Con la fiesta de los Reyes Magos para mí se acaba el tiempo de Navidad. Si bien la Navidad me sirve para cargar pilas y afrontar el nuevo año con más ilusión, más ganas y sobre todo más compromiso, la realidad exterior esconde el ambiente navideño y deja paso a la rutina diaria. Todo sigue igual al menos en el ámbito político: España continua ingobernable y va para largo.
Hoy día 7 de enero los comentarios son la crisis de identidad de nuestra España. Vistas las cabalgatas de Reyes Magos más emblemáticas, la gente se pregunta: ¿Hemos celebrado la fiesta de Reyes o el carnaval de enero? Estamos resucitando la vieja apuesta del ‘eurocomunismo’ de descristianizar la sociedad asumiendo los símbolos y despojándolos de su contenido sacro. Si bien esto antes no fue posible por la reacción ciudadana, da la impresión que en la sociedad actual, anestesiada por la intromisión política, si será viable.
No entiendo nada. Ser protagonista supone reaccionar frente al poder pero ¿estamos tan aborregados que nos dejaremos conducir como rebaño a donde nuestros políticos quieran? ¿Alguien me lo explica?
La pasividad y que no estaba el horno para poner el -grito en el cielo- dada la fecha señalada que es exclusivamente para la -ilusión- de los niños, hace que el poder que están ostentando ciertos gobernantes venidos a más, abusen para hacer éstos cambios de nuestra tradición, si no los paran, entre calles, Navidad y otros conceptos muy nuestros, nos lo quitarán todo, hasta el aliento, seremos sujetos pasivos supeditados a ellos.
La pasividad y que no estaba el horno para poner el -grito en el cielo- dada la fecha señalada que es exclusivamente para la -ilusión- de los niños, hace que el poder que están ostentando ciertos gobernantes venidos a más, abusen para hacer éstos cambios de nuestra tradición, si no los paran, entre calles, Navidad y otros conceptos muy nuestros, nos lo quitarán todo, hasta el aliento, seremos sujetos pasivos supeditados a ellos.