Por sexto mes consecutivo en España baja el paro. Loado sea el señor trabajo, especialmente para el que lo tiene o el que lo acaba de conseguir. El paro es malo, siempre he pensado que entre las plagas apocalípticas se les olvidó el paro, o mejor, está significado en alguna de las siete; sin pontificar dejaré la cuestión para exegetas bíblicos que deben saber del tema. Estar en paro es malo, es de hecho más que malo, es malísimo.
La disminución del número de parados en 16.660 personas es el mayor descenso en este mes desde 2006, esto marcha. Lo más interesante, de todos modos, es que en marzo se han registrado 1.216.637 contratos lo que supone un 25,4% más que en marzo del 2013 y esto ya son palabras mayores. No solamente hay personas que han conseguido trabajo, sino que gastamos menos en desempleo y ingresamos más por cotizantes. Negocio redondo a no ser que Montoro abra la mano otra vez a fichar más funcionarios.
No entiendo nada. Si parece evidente que el crecimiento económico lleva de la mano la creación de puestos de trabajo y que justo eso libera al Estado de gastos e incrementa per se los ingresos, ¿por qué no priorizan los gobiernos todas aquellas medidas tendentes a dinamizar la economía real? ¿No deberían los gobiernos dedicar todo euro ahorrado en disminuir la carga impositiva individual y empresarial para alentar el crecimiento? Si todo empleo privado crea riqueza, ¿no sería los más lógico hacer lo posible que el Estado fuera menguando y la libre empresa creciendo? ¿Alguien me lo explica?