De todos es conocida la animadversión, al menos pública, de los expresidentes del Gobierno de España. Aznar y González acabaron fatal, Aznar y Zapatero ni os cuento y entre los conmilitones no era mejor el ambiente. A pesar de los pesares ayer noche aparecen los cuatro personajes junto a otro ilustre ex, el Rey Emérito, en el restaurante madrileño político por excelencia. Según nos cuentan, incluso puede ser cierto, la cena nace por iniciativa de Rajoy el 24 de junio -santo de D. Juan Carlos-, día en que coincidieron todos en el acto de conmemoración del tratado de adhesión de España a la Comunidad Europea. Basta ver las imágenes del acto, frialdad absoluta entre ellos, para valorar lo extraño del encuentro de ayer noche.
No deja de ser una rareza patria el hecho de que entre personajes que han ocupado la Presidencia de Gobierno de España el feeling ha brillado por su ausencia. Casi bastaba asegurar la presencia de uno de ellos para que se excluyera de facto cualquier otro. ¿Por fin hemos entrado en la normalidad institucional?
Dudo que sepamos qué es lo que ha hecho que se sienten juntos alrededor de una mesa, quién ha convocado y para qué, por qué esta vez sí han aceptado, qué ha hecho que el encuentro fuera público, si el Rey actual conocía e impulsaba el hecho y tantas y tantas cuestiones que se me vienen a la cabeza. Sé que la excusa es D. Juan Carlos, sé que algo tiene que ver con el efecto Podemos, sé que querían que se supiera, sé que ya era hora y sé que esto facilitará más dialogo y posiblemente más encuentros.
No entiendo nada. ¿Cómo puede un país avanzar en autoestima si hasta sus líderes se desprecian? ¿Alguien me lo explica?
Usted ha dado las claves y yo añado: no hay nada como un peligro común para acercarse los enemigos si son responsables claro.
Las circunstancias actuales lo merecen.
En cuanto a Zp, le habrán «aceptado» por que es un «peligro» y causante en la mayor parte de lo que nos perjudica desde hace unos años, y algo «puede aportar» ¿?.
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