Sigue esta manía tan española de resumir la política en la persona del líder. La inmensa mayoría de debates políticos, tanto en los partidos, como en los medios e incluso a veces en la calle, es sobre nombres: Iglesias frente a Errejón, Susana frente e Sánchez y, como no, Rajoy frente a Aznar. Es evidente que, en una democracia bananera como la española dónde la separación de poderes no está ni en los escritos y dónde los partidos tiene un funcionamiento democrático más que discutible, el líder -cacique- pesa casi todo, pero lo importante, que nadie se lleve a engaño, son las políticas y estas solo van dirigidas a buscar votos y por tanto, tarde o temprano, lo que la mayoría de ciudadanos quiera, se hará.
En el PP ahora el aconejamiento es por Aznar. Si vuelve con otro partido les jode vivos. ¿Volverá? Lo dudo. ¿Para qué se va a exponer a quedar personalmente como un perdedor? ¿Qué le aporta quedar tercero? Pienso más bien que Aznar, como acaba de hacer González, es mucho más eficaz y temible si habla sin acritud desde la perspectiva de hombre de Estado madurado por la experiencia. Una suerte de ‘pepito grillo’ con talante. González acabó con Sánchez y su política ombliguista y Aznar quiere acabar con la política socialdemócrata del PP de Rajoy. Felipe pudo con Sánchez, ¿podrá Aznar con las políticas de Rajoy?
No entiendo nada. Aznar habla de bajar impuestos, de bajar deuda bajando gastos y haciendo reformas, mientras su PP solo sabe gastar más subiendo impuestos. ¿No se da cuenta Rajoy que lo que está haciendo es solo una muy mala imitación? ¿Alguien me lo explica?
Imagino que lo de la «mala imitación de Rajoy» se refiere a la conversión del PP en el nuevo PSOE. Lo desesperanzador es que esta línea haya encontrado tan poca resistencia en el partido (los que han protestado por algo no han renovado en sus anteriores cargos), lo que nos indica que la política, como profesión «mientras dure» o hasta la jubilación, debe prohibirse de alguna manera. Quizá encontrar un rechazo social generalizado que haga que no merezca la pena, especialmente a cierto nivel.
Tu escrito de hoy tiene una abundante cosecha de temas que merecen cada uno de por sí un reflexión más larga.
Para empezar te sugiero el ejercicio mental de cambiar en tu escrito la palabra “líder” por la palabra “cacique” y te queda perfecto, o casi. Y es que nuestra gente, nosotros mismos, jamás ha experimentado una libertad digna; a lo largo de nuestra desdichada historia lo más que hemos vivido fueron libertades controladas, vigiladas, amenazadas, limitadas. Y eso en los buenos tiempos, en los malos nada. Finalmente hemos llegado a la convicción, no declarada, subliminal, de que lo que de verdad queremos es un buen amo.
Lo terrible de González y Aznar es que sus egos son inmanejables incluso para ellos mismos. Son el oráculo de Delfos y no hay dios que les contradiga. La voluntad popular no es algo que les quite el sueño. Han comido el fruto del árbol de la ciencia del Bien y el Mal y están por encima de todo. Mala cosa.
Lo de la socialdemocracia de Rajoy es un concepto sorprendente. Ha seguido fielmente las direcciones de la Troika. Ha exprimido a las mayorías y ha favorecido a las minorías. Ha recortado el estado de bienestar para las familias con menores ingresos mientras el gran capital galopa sin freno ni brida devastando, como el caballo de Atila, el terreno donde pisa. Llamar socialdemócrata al gobierno más corrupto públicamente es un giro que no me esperaba. Siguiendo esta deriva podrían incluso acabar siendo bolivarianos.
Dionisio, lo de cacique me ha gustado, lo has bordado.