Lo del barrio barcelonés de Gracia tiene muy poca gracia, por no decir ninguna. Esta nueva ‘kale borroka’ barcelonesa se suma a la moda europea de los antisistema contra las fuerzas del orden, para irles ganando terreno. ¿Quién puede más? Basta recordar la periferia de París y a la propia Barcelona en ocasiones anteriores; no olvidemos que desde principios de los ochenta la Ciudad Condal se ha ido convirtiendo en una de las capitales Okupa de Europa.
Es muy probable que este movimiento naciera como reacción a la dificultad de los jóvenes de adquirir una vivienda y emanciparse, pero a mí me da que desde hace mucho esto es solo la justificación intelectual para un movimiento que va mucho más allá de comprar o alquilar una vivienda. El movimiento antisistema se vale de la okupación como un modo más de poner en jaque el orden establecido.
Siempre he querido distinguir entre movimientos violentos o no; para mí con violencia nada se justifica y sin violencia acepto que uno piense o manifieste casi todo. La violencia marca una línea que jamás se debe aceptar. La pluralidad de la sociedad hace que nos hayamos dotado de unas leyes y unas estructuras, unos gobiernos, para hacerlas cumplir. La escrupulosidad de este hecho diferencia al hombre de las bestias, donde solo rige la ley del más fuerte. No hay excepciones posibles; el que la hace, la debe pagar siempre, aunque la page poco; es por eso que la justicia no la aplica una máquina sino un juez, para que el pago sea individual y ajustado a la ley y al infractor.
Perece que en Barcelona, como en tantos otros sitios, el bando de los malhechores cuenta con aliados en el teórico bando de la ley, y así es imposible que la justicia gane la contienda.
No entiendo nada. Tenemos leyes y tenemos gobiernos, ¿qué nos falta para que se aplique siempre la ley? ¿Alguien me lo explica?
Buenas,
Me parece que tu ecuación tiene más incógnitas de las que aventuras. Hablas del ‘lado de los malhechores’ con una facilidad tan pasmosa que pareces dejar el abanico de respuestas posibles solo abierto por el lado que decantas. Y sin embargo pides que alguien te explique, sin duda sin ánimo de buscar enfrentamiento…
Las grandes urbes son siempre focos de malestar, como dices. «Madrid me mata» decía Óscar Mariné…y fundaron la ‘movida’ con un alcalde ‘progre’ como don Enrique Tierno, quien supo comprender las ansias de oxígeno que los jóvenes de entonces demandaban. En Barcelona hubo equivalencias*. Estos eventos podrían suceder, pero nunca sucederán, en Lugo, Albacete o Ibiza (quizá sí en Magalluf en el mes de agosto, pero ya sabemos qué los detona). Barcelona es el foco intelectual español por excelencia. Y no me refiero a la cuna de las letras (ni siquiera las catalanas), sino a la actitud contestataria de los espíritus jóvenes (no necesariamente revestidos de cuerpos jóvenes). Toda sociedad que se precie tiene un reducto de salubridad así, necesario para mantener el ‘seny’. Si estos ‘malhechores’ hacen ruido tienen motivos que obviamente a fecha de hoy no logras entender (y sin duda quisieras). La violencia? Cuando el cinturón de las estructuras opresivas se estrecha, la asfixia avisa de sus límites. Cuando dijiste ‘los malchechores’, lo primero que pensé es (no, no en la policía violenta) en la banca mundial. Seguro que Ada Colau también (y apostaría a que Enrique Tierno Galván creía lo mismo), por eso tienes la sensación de que ella apoya la violencia. Narcís Serra estaba hecho de otra madera, por eso llegó a Ministro de defensa y Barcelona se quedó sin ‘movida’. En 1936 los antifascistas barceloneses, defendiendo la legalmente constituida República no quemaban contenedores (porque no los había) sino iglesias jesuitas donde se torturaba y enterraba a personas mentalmente disidentes al modo que Videla haría 40 años después.
Todos queremos la paz y la armonía, eso está claro. Difieren los métodos contemplados para conseguirlas. Confiemos en que la coincidencia en la meta sea lo que haga desembocar sin víctimas innecesarias a todas las aguas de este turbulento río. Seguro que al final le encontramos y damos las «Gracias».
*http://lamentable.org/el-movimiento-vecinal-debe-molestar-al-poder/
Es muy fácil de explicar amigo Josep Maria Francàs Porti, las leyes sólo las aplica un poder ejecutivo, es decir, el gobierno. En España sin embargo, la estulticia de la clase política, todos ellos socialdemócratas (o social€burócratas como prefiero denominarlos yo) piensa que las leyes las aplican los jueces. Por eso Mariano Rajoy Brey, traidor a la nación, complice de sedición y pusilánime presidente electo por los jefes de los partidos estatales, cuando percibe un delito, acude a los jueces para que lo hagan pagar. Si Don Mariano Rajoy Brey o cualquier otro de los jefes de los partidos españoles presenciaran la violación de su propia madre (ojalá no ocurra jamás) probablemente saldrian corriendo en busca de un juez para que mediante su martillo de madera y su toga hiciese pagar por el delito al agresor. En España, las razones del Estado con poderes inseparados son inexcrutables. El poder único, convertido en potencia estatal está en manos de un reducido grupo de personas, los jefes de los partidos, que mediante su consenso establecen los feudos y ejercen su poder omnimodo para que los subditos no puedan elegir. Como en España no hay democracia porque lo que existe es un régimen monárquico de los partidos estatales, los jefes de los partidos pactan el gobierno, crean las listas abiertas o cerradas con los diputados que se sentarán en el Congreso y también nombran a los jueces. ¿para que se van a repetir las votaciones generales únicas que hacen brotar el poder único e inseparado del Estado? Pues para que los oligarcas, los jefes de los partidos pacten de nuevo. No es para que los votantes «elijan» nada. Votar en España es un ejercicio de servidumbre voluntaria al poder omnimodo del Estado y por tanto, las únicas vias de expresión civiles que existen, en las calles, son las que van a ir en aumento conforme la realidad de la quiebra económica y moral del régimen se vayan expresando cada vez con mayor rotundidad. La deuda española es bastante mayor de la que se confiesa, MUCHISIMO mayor, lo de Grecia es casi un juego de niños en comparación con lo que se nos viene encima. Ha llegado el momento de plantears ¿y si empezamos todos a decir la verdad? ¿y si empezamos a luchar civil y civilizadamente por la democracia antes de que todo estalle y se imponga la barbarie? Creo que estamos a tiempo. Deslegitimar al régimen, promoviendo la abstención para recuperar la cordura y civilizar a los partidos estatales, es un deber moral para cualquier persona de bien. Antes de que sea demasiado tarde. España no es, ni ha sido jamás en su historia, una democracia: no existe representación civil ni separación de los tres poderes desde el origen (en elecciones separadas). España padece la barbarie que, inevitablemente, provoca un Estado que crea la cultura para impedir que emane desde su pueblo. La democracia formal se basa en el enfrentamiento perpetuo y permanente de la nación y su Estado. La nación legisla y el Estado la gobierna. Nación vs Estado. Conciencia nacional vs poder político estatal