Se acaba de hacer evidente un nuevo desencuentro en el PP entre lo que ahora piensa Aznar y lo que ahora quiere hacer Rajoy de la mano de Soraya. No es el primero ni será el último, puesto que el PP de cada uno se parece al del otro como un huevo a una castaña en casi todos los temas. El PP de Aznar era mucho más de centro derecha y el PP de Rajoy es de hecho de centro izquierda, si bien esto es muy matizable, aunque, para mí, la gran diferencia es que el PP de Aznar no tenia complejo de ser quien era y el PP de Rajoy se avergüenza en muchas ocasiones de ser PP.
En la cuestión catalana ambos han patinado con excesiva frecuencia. Partiendo de la base de que no es tema fácil, que frente a ellos se encuentran políticos más listos y, sobre todo, más entregados a su causa, desde el gobierno central nunca se ha sabido estar a la altura mandara quien mandara. Felipe González dejó mandar al PSC en detrimento del PSOE y cedió en el caso Banca catalana. Aznar entregó la cabeza de Vidal-Quadras a la primera, Zapatero impulsó un nuevo estatuto que entonces no quería nadie y Rajoy ha cedido en lo que ha hecho falta.
No pienso que sea un problema de tácticas: más dialogo, menos tribunales… Pienso que el problema fundamental es la renuncia de los gobiernos -de los partidos más bien- de nuestra España, al patriotismo. Es imposible resolver ningún tema que afecte a cuestiones fundamentales de nuestra nación si no se ponen de acuerdo, caiga quien caiga, el PP y el PSOE. ¿Por qué tiene monarquía España? Porque ellos han querido y no han cedido ni un ápice.
No entiendo nada. Sobran reproches y falta unidad en los objetivos. ¿Cuándo el PP y el PSOE han trabajado juntos frente al secesionismo por la unidad de España? ¿Alguien me lo explica?
La verdad es que leyendo artículos en todas las editoriales Nacionales como dice su blog caballero -noentiendonada- de lo que está pasando y de las negociaciones que se llevan a cabo sobre el Independentismo Catalán y el erre que erre. Lo que si se es que Rajoy no negociará perder la UNIDAD de España.
El tema catalán es desde luego un temazo. Se le puede contemplar desde muchos puntos de vista. Uno es el que haces tú hoy: las actitudes del PP y del PSOE; pero hay muchas más perspectivas que lo convierten en un fenómeno poliédrico, con cientos y cientos de variantes.
Los partidos nacionales han usado el fenómeno catalán para su provecho, lo cual no ha sido de mucho ayuda para que las cosas funcionen mejor. Un provecho muy conveniente ha sido distraer la atención de la gente de las cosas que son realmente importantes para la vida cotidiana. Por ejemplo, en estos días el asunto catalán es de máximo interés para distraer la atención de la gente sobre el fraude de las autopistas que se acaba de cometer con alevosía aunque sin nocturnidad.
La gente pierde el tiempo hablando de horarios y de referéndums cuando el Estado de Rajoy les ha salvado el culo a las constructoras de seis autopistas fracasadas. Cinco mil quinientos millones de euros se acaban de ir a donde el viento da la vuelta para arreglar la metedura de pata de Aznar y su cuadrilla que en la euforia de la burbuja se gastaron lo que no está dicho. Ahora los contribuyentes, nosotros, tenemos que pagar la cuenta como es habitual. No hay dinero para subir pensiones, ni para los servicios básicos, ni para la gente necesitada, pero hay dinero para rescatar a empresas constructoras asumiendo la deuda y la gestión ruinosa de seis autopistas.
Es fabuloso ser capitalista así. Si el negocio me va bien, me forro. Si el negocio me va mal se lo paso al Estado. Aquí no hay capitalismo, sino negocios entre compinches y amiguetes a costa tuya y mía. Otro día hablaremos de Catalunya, pero hoy no toca dejarse engañar por los trileros de turno.