De momento el PSOE ya tiene propuesta de los militantes para la secretaria general, ahora solo falta que el Congreso extraordinario la ratifique, cosa que sin duda hará, y entonces sí tendremos, tendrán más bien, nuevo secretario general.
El hecho de que Sánchez ganara en votos de militantes tal como hiciera con los avales, demuestra que los secretarios locales, provinciales y regionales, la cocina del PSOE, siguen controlando el partido. Los votos de Andalucía, por citar el ejemplo más patente, refrendan que el aparato aún es mucho aparato. Sin desmerecer el método usado para elegir secretario general, que es más que correcto y mejora claramente en democracia interna, aún falta mucho para que el militante se libere de la obediencia a sus jefes políticos naturales.
No entiendo nada. Si los militantes del PSOE son más de izquierdas que lo es la política que el PSOE ha realizado, ¿Cómo es posible que el vencedor sea el menos de izquierdas de todos los candidatos? ¿Acaso los militantes han votado lo que querían sus jefes, que huyen como de la peste de un segundo Zapatero? Si Sánchez no cambia, todo es posible, competirá más bien en el nicho en que está de hecho ahora el PP, ¿supone esto que el PSOE dejará su flanco izquierdo libre para que compitan IU y Podemos? Perdido el margen izquierdo, ¿hay votantes suficientes para que el PSOE vuelva a crecer en votos o se quedará como un partido de segundo nivel? ¿Alguien me lo explica?
Parece evidente que es el más CONSERVADOR de los tres; no soy militante del PSOE (Federación Catalana, no PSC), lo fui en el año 1977/1978 formando parte del Comité Ejecutivo de Tarragona en la secretaría de formación, posteriormente votante hasta que observé la deriva del PSC hacía el independentismo nacionalista. Atte. JLBG