Conversación tranquila de @jmfrancas con Carlos Conde Solares, coordinador del Foro de Profesores (@foroprofesores) y profesor de Historia de España en la Universidad de Northumbria, Reino Unido.
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JMF: ¿Qué es el Foro de Profesores?
CCS: El Foro de Profesores es una asociación que surgió tras el fatídico octubre de 2017 para dar una respuesta, sobre todo en el extranjero, a la propaganda independentista en sus altavoces mediáticos y académicos. Su fundador fue Alfonso Valero Aguado, que por aquel entonces era profesor de derecho en la Universidad de Nottingham Trent. El Foro cuenta hoy con más de 400 miembros repartidos por todos los continentes. Esto nos permite tener ojos y oídos en todas partes: cuando sale algún artículo, o manifiesto, basado en falsedades, podemos responder. Además, cada vez tenemos una implantación más amplia en España, y nuestras actividades van mucho más allá de lo reactivo contra la propaganda. Tenemos ya hasta entrada en Wikipedia, que recoge algunas de nuestras acciones:
JMF: Hace poco habéis promovido un manifiesto, POR UN GRAN CONSENSO EDUCATIVO, ya han suscrito muchas entidades cívicas sobre un gran consenso nacional en materia educativa a través de una Ley de Educación. ¿Por qué este manifiesto ahora?
CCS: Somos un colectivo de docentes e investigadores. Por lo tanto, creímos que era importante, y natural, marcar una posición en el terreno educativo, que es fundamental para España. El momento elegido coincide con otra Ley de Educación que no cuenta con el mínimo consenso deseable, con otra selectividad marcada por la inconsistencia y la desigualdad, y con un sistema educativo que sigue siendo muy vulnerable a la instrumentalización política por parte de las CCAA. Ponemos el énfasis en la lengua y en la historia, por tratarse de casos flagrantes de iniquidad, pero el sistema educativo español es un caballo de batalla esencial si queremos superar las limitaciones que nos asolan como sociedad y como país. Síntoma de lo urgente e inaplazable de esta reflexión fue la cantidad de adhesiones que suscitó el manifiesto. No esperábamos tantas, ni tan diversas, ni tan transversales, pero se han sumado al final 35 asociaciones, algunas de ámbito nacional y otras de Cataluña, Baleares, Navarra, Andalucía, Aragón, Canarias, etc.
JMF: ¿Me hablas de la llamada Ley Celaá? ¿Es todavía peor que las que hemos tenido?
CCS: Es una más de las muchas leyes de educación que ha habido desde la LOGSE, unas mejores y otras peores, que sobre eso habrá diversidad de opiniones entre mis compañeros. Pero lo mollar es que es otra ley sin ambición de consenso y, por lo tanto, sin visión estratégica clara a corto plazo, no digamos ya a medio o a largo, que es donde se más se van notando los efectos de un sistema educativo. Por otra parte, en un sistema tan descentralizado, el Ministerio de Educación es cada vez más prescindible, pues cada consejería autonómica terminará haciendo de la capa de esta ley un sayo a medida de su modelo político. Y ahí está el problema: si España no tiene proyecto educativo, los nacionalismos sí lo tienen, y es casi siempre nocivo para la convivencia.
JMF: Que sepa yo va contra la libertad de enseñanza, directamente quiere ‘ahogar a la concertada’, prescinde del esfuerzo y el mérito, se pasa de curso casi por edad, y se deja a las CCAA que decidan sobre la lengua lengua vehicular… No se cual de estas intenciones es peor…
CCS: Algunas de las medidas que proponemos son tan básicas como dotar a la Alta Inspección Educativa de la autoridad y los instrumentos mínimos para que esto no se siga disgregando de una manera tan brutal. O asegurar algo tan mínimo como el cumplimiento de las sentencias judiciales en lo referido a la lengua vehicular. Si un estado es incapaz de hacer cumplir la ley y las sentencias de los jueces del TS, del TC o del Defensor del Pueblo, cabe plantearse incluso cuestiones existenciales a cuenta de su propia viabilidad. En definitiva, no se puede seguir aplazando un gran consenso educativo que trate de embridar el desastre.
JMF: ¿Solo os preocupa lo de la lengua? A mi la verdad es que me inquieta todo…
CCS: Nos preocupa todo, efectivamente, pero como bien sabéis los periodistas, para que un manifiesto tenga impacto conviene ser lo más frugal posible en su extensión. Por eso decidimos centrarnos en aspectos como las lenguas vehiculares y la enseñanza de la historia, como ejemplos muy visibles de los problemas del sistema. Además, generan un consenso mayor entre las asociaciones civiles, que cubren un marco ideológico transversal. Si estamos pidiendo consenso político, nos pareció coherente presentar un manifiesto que recogiera las distintas sensibilidades de asociaciones muy diversas en el espectro ideológico. Creo que conseguimos demostrar que no solo es posible, sino relativamente sencillo, establecer un diálogo entre diferentes y alcanzar acuerdos muy sustanciales. Los intercambios de opiniones a la hora de elaborar el manifiesto fueron fructíferos y razonados. Creemos exigible que los políticos hagan el mismo esfuerzo por el bien de su país. Se trata de un manifiesto de mínimos, pero creemos que contiene algunas de las claves para empezar a hacer, de una vez, una política responsable y de estado en el terreno educativo. Nuestra educación debería ser de excelencia mundial, y sus indicadores actuales nos demuestran que, lamentablemente, ahora mismo no lo es, y no precisamente por falta de talento.
JMF: Buscáis una ley consensuada y que dure…
CCS: Sí, la educación es un proyecto a largo plazo. No puede depender de la alternancia política ni tampoco, desde luego, de los planes (que ellos sí los tienen) de consejeros autonómicos que en algunos casos (véase el de Clara Ponsatí) no esconden su voluntad de desmembrar el país y de educar contra la idea misma de España.
JMF: Nuestra enseñanza es lo más parecido a un ‘parking’ escolar para lo fundamental con manipulación ideológica para fabricar sectarios ignorantes…
CCS: Existen casos muy preocupantes. Recomiendo a todo aquel que quiera ver informes rigurosos ilustrados con casos escandalosos que eche un vistazo a los informes citados en nuestro manifiesto, elaborados por sindicatos de profesores, especialistas en educación y sociología y entidades civiles de distintos tipos. En ellos se puede ver lo vulnerable que es nuestro sistema educativo a los abusos indeseables de quienes quieren imponer un modelo sociopolítico en lugar de fomentar el pensamiento crítico y la libertad y autonomía del alumno. Efectivamente, no es solo la lengua o la historia. La marginación de la filosofía o el latín tampoco es inocente. Son campos que enseñan a pensar, a leer, a descifrar la realidad con herramientas propias. Además, es difícil cuidar el pensamiento científico sin rudimentos tan básicos como estos.
JMF: Un consenso entre al nacionalismo que quiere justificar la independencia, la izquierda que busca fabricar borregos que no le discutan sus postulados y la derecha que no busca nada, no lo veo nada fácil. ¿Cómo es posible ese acuerdo tan básico pero tan difícil?
CCS: No podemos caer en el fatalismo. Al contrario, el Foro de Profesores aspira precisamente a galvanizar y facilitar un consenso en torno a conceptos de excelencia. No faltan voces constructivas en los partidos nacionales. Nosotros nos ofrecemos a canalizar sus ambiciones de acuerdo y les animamos a que hagan el esfuerzo de hacer historia y enderecen la deriva histórica de España a través de algo tan noble como la educación. Que se den cuenta de una vez de que la formación de nuestras generaciones futuras no puede quedar en manos de consejeros nacionalistas, cuyas prioridades todos conocemos. Tienen ante sí una misión histórica, y deben dar un paso al frente, sentarse y llegar a acuerdos que saquen la política educativa de las manos de quienes no quieren que España sea un proyecto ilusionante. Lo tenemos todo para ser una gran nación, próspera y de ciudadanos libres. La clase política tiene que recoger nuestro guante. Por eso hemos tratado de que el manifiesto no sea una crítica despiadada a su dejadez, sino más bien una invitación ilusionante a hacer las cosas mejor. Es posible que esto suene a utópico en el panorama actual, pero no debería serlo. Seguiremos siendo exigentes. España se merece más.
JMF: Carlos, os entiendo perfectamente, no buscáis echar en cara nada a nadie sino comprometer a todos en la búsqueda y el acuerdo en las soluciones. Probablemente sea la única opción para el consenso. ¿Puedes concretar los mínimos?
CCS: El primer paso sería dotar a la Alta Inspección Educativa de la autoridad y los instrumentos necesarios para evitar los excesos más flagrantes. Es decir, se podría empezar por reforzar las herramientas que ya existen, y empezar a construir un consenso desde ahí, enviando además el mensaje claro y diáfano de que las sentencias judiciales se van a cumplir en todo el territorio. A partir de ahí, sería importante que los partidos constitucionalistas se comprometieran a establecer un grupo de trabajo que incluyera a asociaciones como las que firman nuestro manifiesto. En definitiva, que se comprometieran a una reforma integral de la educación que incluyera a todos los partidos constitucionalistas. En el Foro de Profesores podemos dar fe de que esto es posible, pues nuestro documento está consensuado entre gente cuyas coordenadas ideológicas van, para entendernos, de izquierda a derecha.
JMF: Habéis mandado el manifiesto a los diversos partidos… ¿tenéis ya alguna respuesta? ¿Qué más haréis?
CCS: Sí, todos los partidos han acusado recibo del manifiesto, y algunos han mostrado su acuerdo con su mensaje principal. El parlamento está ahora en receso veraniego, pero el manifiesto estará presente en las comisiones de educación de, al menos, el Congreso de los Diputados y alguna cámara autonómica. Veremos cómo evoluciona, pero esta iniciativa nos ha servido además para comprobar el apetito que existe en la sociedad civil para promover una reforma educativa consensuada en el sentido que expresa el manifiesto. Para el Foro de Profesores ha sido un logro haber establecido esta red de contactos y asociaciones amigas por toda España, que viene a reforzar y arraigar nuestra implantación internacional.
JMF: Gracias Carlos, os deseo lo mejor y no sabes cuánto. Si lo conseguís habrá sin duda un antes y un después. Un abrazo y seguimos en contacto.
CCS: Gracias a ti Josep Maria, por tu compromiso y por darnos voz. Es siempre un placer hablar contigo.