenimiento de la vida. Por otra, recordaba que, al menos en castellano, la palabra “cuidado” implica conocimiento, inteligencia. Viene de “cogitatus”, el participio de “cogitare”. Es decir, no es solo cuestión de buenas emociones, sino de aplicar la inteligencia. Por ejemplo, hoy, queremos salir del confinamiento y volver a la normalidad, procurando mantener a raya a la epidemia, de modo que haya muy pocos enfermos y muy pocos fallecidos. Queremos seguir cuidándonos. Pero hay que hacerlo con muchísima inteligencia y conocimiento, por ejemplo, el que se derivaría de contar con una capacidad de hacer tests y rastrear eficazmente los nuevos contagios, de modo que podamos contenerlos rápidamente y sin el enorme coste económico que ha conllevado el encierro y la semiparalización de la vida económica. Es decir, nos hace falta inteligencia para aplicar el que debería haber sido el Plan A (tipo Corea del Sur), como dice mi amigo Josu Mezo en su blog Malaprensa.
JMF: Inteligencia para saber hacerlo y voluntad para querer hacerlo, da la sensación de que a nuestras autoridades les ha fallado todo…
JCR: No estoy seguro de que no hayan querido hacerlo bien. El coste de no hacerlo bien es elevadísimo. Y no están solos en lo de no hacerlo demasiado bien. A mi juicio, una vez que no has podido controlar la epidemia con muy pocos muertos, como se ha hecho en Corea del Sur, pero también en países europeos bastante cercanos, tiene que seguir siendo fundamental la capacidad para saber en qué momento de la epidemia estamos, a escala nacional y a escala local, para poder ir tomando decisiones razonables. Eso implica recursos de conocimiento bien dispuestos por todo el territorio. No hay más remedio.
JMF: Después de la crisis sanitaria viene, ya estamos en ella, la crisis económica. ¿Ves en nuestros líderes inteligencia para ella?
JCR: Hay comportamientos que me hacen dudar de ello. Inteligencia, en este caso, implica, no solo tener buenos asesores (economistas y demás), sino ser capaz de incorporar puntos de vista que no tienen por qué coincidir del todo con el tuyo, pues pueden iluminar la realidad de otro modo, y abrir caminos a soluciones más eficaces. Creo que en esto seguimos flojeando bastante. Tenemos una suerte, de todos modos. Me da la impresión de que esta vez, y no como ocurrió con la crisis de 2008 en adelante, las instituciones europeas (el Banco Central en especial) y los países protagonistas (Alemania, Francia) van a cometer menos errores, lo cual no puede menos que beneficiarnos.
JMF: Coincido contigo que es una suerte si deciden ellos y no los nuestros…
JCR: No es tanto que decidan ellos y no nosotros, sino que sus decisiones no nos van a perjudicar, como sí nos perjudicaron algunas adoptadas, por ejemplo, en 2010/2011: el BCE se empeñó en ponerse a controlar la inflación (una inflación minúscula, por otra parte), con la que estaba cayendo. Y, de ese modo, contribuyó a la recesión en W que vivimos.
JMF: Pues yo prefiero que cercenen las ganas de gastar, de comprar votos, de nuestro gobierno…
JCR: En general, está bien limitar el gasto inútil, pero no todo el gasto lo es. La cuestión, por otra parte, es cómo se financia ese gasto de manera sostenible y con el menor daño para el crecimiento económico. Para mí, desde luego, lo fundamental es recuperar cuanto antes el nivel de renta previo a la pandemia y volver a crecer, lo más rápido posible, si se me permite la expresión.
JMF: Y según tu criterio,¿cómo se hace esto?
JCR: Obviamente, no soy un experto. Y nos llevaría a una conversación mucho más prolongada. De todos modos, para volver al crecimiento económico, aparte de tener controlada la epidemia, hay un par de cosas principales: que las señales que envían los agentes principales (gobiernos, bancos centrales: es fundamental que la política monetaria sea la adecuada) vayan, precisamente, en esa línea, la de que esperan volver a la normalidad cuanto antes; que las empresas hayan contado, sigan contando con la liquidez suficiente; que se les pongan las menores trabas posibles; y que, cuanto antes, con perdón de la simpleza, vuelva el turismo…
JMF: Mil gracias Juan Carlos, no queda entonces una conversación pendiente más prolongada en materia económica. Un abrazo y espero que la tengamos pronto, Mil gracias.
Nuevo hundimiento de la natalidad en España en 2019: 3,5% menos nacimientos en total (31% desde 2008) y 5,3% menos de madres españolas,
La fecundidad total bajó a 1,23 hijos por mujer, y solo 1,17 las españolas (las que menos, las asturianas con 0,92, seguidas de las canarias con 0,94 y las gallegas con 0,98). Mucho peor incluso que en 1939, el año con menos nacimientos de la guerra civil, en una España con 20 millones menos de habitantes y muy postrada, cuando nacieron 422.000 niños. En 2019 hubo poco menos de 360.000 bebés en total, y 280.000 de madres españolas (incluidas inmigrantes con doble nacionalidad).
Asimismo, en 2019 creció el exceso de muertes sobre nacimientos, y más entre los españoles autóctonos (que mermaron en más de 130.000).
¿Cuándo reaccionará España ante su suicidio demográfico?
Según consta en el escrito, firmado digitalmente por la Directora General a las 22h14 de un domingo, el Coronel fue cesado «por no informar del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de Policía Judicial, con fines de conocimiento».
Según el documento estaríamos ante la confirmación inequívoca de que el Coronel Pérez de los Cobos no fue cesado como fruto de una política de una «reestructuración y conformación de nuevos equipos», si no como consecuencia de negarse a cumplir una orden ilegal, como era informar sobre el desarrollo de una investigación en el marco de actuaciones de la policía judicial. El escrito disipa igualmente cualquier duda sobre la dimisión del anterior DAO, Teniente General Laurentino Ceña Coro, el cual abandonó su cargo, el más alto que puede alcanzar un guardia civil, por no aceptar que se produjera semejante ataque a la neutralidad del Cuerpo y a la profesionalidad de un oficial con una carrera impecable.
No cabe ninguna duda de que nos encontramos ante unos hechos gravísimos que atentan contra nuestra neutralidad. De nuestros responsables políticos esperamos que reaccionen con al menos el mismo honor que demostró el anterior DAO en defensa de la Guardia Civil.
Conversación tranquila de @jmfrancas con Carlos Ruiz Miguel (@Desdelatlantico), catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
JMF: ¿El virus nos empuja fuera de la Constitución?
CRM: Yo diría que el virus “no nos empuja”, sino que sirve de excelente excusa para empujar fuera de la Constitución.
JMF: Si, la verdad es que el pobre virus no tiene intenciones políticas… ¿El llamado espíritu del 78 está en horas bajas?
CRM: Sin duda ninguna el “espíritu del 78” está, más que en horas bajas, muerto.
JMF: ¿Muerto? Sus frutos aún viven…
CRM: El “espíritu del 78” sin duda era la respuesta de unas determinadas fuerzas ante una determinada situación política, en un determinado contexto económico y social. Lamentablemente todos los elementos de ese espíritu han cambiado o han desaparecido. Yo diría que “los frutos” de ese “espíritu del 78” más que vivir son una sombra.
JMF: Queda la Constitución…
CRM: Si alguna vez la Contitución llegó a cumplirse esa época, se puede decir que ha desaparecido prácticamente. Es ya difícil encontrar artículos de la Constitución de 1978 que signifiquen lo que pretendían significar en 1978.
JMF: Para esto está el Tribunal Constitucional que ha dictado sentencias y la ha interpretado…
CRM: El TC, sin duda, ha tenido un papel fundamental en la desnaturalización de la Constitución.
JMF: ¿Por qué lo dices? Era el garante…
CRM: El caso de Almería en la conformación de la autonomía andaluza es, quizá, el primer eslabón de un proceso que se ha prolongado hasta ahora. Hubo un “acuerdo político” para no llevar el caso al Tribunal Constitucional pese a ser claramente inconstitucional. En esa Ley Orgánica 13/1980 se produjo el primer pacto para proceder a una mutación constitucional. Ya desde 1980 la Constitución empieza a vulnerarse cuando aún estaba “fresco” el “espíritu del 78”. A partir de entonces ha sido un proceso continuo. Un momento fundamental fue la Sentencia del TC de 1983 anulando la LOAPA, la STC 76/1983. Cuando no habían transcurrido cinco años de la entrada en vigor de la Constitución, el Estado quedó herido de muerte.
JMF: Y eso, ¿por qué?
CRM: La LOAPA privó al Estado central de un instrumento fundamental para evitar la centrifugacíon del Estado. Marca un hito en un proceso de centrifugación avalado por el TC. Son muchas las sentencias del TC, desde entonces, que en cuestiones fundamentales, han fortalecido a las Comunidades Autónomas a costa del Estado y de la unidad.
JMF: Pero, ¿era Constitucional o no la LOAPA?
CRM: El TC dijo que no, a pesar de que fue aprobada por una amplísima mayoría de las Cortes Generales (UCD y PSOE votaron a favor). Los argumentos para declararla inconstitucional eran muy forzados. Hubiese sido, a mi juicio, más acertada la interpretación contraria. No sólo es que una interpretación contraria era, a mi entender, más acorde jurídicamente al texto constitucional, es que políticamente habría evitado los excesos del Estado autonómico.
JMF: Para mi, no se para ti, el uso y abuso del recurso previo de inconstitucionalidad y el quitarlo luego, también dejo nuestro Estado al pie de los caballos…
CRM: A menudo se achacó a AP (aún no era PP) que hubo “abuso” del recurso previo. Yo creo que esto no es una acusación justificada. Intentaré explicarme. Se achacó a AP que con sus recursos previos bloqueaba la legislación y que se estaba introduciendo un “veto” no previsto constitucionalmente. Pero esta acusación, creo, era injusta. La Ley Orgánica del Tribunal Constitucional fijaba (y fija) unos plazos para resolver los recursos. El problema del bloqueo se causó NO porque AP introdujera recursos “previos”, sino porque el TC INCUMPLÍA (e incumple) LOS PLAZOS para resolver de suerte que lo que debía estar resuelto en dos meses era resuelto en dos años.
JMF: La media por sentencia supera los dos años de largo, según creo…
CRM: Pensemos en casos como el del recurso del PP contra el aborto libre introducido por la ley de Bibiana que lleva casi 10 años. Ha habido sentencias que se han dictado más de DIEZ años después de introducido el recurso. Es un escándalo. Y eso que ahora al reducirse el número de recursos de amparo, tras introducir criterios estrictos de admisión, el TC tiene menos trabajo y dicta resoluciones en menos tiempo. Aun así sigue incumpliendo sistemáticamente los plazos para resolver.
JMF: Tú, ¿esperas sentencia sobre el recurso del PP sobre el aborto?
CRM: Sinceramente sólo si consiguen una mayoría “progresista” dispuesta a desdecir la anterior jurisprudencia del TC. Es decir, de momento no.
JMF: Hay quien fía principal problema al modelo del nombramiento de los Magistrados que facilita la injerencia de los partidos en el funcionamiento del propio Tribunal, ¿qué piensas de ello?
CRM: Esta ha sido quizá la primera violación de la Constitución. Ya en la primera elección de magistrados, en 1980, se vio claramente que el sistema previsto en la Constitución se iba a pervertir. Luego la degeneración del sistema es ya algo consumado sin rubor. La idea original de la Constitución no era mala: se exigía que 8 de los 12 magistrados (los 4 del Congreso y los 4 del Senado) necesitaran el apoyo de 3/5 de la Cámara respectiva. El objetivo es que fueran candidatos ACEPTABLES para todos, entendiendo por tales candidatos que NO fueran “partidistas”. Pero ya en 1980 esto se corrompió. Ya entonces hubo candidatos “del centro-derecha” y candidatos de la “izquierda”. Con el tiempo los candidatos han sido seleccionados sin ningún rubor. Se han seleccionado magistrados que han sido afiliados a partidos, que han sido diputados de partidos, que han sido asesores de partidos, que han participado en la confección del programa de partidos…
JMF: Y, con este panorama, ¿qué hacemos?
CRM: Podría decir que rezar. Pero si queremos hacer algo más que rezar, creo que no debemos dejar de denunciar y de olvidar cuales son los defectos de nuestro sistema. Por ejemplo, la desgraciada reforma del Consejo General del Poder Judicial, efectuada por el PSOE en 1985 y vendida, ¡cómo no! como un paso adelante en la “democratización” hoy está desautorizada directamente por el Consejo de Europa e indirectamente por la Unión Europea. Es necesario que los actores políticos y sociales QUIERAN tener un sistema sano. Pero si no hay actores que REIVINDIQUEN Y DEFIENDAN un sistema político sano no habrá posibilidad de sanearlo.
JMF: El PP la reformó abundando en la politización del Consejo, ¿no?
CRM: No creo que pudiera ya aumentar la politización aún más. Lo que hizo fue un ejercicio de “lampedusismo” cambiando el sistema para que siguiera igual.
JMF: Es verdad, a pesar de lo prometido no resolvió nada de nada.
CRM: De hecho, el funcionamiento del CGPJ sigue siendo el mismo que antes. Todo ha sido un enorme engaño. Las promesas de regeneración quedaron, de nuevo, frustradas, a pesar de una mayoría absoluta que fue la gran oportunidad perdida.
JMF: ¿Hay que reformar la Constitución o tirar con la que tenemos hasta dónde se pueda?
CRM: Difícil pregunta que se puede contestar con el dicho “Virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. En este momento tenemos una Constitución que en la práctica no se aplica. Pero quizá fuera peor que se aprobara y se aplicara, una Constitución mala.
JMF: Y con los mimbres de ahora, los partidos tal como están, el cesto que saldría seria malo seguro…
CRM: Sería milagroso que fuera bueno. Y los milagros se dan en Lourdes, pero difícilmente en política.
JMF: Muchas gracias Carlos, me apunto a la ‘virgencita…’. Un abrazo y hasta pronto si te dejas.
No entiendo nada de la euforia de los medios afines al gobierno por los 140.446 millones de euros que sueñan que llegaran del cielo.Los gobiernos de Austria, Suecia, Holanda y Dinamarca no están por la aprobación automática, conforme está redactado el Plan de Recuperación, que Usula von der Leyen ha de presentar al Consejo en junio, quieren que la totalidad del dinero sea en préstamo.
Cada Gobierno deberá presentar un Plan de Recuperación que explique específicamente en qué gastará el dinero, que ha de estar de acuerdo con las recomendaciones económicas que les hace Bruselas y con las prioridades europeas, entre las que la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha resaltado la transición ecológica y la transición digital. Los países tendrán que dar el visto bueno a ese plan antes de que la Comisión libere el dinero.
No habrá hombres de negro, pero sí habrá condiciones y seguimiento de la Comisión.
El gobierno no tiene credibilidad suficiente en la UE, porque ha aplicado insuficientemente el Programa de Estabilidad y Crecimiento firmado.
Una vez aprobado por el Consejo todos los parlamentos de los socios europeos, deberán aprobar el Plan, porque supone una modificación en los programas y fondos de los Tratados.
En esos trámites nuestra diplomacia deberá trabajar mucho, para aumentar nuestra credibilidad, que sabemos está muy deteriorada por la indisciplina presupuestaría y por los bandazos ideológicos del populismo que forma parte del gobierno
VOX, LA OPOSICION CONSISTENTE, COHERENTE… Y CONVINCENTE
Concibo la profesión universitaria como ajena a toda militancia partidista. Y así he logrado mantenerme, al margen de la disciplina de cualquier partido, no sólo durante mi ya lejana vida discente, sino también durante los cuarenta y tres años de docencia en la que llamábamos Universidad Española. Y conste que no han faltado invitaciones para que me incorporara a más de una agrupación política. No censuro, por supuesto, a muchos colegas que optaron –ocasional o indefinidamente- por lo contrario. Nada que objetarles. Es más, creo que sería espléndido que fueran más numerosos los que ejercitaran esa opción, siempre que fuese sólo para enriquecer con sus conocimientos y buen sentido la manifiestamente mejorable vida política de española.
¿Quiere ello decir que he sido indiferente a las distintas posiciones ideológicas o a la actuación de los diversos partidos políticos? No, desde luego. Lo que sucede es que pienso que desde la tarima del aula sólo han de exponerse contenidos rigurosamente científicos, sin por ello renunciar, claro está, a la siembra de inquietudes con el debido respeto al juicio y a la independencia de criterio de los alumnos. Decía Viktor Frankl que ni Treblinka ni Maidanek habían sido preparados fundamentalmente en los Ministerios nazis de Berlín, sino mucho antes, en las mesas de escritorio y en las aulas de los científicos y filósofos nihilistas. Y eso es, precisamente, lo que hay que evitar. El adoctrinamiento político no es misión de la Universidad. Lo que sucede es que desde mi actual condición de miembro de las beneméritas clases pasivas del Estado, ya no me considero tan obligado a la reserva de mis propias opiniones, por discutibles que estas sean.
Dicho lo anterior, conviene hacer algunas precisiones terminológicas. En el Estado de partidos (“hoy no hay más naciones en Europa, sólo partidos”, como dice mi admirado Ruiz-Quintano), los conceptos derecha e izquierda, y no digamos centro, a fuer de polisémicos ya casi no expresan nada. Y no se diga si pretendemos aplicarlos a la realidad política comparada entre los diferentes países. En relación con Albert Rivera, el líder de Ciudadanos desaparecido en combate, un diario madrileño opinaba que “podría ser un líder de centro-izquierda, aunque algunas opiniones lo colocan en el centro-derecha, y otros en el centro”. No es extraño, pues, que el ingenio popular haya podido acuñar el término centro radical, o sea, centro-centro o centro elevado a la enésima potencia. Lo cierto es que tan confusas etiquetas se colocan según convenga y con diversa intención. A VOX le han colgado el sambenito de ultraderecha. Resulta que al PP, que se define a sí mismo como centro-derecha, le han asignado la etiqueta de derecha pura y dura (¿dónde se encontrará la derecha, sin más?). Y, es curioso, la izquierda, siempre orgullosa de su pretendida superioridad moral (¿?) no tiene a su siniestra ninguna ultraizquierda, sino a los radicales. Cosas de la semántica y la taxonomía políticas.
Por lo que enseguida diré, interesa todavía alguna aclaración terminológica más. Me refiero a los adjetivos consistente, coherente y convincente. El primero de ellos alude a “lo que tiene consistencia”, lo que en una primera acepción equivale a lo que posee “duración”, “estabilidad” o “solidez”. El segundo adjetivo es “coherente”, es decir, en general, una cosa que guarda “relación lógica con otra”. Y a partir de aquí, podemos concluir que algo resulta “convincente” cuando nos convence, precisamente por su solidez y clara conexión lógica con algo que estimamos bueno. La Doctrina Social Católica proporciona un concepto de lo que en política es bueno: la consecución del bien común, entendido éste como “[…] conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección” (Gs, 26).
Bien. Pues creo que ya tenemos una base para justificar el título que encabeza estas líneas. Consideradas las cosas objetivamente, lo primero que hay que decir es que VOX no es ultra ni, mucho menos, anticonstitucional. Por lo dicho más arriba, me resisto a ubicar a VOX dentro del confuso espectro de eso que llaman el arco parlamentario. No vale la pena. Pero lo que sí parece evidente es su rigurosa constitucionalidad. Cabría incluso afirmar que quizá sea la agrupación política más constitucional de todas, sin perjuicio de que propugne la reforma de la Constitución, siguiendo siempre el procedimiento que la misma Constitución prevé, o sea, por vía escrupulosamente constitucional. Como tampoco veo inconstitucionalidad en su propuesta de recuperar las competencias indebidamente transferidas a las comunidades autónomas (educación, sanidad, orden interior, justicia…). La reforma del llamado “Estado compuesto” (más bien descompuesto) de las Autonomías, es una propuesta fundamentada en sus gravísimas disfunciones, no sólo en términos de eficiencia (eficiencia significa eficacia al mínimo coste), sino de estricta convivencia nacional. Acertada fue la afirmación de Santiago Abascal acerca de que “el Estado de las Autonomías nos empobrece y nos enfrenta”. En esto creo que hay un amplio “consenso” social, siempre que no sea el profesor Tezanos el encargado de medirlo.
La reforma de la vigente Ley Electoral con el propósito de establecer una circunscripción electoral única no supone otra cosa que dar efectivo cumplimiento al principio constitucional de igualdad entre los españoles, liberando al sistema del excesivo y distorsionante peso de ciertas minorías territoriales, separatistas o no. Constante es el chantaje que esas minorías ocasionan al interés común. No es posible, por ejemplo, aprobar los Presupuestos Generales del Estado sin su consentimiento, frecuentemente otorgado a cambio de concesiones que nada o poco tienen que ver con la propia materia financiera estricto sensu. ¿Cuál habrá sido el precio convenido a pagar por el Gobierno al PNV y a EH Bildu por sus votos para conseguir la aprobación de la quinta prórroga del estado de alarma? Ni la teoría de la elección colectiva más elaborada es capaz de explicar las dificultades que en España se oponen a la elaboración de unos presupuestos públicos óptimos en los términos de las auténticas necesidades de la sociedad española. Además, como acaba de escribir el profesor Fernando Suarez en las páginas ABC, “[…] hay que pedir, por lo menos, la derogación de ese funesto inciso del artículo 96.2 [de la referida Ley] que anula el voto emitido en papeletas en las que se hubieren modificado, añadido o tachado nombres de candidatos comprendidos en ellas o alterado su orden de colocación […] eso bastaría para que algunos de los elegidos que actualmente se callan y palmean recuperaran su propia estimación”. Pero esto no interesa a los políticos cómodamente instalados en las poltronas de nuestra deficiente democracia representativa. Y vuelvo a Ruiz Quintano, se explica así “[…] el Estado de partidos, enemigo de la Nación que se revuelve contra la ruina aporreando cazuelas”.
En cuanto a la consistencia de la posición política de VOX, basta con repasar su programa electoral para comprobar la adecuación del mismo al modelo de economía social de mercado que consagra la Constitución, empezando por la recuperación de la unidad del propio mercado. La fijación realista del mínimo exento familiar y la atemperación de la progresividad en el IRPF, así como el tratamiento fiscal de las pensiones y la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio, pieza central de la demagógica doctrina tributaria de la izquierda, constituyen, digo, otras tantas muestras de racionalidad y moderación en este ámbito. La defensa del español como lengua vehicular obligatoria en todo el territorio nacional y el carácter opcional de las lenguas cooficiales, como el reconocimiento del llamado pin parental para garantizar el derecho de los padres a consentir explícitamente la impartición de contenidos extracurriculares a sus hijos, son también propuestas difícilmente objetables. Y difícilmente también merecen rechazo propósitos como la ilegalización de los partidos separatistas (así lo establece, por ejemplo, el artículo 21.2 de la Constitución Alemana); la derogación de la aberrante Ley de Memoria Histórica; o la sustitución de la inconstitucional Ley de Violencia de Género por una Ley de violencia intrafamiliar.
La ordenación responsable de la inmigración es otra de las cuestiones que sólo VOX parece abordar con determinación, en contraste con el silencio o la oposición de otros partidos políticos, cuyos intereses nada tienen que ver con “ordenar las cosas”, precisamente. La suspensión del espacio Schengen mientras no existan garantías para impedir que sea aprovechado por las mafias que propician la inmigración ilegal, va en esa misma dirección. No es necesario insistir en la gravedad del problema en relación con el orden público y la misma identidad cultural de la nación.
Si los propósitos de VOX parecen consistentes, la coherencia de su acción política en la promoción de los mismos y en la defensa del Estado de Derecho resulta ser, además, contundente. No se limita a la simple denuncia, sino que se materializa en concretos recursos de inconstitucionalidad -como los ya admitidos a trámite en relación con el disparatado tamaño del Gobierno y la multitud de entidades, estructuras y cargos superiores del él dependientes; y sobre el manejo del estado de alarma, ya en su quinta prórroga-, así como en querellas contra el ministro del Interior, el secretario de Estado de Seguridad y la directora general de la Guardia Civil, por su interferencia en el proceso judicial contra el delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid. Y, sobre todo, ¿Quién sentó en el banquillo, ante el Tribunal Supremo, a los golpistas catalanes de octubre del 17? ¿Fue acaso el partido que entonces gobernaba España?
Otra muestra edificante de la coherencia del partido de Abascal ante la torpeza del actual Gobierno para afrontar la crisis sanitaria, económica y social derivada del la pandemia del covid-19, ha sido su propuesta de constituir un Gobierno de emergencia nacional formado por personalidades de reconocida capacidad técnica, y del cual el mismo VOX se autoexcluiría. En suma: consistente, coherente,…y, por ello mismo, convincente VOX.
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